La Calle de la Paz, de Charles Chaplin
SESIÓN MATINAL
(Easy Street); 1917
Director: Charles Chaplin; Guión: Charles Chaplin; Intérpretes: Charles Chaplin (El derrelicto), Edna Purviance (Trabajadora de la misión), Albert Austin (Sacerdote / Policía), Eric Campbell (El matón); Dir. de fotografía: William C. Foster, Rollie Totheroh.
En su etapa en la Mutual, a la que pertenece este cortometraje, Chaplin ya había desarrollado quintaesencialmente la figura del personaje vagabundo (aquí llamado, curiosamente, el derrelicto, el resto del naufragio) que llevaría a su completa cima en sus grandes largometrajes.
Pero mientras jugaba con él hasta dotarlo de suficiente entidad como para hacer de él protagonista de historias largas, Chaplin compuso un par de obras maestras, una de las cuales es esta La Calle de la Paz.
El argumento es simple, e incluso visto en otros de los cortos chaplinescos: el vagabundo encuentra la palabra del Señor (auxiliada por la presencia de Edna Purviance) y decide volver al recto camino, con resultados diversos. Aquí el recto camino es dejar la pequeña delincuencia y hacerse policía. Lo que el pobre Charlot no sabe es que en ese barrio se halla la peor calle de todas, dominada por el peor matón de todos (y el mejor en pantalla, un gran Eric Campbell, recordado por esas cejas postizas que le conferían un aire mefistofélico, y que por desgracia murió ese mismo año de 1917 en un accidente de automóvil).
Por supuesto, las escenas de persecución, de slapstick, de acrobacias y escapismos, a los que Chaplin añadió ya algunos toques de genio y un cierto cinismo, como cuando da de comer a los niños como si fueran gallinas en un corral. Y hay que decir que todo en esta película es perfecto. Nadie ha zarandeado mejor que Campbell, nadie ha sido mejor zarandeado en pantalla que Chaplin. Con un humor inteligentemente calculado, con un guión meticuloso, esta película, muda, en blanco y negro, hoy recuperada en velocidad "normal", gracias al DVD, pero antaño acelerada por la cadencia del rodaje a mano, sigue siendo un prodigio, un derroche de imaginación, una miniatura de maestría del cine, condensada en apenas veinticuatro minutos.
Un placer para la vista y la mente, una obra maestra intemporal.
Tráiler: No existen tráilers de películas de cine mudo, al menos no de la época, y mucho menos de cortometrajes. De modo que aquí tienen La Calle de la Paz completa. Pasarán con ella veinticuatro minutos inolvidables.
2 comentarios:
Gran obra maestra. Divertidísima.
Un abrazo,
Susana
Hola, Susana:
Intemporal, querida Susana, intemporal.
Y esto sí que debería ser de visión obligatoria en los colegios. Así se enseñaría desde pequeñitos que el cine en blanco y negro y mudo no es un muermo, y que los clásicos, en el formato que sea, lo son por alguna cosa.
Un saludo!
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