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Jazz Porque Sí: Rhoda Scott en Dinant

Hoy tendremos una velada con una de las mejores organistas actuales, Rhoda Scott. En concierto con su "Special Ladies Band", una bnda compuestaexclusivamente por jazzwomen, con dos saxos altos, dos tenores, un violín y una batería, y que tocan de maravilla, acompañando a Rhoda, al mando de su habitual órgano Hammond.
Percibirán en este concierto un swing realmente elevado, y una capacidad armónica más que notable, amén de los soklos de Rhoda Scott, sobresalientes y bien contruidos, con un ritmo de pedalero imbatible.
El programa está formado por Nova; La Valse à Charlotte; I'm Bad; Hymne à l'Amour; y We Free Queens. Los otros dos temas que cierran el concierto gozan de una invitada, la cantante y pianista La Velle, que interpretará con el octeto de Rhoda Do Nothing 'Til You Hear From Me y Bernie's Tune.
El resto del programa se completa con discos variados, esta vez teniendo en común que se trata de jazz a piano trío. 
Estén como siempre atentos al Cifu y sus explicaciones, y espero que hayan disfrutado de este agradable concierto con un instrumento que no es demasiado popular, pero que tocado como lo hace Rhoda Scott es plenamente satisfactorio.

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El Anillo de Fuego, de Sir Ronald Ross

Traemos hoy a un premio Nobel, pero no de literatura. Ronald Ross ganó el de Medicina y Fisiología en 1902 por sus investigaciones sobre la malaria. Desmintiendo la creencia de que quien sea bueno en, por ejemplo, ebanistería, no puede tocar el violín, este relato brevísimo pero intenso, que pueden leer en el enlace que figura al pie de esta entrada, es un primor en cuanto a su construcción.
Apenas hay forma de resumir el argumento sin desfigurar el cuento y sin desvelar su final, de modo que les aconsejo que lo lean. Notarán entonces que todos sus elementos encajan primorosamente dentro de la narrativa. No hay uno solo que sea superfluo, y todos juntos nos dan las motivaciones para un comportamiento trágico del protagonista.
Y remarcar, como podrán ver, que la malaria también tiene que ver, y mucho, con este relato. Y, viniendo de quien viene, hay que darle crédito a sus efectos y a ese ataque relámpago que «se abate de pronto como un bandolero por la espalda».

(The Ring of Fire)
En Cuentos Únicos
Eds. Siruela, col. El Ojo Sin Párpado
Madrid, 1989 [pub. 1934]
Edición, selección y prólogo de Javier Marías

Texto en castellano de El Anillo de Fuego

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El Cos Humà, de Paolo Giordano

