La Heredera, de William Wyler

SESIÓN MATINAL 

(The Heiress); 1949

Director: William Wyler; Guión: Ruth y Augustus Goetz, basado en la obra teatral Washington Square de Ruth y Augustus Goetz, basada en la novela Washington Square, de Henry James; Intérpretes: Olivia de Havilland (Catherine Sloper), Ralph Richardson (Dr Austin Sloper), Montgomery Clift (Morris Townsend), Miriam Hopkins (Lavinia Penniman), Vanessa Brown (Maria), Mona Freeman (Marian Almond), Ray Collins (Jefferson Almond); Dir. de fotografía: Leo Tover; Música: Aaron Copland; Dirección artística: John Meehan.

No exactamente una obra maestra, aunque sí una buena muestra del "toque Wyler" que el director imprimía a sus películas melodramáticas, el argumento es casi lo de menos, aunque ciertamente resulta inolvidable una vez visto el filme: Catherine Sloper es una joven casadera que cada día que pasa es menos casadera, si es que alguna vez lo fue. Para desesperación de su padre, que la compara de continuo con su esposa muerta, la joven Catherine es sosa, en exceso tímida, incapaz de mantener una conversación, sin gracia social, ni habilidades artísticas, y con una belleza más que discreta, por no decir nula. Su único atractivo es la renta de 30.000 dólares al año que obtendrá cuando muera su padre. Por tanto, es una sorpresa cuando nada menos que Montgomery Clift (es decir, el personaje Morris Townsend), apenas conocerla insiste en hacerle la corte. El doctor Sloper (y con él todos los espectadores) está convencido de que Townsend es un cazador de fortunas.  Y lo es, con lo cual no estoy destripando nada del argumento de la película, porque su intríngulis no reside en eso.
Si he dicho que el argumento resulta inolvidable es porque su final es memorable, y ahí sí que tengo que guardar compostura para con los lectores que no hayan visto el filme.
Si se han fijado en la mínima ficha que incluyo al principio de la reseña, esto está basado en una obra teatral basada en la novela Washington Square de Henry James. Pues bien, esta adaptación teatral tuvo un éxito tremendo, y la duda que se planteó en su época era cómo podría Wyler superar esta versión. Lo que hizo Wyler es aplicar la inteligencia que siempre tuvo en la dirección y alejarse por completo del modelo teatral, volver la acción dinámica y emplear el desplazamiento de la acción y de los personajes, construyendo así no sólo una adaptación fílmica sino una verdadera película. Parece sencillo, pero si repasamos la historia del cine, no todo el mundo ha sabido hacerlo, y desde luego muy pocos lo han hecho tan bien. Añádase una dirección artística cuidada en extremo y una interpretación de Olivia de Havilland que consigue matices impresionantes en la construcción de un personaje tan difícil como el de Catherine Sloper (e, incluso, parecer fea), y se tendrá una muestra impecable de cómo una época del cine podía encarar sus creaciones con toda la profesionalidad del mundo, realizando arte en el proceso.


Tráiler:

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