Paolo Giordano se ha demorado cinco años en escribir El Cuerpo Humano, su segunda novela. Como él mismo dice, la expectación levantada por el éxito de La Soledad de los Números Primos le parecía un obstáculo insalvable.
Es una postura más que razonable (y, a mi parecer, encomiable). Esa novela tuvo un éxito tremendo, justificado en parte y en parte no. Mostraba un talento enorme, inusitado en una primera novela de un escritor de su edad. Sin embargo, también mostraba unos pasajes dubitativos, como si el autor supiera muy bien qué quería hacer pero todavía no supiera cómo hacerlo. No obstante, era una novela muy respetable, y un aviso de un autor al que se debía seguir de cerca.
En El Cuerpo Humano, Giordano no resuelve las dudas, pero demuestra el mismo dominio de los personajes y las situaciones. Lamento decir que todavía hay ciertas vacilaciones en su narrativa, pero son mucho menores que las que mostraba en su primera novela. El Cuerpo Humano quiere ser una novela sobre los soldados italianos destinados a la guerra de Afganistán. Giordano no lo sabe, porque no ha hecho el servicio militar, pero aquellos que sí hemos pasado, más por fuerza que de grado, por la milicia sabemos lo muy fácil que es caer en la trampa, cuando nos juntamos dos o más ex-reclutas, de empezar a relatar historias de la mili, para aburrimiento y desesperación de consortes, novias y amigas. Y sé muy bien que hay que mostrarse contenido al hacerlo: es demasiado fácil pasar al mito de lo que en realidad fue una época inútil, aburrida y repleta de lo más deleznable de la vida social humana.
Algo de eso hay en esta novela. No sé si Giordano quedó fascinado (y asqueado, todo hay que decirlo) por esa vida, con sus más miserias que grandezas, o si se decidió a contarla porque, al fin y al cabo, su generación no ha vivido la milicia obligatoria y, por tanto, tenía la extrañeza de lo nuevo. El caso es que hay un exceso de historias de la mili, lo cual sólo me dice que el ejército español y el italiano son intercambiables, cuarteleramente hablando.
Por fortuna, Giordano donde se mueve mejor es en los personajes. Y si son solitarios, voluntaria o involuntariamente, o inadaptados, mejor que mejor. Y, en realidad, El Cuerpo Humano es la historia de unas personas solitarias metidas en el peor sitio para serlo, el ejército, y en la peor situación posible, como es una de combate.
En el fondo, todos los personajes de esta novela están solos. En este aspecto, no sé si Giordano obvia voluntaria o involuntariamente la camaradería del combate (un rasgo común en todas las historias contadas por auténticos soldados, sean estas historias críticas o no), pero no tiene gran importancia. Son sus personajes, esto es una ficción, y el autor tiene perfecto derecho a hacerlo. Estos personajes buscan a alguien, ansían ser parte de algo, y sufren cuando no lo consiguen o cuando les parece que esa amistad es traicionada. Son siempre relaciones asimétricas, y en eso esta novela se relaciona con La Soledad de los Números Primos. Hay un mensaje antimilitarista, contra unos ejércitos que van a un país a no hacer nada, salvo guardar unas apariencias de orden internacional, y contra una milicia que rechaza de sus filas a aquellos inadaptados que piensan demasiado, que son "normales", mientras que tienen éxito aquellos que son el sueño de un oficial en combate y a los que ese mismo oficial encerraría en una jaula en tiempo de paz. Y una profunda inutilidad en todo: la misión puede ser inútil, pero también lo es para los hombres y mujeres que van a cumplirla. Los personajes de Giordano son inadaptados, y nos dice que el peor sitio para adaptarse es el ejército. No es un mal mensaje para unas generaciones incautas.

(Il Corpo Umano)
Eds. 62, col. El Balancí
Barcelona, 2013 [2012]

Existe edición castellana en Eds. Salamandra
Portada y sinopsis de la edición castellana
Portada i sinopsi de l'edició catalana

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Winesburg, Ohio, de Sherwood Anderson

Presentado por el autor como "El Libro del Grotesco", en el sentido tanto de oculto como de extemporáneo, Winesburg, Ohio es una colección de relatos que tienen como protagonistas a los habitantes de esta pequeña ciudad.
Con un hilo conductor ocasional como es George Willard, reportero del periódico local, a veces protagonista, a veces personaje secundario, a veces ausente pero intuido, la premisa es sencilla: en un pueblo de mala muerte como este nunca pasa nada. ¿Nunca? No; en todo lugar hay historias, en todas las casas hay dramas y momentos de exaltación. En ocasiones nimios, en otras trascendentes, pero siempre, bajo la apacible apariencia de vulgaridad y de unas rutinas monótonas, las gentes sufren, aman y tienen una vida oculta que está ahí, encontrable para todo el que se tome la molestia de prestar atención a lo que subyace a las apariencias.
Ante esta aparente contradicción, lo que Anderson nos transmite es que, cuanto más pequeña es la comunidad, más se conocen sus integrantes, más difícil es pasar inadvertido; y, sobre todo, más opresivo es el ambiente en el que se desarrollan.
No hay que subestimar este ambiente cerrado en el que los errores se magnifican, las reputaciones se crean y se destruyen día a día y que aspira a una uniformidad imposible. No es de extrañar que el libro termine con un Willard que marcha a la gran ciudad. En busca de una fama y fortuna imposibles en Winesburg, cierto, pero también en busca de todo aquello que el pueblo le niega: el amor de alguien más libre, de alguien al que no conozca; hacia un matrimonio que no sea un simple conformarse socialmente después de fracasar ambos en conciliar sus auténticos deseos con la realización de los mismos. Tal vez en busca de historias que poder publicar en lugar de callárselas por conocer demasiado a sus protagonistas. Tal vez en busca de otras historias que no sean los dramas y conflictos que, por ser tan comunes, sólo son trágicos para sus protagonistas.
Hay una extrema piedad en estas historias particulares que Anderson nos relata. Casi todas devienen en profundas frustraciones para los implicados, ya sea el imposible futuro soñado para un hijo, el amor imposible o la consecución de las aspiraciones individuales.
Sherwood Anderson es adscrito a la "generación perdida" y, como el resto de miembros de esta generación, principalmente Francis Scott Fitzgerald, sus escritos muestran una perenne angustia por el incesante choque entre el mundo ideal y la realidad. Winesburg debería ser la comunidad ideal: autosuficiente, ordenada, pacífica, autogestionada, independiente. Sin embargo, es opresiva en su propio mundo cerrado. Y, por ser cerrada, los límites que se impone son estrechos, frustrantes, opresivos, un coto cerrado para aquellos que quieren aspirar a algo más (que son la mayoría). Ante este mundo, sólo es posible la emigración, que, nos insinúa Anderson, no es sino un viaje a otro mundo igualmente frustrante pero que, por lo menos, tiene la ventaja de la novedad y la ilusión de lo posible.

(Winesburg, Ohio)
Ed. Viena, col. El Cercle de Viena
Barcelona, 2009 [1919]

Existe edición castellana publicada por El Acantilado

Portada i comentaris de la edició catalana
Portada y sinopsis de la edición castellana

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Jezabel, de William Wyler

SESIÓN MATINAL 

(Jezebel); 1938

Director: William Wyler; Guión: Clements Ripley, Abem Finkel, John Huston, basado en la obra teatral de Owen Davis Sr; Intérpretes: Bette Davis (Julie), Henry Fonda (Preston Dillard), George Brent (Buck Cantrell), Margaret Lindsay (Amy), Fay Bainter (Tía Belle), Richard Cromwell (Ted), Donald Crisp (Dr Livingstone), Henry O'Neill (General Bogardus), John Litel (Jean La Cour), Spring Byington (Sra. Kendrick), Eddie Anderson (Gros Bat), Gordon Oliver (Dick Allen), Irving Pichel (Huger); Dir. de fotografía: Ernest Haller; Música: Max Steiner.

A raíz del éxito literario de Lo que el Viento se Llevó (literario, repito; la película todavía estaba en rodaje, y no hay que olvidar que la novela de Margaret Mitchell arrasaba en ventas), los estudios de Hollywood empezaron a crear sus propias historias sureñas, o a buscarlas allá donde pudieran encontrarlas. En este caso la hallaron en  una obra de teatro de cierto éxito, aunque de poco mérito, y los jefes de la Warner se la ofrecieron a Bette Davis, según dicen para resarcirla de no haber sido la escogida para protagonizar la película de Selznick. La jugada salió bien por ambas partes: la Warner tuvo un magnífico melodrama de gran éxito en taquilla y la Davis (con el rodaje de Lo que el Viento se Llevó eternizándose, no había competencia) ganó un Oscar a la mejor acriz principal por este papel.
Cuando digo que la obra teatral tenía poco mérito, no lo digo por decir. La protagonista, Julie, es una señorita de Nueva Orleáns dominadora, caprichosa y que con sus caprichos está dispuesta a saltarse las convenciones de la estricta sociedad sureña; Cree además que domina a su novio, Preston Dillard,  y a todos los que la rodean, de manera que cuando fuerza a Preston a acudir a un baile con ella vestida de rojo (una osadía que la pone al mismo nivel de ciertas señoritas de cierta calle), Preston reacciona como se espera de un caballero del sur: la acompaña al baile y aguanta estoico todas las miradas y cuchicheos, pero es la última vez que Julie le pone en ridículo, y rompe el compromiso.
Julie apenas puede creerse que Preston no vaya de rodillas a suplicar de nuevo su amor, y cuando al cabo de un año Preston vuelve de Nueva York con una flamante esposa, el ánimo de venganza la acomete.
Esta venganza planeada causará, como decían los clásicos, mucho dolor y pesar, y Julie, arrepentida, acompaña a Preston, que ha enfermado de fiebre amarilla, a la isla del lazareto, donde probablemente ambos morirán.
En fin, todo muy manido, muy moralista y con moraleja final, no sé si me entineden. Lo que tiene mérito en esta película es, por una parte, el trabajo técnico, con un Wyler impecable en la dirección; el acierto de los guionistas en enfatizar la cuestión de la rigidez de costumbres sociales de la sociedad sureña de antes de la Guerra Civil, estratificada y cerrada a pesar de su proverbial hospitalidad y, sobre todo, la interpretación de Bette Davis, en aquel momento probablemente la mejor actriz de carácter que había en la cinematografía mundial, y que además en estos papeles melodramáticos se sentía como pez en el agua. De hecho, es la película de una sola mujer, puesto que sin su interpretación jamás hubiese levantado el vuelo la historia. Supongo que Wyler lo vio así también, y hace que Davis esté permanentemente en pantalla, y que las contadas ocasionbes en las que no aparece sean momentos breves que puntualizan la trama antes de volver a centrarse en la protagonista.
No estamos ante una gran obra maestra, pero sí ante una interpretación de aquellas que Bette Davis hacía que fueran disfrutables cien por cien, y de ahí el interés de Jezabel

Tráiler:

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Jazz Porque Sí: Clifford Brown en el Birdland

Nos reencontramos hoy con el espléndido y malogrado trompetista Clifford Brown. Y justamente en la etapa en la que formó parte de lo que, sin solución de continuidad, iban a ser los Jazz Messengers de Art Blakey. En la actuación celebrada en el Birdland de Nueva York, sin embargo, todavía eran el quinteto de Art Blakey. Como no nos cansaremos de comentar, Blakey siempre supo escoger a sus músicos, y por tanto tendremos una actuación de lujo. Aparte de Blakey a la batería y Clifford a la trompeta, y del pianista Horace Silver, al que no lo había escogido nadie (su asociación con Blakey era una natural, y de hecho fue el cofundador de los Messengers), estarán Lou Donaldson al saxo alto, con un sonido muy parkeriano, y con una técnica excepcional, y el contrabajista Curley Russell.
Todos ellos dispuestos a ofrecernos una música de altísima calidad. El primer tema, sobre las armonías de There'll Never Be Another You, es Split Kick; seguirá Once in a While, un tema que parece hecho para el lucimiento de Clifford Brown; no se puede tocar mejor. Después, Quicksilver, probablemente la estrella de la actuación: compuesto por Silver sobre las armonías de Lover Come Back to Me, y haciendo un juego de palabras con su apellido en el título, el resultado es impresionante; las interpretaciones de Donaldson, Brown, Silver y Blakey (además de sus usuales diabluras por detrás de los solistas) están a una altura magistral; siguen A Night in Tunisia, un tema que Blakey hizo suyo desde el principio, y Mayreh, otra composición de Silver. Y por hoy lo dejaremos con la composición de Jay Jay Johnson y Charlie Parker, Wee-Dot, que hay que tocarlo, porque no es fácil, y sin embargo el grupo es tan bueno que logra una interpretación de marca mayor.
De Clifford Brown, el Cifu se lo dirá mejor y más veces, poco se puede decir, salvo recordar que tal vez sea el mejor trompetista del jazz moderno. Desde luego, no me canso de escucharlo, porque sus interpretaciones tienen una belleza suprema, una técnica impecable, una improvisación magistral. Espero que disfruten de esta actuación como yo lo he hecho.

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La Señora Bixby y el Abrigo del Coronel, de Roald Dahl

Estamos ante uno de los relatos más conocidos de Roald Dahl; su adaptación en Alfred Hitchcock Presenta tiene mucho que ver en esto, pero todos los relatos que esta serie televisiva adaptó de Dahl tuvieron su repercusión, y, sin embargo, este es uno de los que podríamos decir que caló tanto en el público que se ha convertido en inmortal.
El relato lo pueden leer en los enlaces que figuran al pie de esta reseña. Si lo hacen, verán que tiene una introducción que, aunque sociológicamente tiene cierta base, tiene ciertos tintes machistas. No voy a entrar en si Dahl lo era o no, y me limito a remarcarlo, aunque también les haré notar que esta introducción nos transmite toda la impresión de ser una de esas historias que se cuentan, como el propio autor dice, en los lugares en que los hombres se reúnen a solas.
De inmediato, entramos en materia: la señora Bixby es una mujer casada con el marido ideal (una idea que Dahl, con ese sentido cínico que a veces daba a sus relatos, desmentirá al final del cuento), que por supuesto es un dentista (una de las profesiones más aburridas que existen, literariamente hablando) aburrido y monótono. De manera que tiene su arreglo con un coronel al que ve una vez al mes. Relación que, por razones personales, éste tiene que cortar. Como despedida, regala a la señora Bixby un abrigo de visón. La mujer no puede llevarlo tal cual a casa; ni ella ni nadie de su familia o círculo inmediato tiene el dinero suficiente como para haber podido comprar semejante artículo, de modo que tiene una idea para quedarse con el abrigo a la vez que su marido queda en la inopia.
La sabiduría del autor a la hora de escribir el relato es inmensa. Él mismo cuestiona su argumento y nos da razones para la verosimilitud de la acción. Introduce y proporciona todos los detalles que compondrán el desenlace final, y sin embargo, el lector queda sorprendido. Y complacido cuando, en el último giro argumental, la historia se vuelve inatacable, perfecta, redonda.

(Mrs. Bixby and the Colonel's Coat)
En Relatos de lo Inesperado
Argos Vergara
Barcelona, 1980 [1959]

Texto en castellano de La Señora Bixby y el Abrigo del Coronel
Texto en inglés de Mrs. Bixby and the Colonel's Coat

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Circe, de Julio Cortázar

Alguna vez hemos comentado que nada es prescindible en la narrativa de Cortázar, y que sus títulos suelen tener una gran importancia para la estructura y significado del relato. En este caso, el título lo es todo. Sin él, nos hallamos ante un relato, ciertamente enigmático y algo críptico, sobre la relación de un hombre con Delia, una chica que es "viuda" de dos novios. Se trataría de un cuento realista, en el que tal vez podríamos hallar claves surrealistas o freudianas, pero que sencillamente se constituiría en esa historia propia sin mayores referencias.
Sin embargo, el sólo apelar desde el título a Circe, la maga de la Odisea, tiene un efecto de transformación profunda en ese texto, que sigue siendo el mismo pero de pronto se ve mediatizado por un significado paralelo; y puesto que el título es pieza importante, una declaración de principios e intenciones, ese significado paralelo se convierte en preponderante.
Con sólo esa palabra, el relato realista se vuelve fantástico. Ya no se trata de la historia de una muchacha que ha sufrido la pérdida de dos novios, por suicidio uno, por accidente otro. Desde su inicio el lector se vuelve vigilante ante las manipulaciones que Delia pueda hacer, ante su obsesión por los bombones y los licores, que remiten a las pócimas de la hechicera de Homero. Y, por descontado, el lector está en guardia, temeroso de la suerte que pueda correr Mario, el protagonista.
La trasposición de historias clásicas a una narrativa moderna no es algo nuevo. De hecho, cada vez se vuelve más corriente, pero Cortázar no es un escritor corriente. No se limita a poner por escrito una historia de terror contemporáneo haciendo de una mujer una "nueva" Circe. No, su procedimiento es más sutil. No va a recontar la historia homérica, sino que la utilizará como referencia continua para relatarnos algo nuevo, aunque comparta identidades y tal vez intenciones.
En ese trabajo literario, Cortázar se muestra especialmente brillante, transfiriendo todo lo que puede del mito a su cuento, pero dotándolo de identidad propia y utilizándolo para sus propios fines. En esas referencias constantes podemos ver a los familiares de Delia, que podrían ser los animales servidores de la maga de la Odisea, seres de aspecto feroz pero amigables y serviciales. El papel que Hermes jugaba en la historia de Ulises de mensajero que previene al héroe lo podemos discernir en las cartas anónimas que recibe Mario y en la nota de prensa que lee. Los cerdos en los que Circe transformaba a los hombres pueden tal vez asimilarse a las cucarachas, que rondan por la casa y que Mario encuentra, finalmente, en el bombón que se le ofrece. Inclusive la sospecha de que esos novios muertos no han muerto realmente, sino que sencillamente han abandonado su cuerpo humano para seguir viviendo una existencia a capricho de Delia en los cuerpos del gato y del pececillo.
Esa superposición, ese mezclar conceptos y trasponer mitos, convierte a Circe en un relato poliédrico, de muchas interpretaciones, que tiene una base en la realidad pero trasciende a ella para hacerse, a la vez, onírico y mágico. Y, vuelvo a repetirlo, esa complejidad se logra tan sólo con una palabra en el título.
Se podrá aducir que, para disfrutar de esta multiplicidad de niveles narrativos se tiene que conocer previamente la historia narrada por Homero. Y es cierto. Pero lo es también que, como dice Umberto Eco, la alta cultura es aquella que requiere un conocimiento previo para ser disfrutada y comprendida plenamente. En este orden cultural se movió Cortázar para escribir este relato maestro, que es a la vez mirada a un pasado literario y creación literaria nueva y futura, en un juego de interpretación y reescritura que pocos autores han sabido hacer.

En Los Relatos 1 Ritos
Alianza Ed., col. El Libro de Bolsillo
Madrid, 19763 [1951]

Aparecido originalmente en Bestiario

Texto de Circe

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La Danza del Cementerio, de Douglas Preston y Lincoln Child

Si John Connolly representa la trasposición del modelo de la novela negra al tema del detective psíquico, el personaje de Aloysius X. L. Pendergast es la puesta al día de la versión más clásica del mismo.
Pendergast es agente especial del FBI, pero la riqueza personal de la que dispone y emplea le hacen más un diletante que un funcionario policial; se mueve en Rolls Royce, dispone de una mansión con jardín en el centro de Nueva York, tiene ilimitados contactos personales que se mueven fuera de los cauces oficiales, y recursos poco ortodoxos con los que investigar los poco ortodoxos crímenes que despiertan su interés, y que casi siempre tienen que ver con lo oculto. Y goza de una autonomía que hace que no responda, al parecer, ante nadie.
Preston es un científico venido a novelista, y sin duda es el motor detrás del racionalismo existente en las novelas de la serie. Child, igualmente desconocido en la literatura, no lo era tanto para los amantes del género de terror; era antólogo de mérito, y en esas antologías mostraba un buen gusto que se notaba no sólo en los autores más conocidos, sino en la recuperación de autores y relatos olvidados, pero que cumplían unos estándares de calidad dentro del fantástico. Los aportes de ambos han creado una serie que tiene un protagonista adictivo.
Porque, y procediendo con el método de muñecas rusas, en cada una de las novelas podemos encontrar uno o varios misterios, que pueden entrar o no en lo sobrenatural, pero también el enigma de quién es en realidad Pendergast y cuál es su historia.
En el caso de La Danza del Cementerio, el asesinato de un periodista por parte de un hombre fallecido dos semanas antes, y cuyo comportamiento se asemeja al de un zombi, y la existencia en un extremo de la isla de Manhattan de una antigua mansión que aloja a una misteriosa secta proporcionan el motor de la historia y el motivo para la presencia de Pendergast en la investigación.
Preston y Child corren un gran riesgo con estas historias. El género del detective psíquico, aquel que investiga lo extraño moviéndose en una racionalidad del método en un terreno sobrenatural, es uno que se agotó, y muy rápidamente, a finales de la década de 1930. Sí, justo cuando aparecía la novela negra. Sus protagonistas tenían un parecido demasiado extremo con Sherlock Holmes y Hércules Poirot, sin gozar de los beneficios literarios de sus respectivos autores. Llenos de manierismos pertenecientes más al siglo XIX que al XX, sus temas eran más los del fantasma victoriano que los de la nueva narrativa de terror, que en ese momento evolucionaba de la mano de Lovecraft, Robert E. Howard y Clark Ashton Smith, por citar a los llamados "tres mosqueteros" de Weird Tales.
Preston y Child superan estos inconvenientes (aunque a veces los rozan) desechando cualquier ambientación anacrónica y reforzando este realismo con el método policial más estricto, representado por los policías D'Amato y su novia, la capitana Laura Hayward; con una aproximación científica a lo sobrenatural, y dotando a su personaje central con una historia propia, que se va desvelando poco a poco, volumen a volumen. Con todo ello han creado una serie enormemente popular, que satisface las expectativas de los lectores y se mueve en un terreno difícil con seguridd y eficacia.

(Cemetery Dance)
Random House Mondadori, col. DeBolsillo
Barcelona, 2011 [2009]
Serie Pendergast nº 9

Portada y sinopsis

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Rebobine, por Favor, de Michel Gondry

SESIÓN MATINAL 

(Be Kind, Rewind); 2008

Director: Michel Gondry; Guión: Michel Gondry; Intérpretes: Jack Black (Jerry); Mos Def (Mike); Danny Glover (Mr Fletcher); Mia Farrow (Sra Falewicz); Melonie Diaz (Alma); Dir. de fotografía: Ellen Kuras; Diseño de producción: Dan Leigh; Música: Jean-Michel Bernard;

Una película que en su momento tuvo una gran popularidad y que hoy parece olvidad, merece tener mejor suerte en los anales de la cinematografía. Tal vez sea su argumento el que hace arrugar la nariz a los puristas: En la ciudad de Passaic un video club de barrio está a punto de desaparaecer para dejar paso a un moderno bloque de viviendas. Hemos dicho vídeo, y ya estamos en la era del DVD; aun así, sigue teniendo una pequeña clientela familiar y de barrio, pero un día la catástrofe cae sobre la tienda. Jerry, un obsesionado con la central eléctrica cercana, cuando intenta sabotearla queda magnetizado, con lo cual, al entrar en el video club, todas las cintas quedan borradas. Quien está a cargo de la tienda en ausencia del propietario es Mike, y entre éste y Jerry deciden salir del paso provisionalmente rodando "su" versión de Ghostbusters, que ha sido encargada por la guardiana de las esencias y bruja local, la Sra. Falewicz (un papel que le cae como anillo al dedo a Mia Farrow).
Y el caso es que las versiones triunfan. Hay todo un público que las encuentra... artísticas (arte basura, claro), deliciosamente kitsch, frescas, innovadoras y rompedoras en todos los aspectos. Y hay que ver cómo la película nos muestra escenas del rodaje de estas películas "sweded", como Robocp o Paseando a Miss Daisy.
Hasta aquí, lo que nos hemos encontrado es una película que podría pasar por una de esas comedias gamberras americana, tal vez con un poco más de elaboración intelectual en su planteamiento. Por fortuna, Gondry no se detiene ahí y el filme pasa a tener un giro social, con un mensaje de defensa de la identidad de un barrio, de sus particularidades y de sus gentes. Tal vez es un mensaje demasiado llamativo en la escena final, pero en conjunto está bien integrado en el argumento. Y, desde luego, la realización de la última película "sweded", esta vez una creación totalmente propia, que narra la vida del pianista de jazz Fats Waller (del que se dice vivió en la misma casa que ocupa el video club), es una metáfora y a la vez una catarsis de los sentimientos de la película.
En suma, una comedia con un punto de partida absurdo que pasa a ser original y divertida en su parodia simultánea del cine comercial y del cine de serie B y que luego deriva, sin perder el tono jocoso, en una película con argumento social, correctamente expresado y con momentos brillantes. Insisto, un filme que merece mejor consideración.

Tráiler:

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Jazz Porque Sí: Thelonious Monk en el Carnegie Hall

Hoy tenemos un auténtico acontecimiento. Para hacer breve una historia que el Cifu les explicará con más precisión, no existía ninguna grabación del cuarteto de Monk en la etapa en la que el saxo era John Coltrane. Esta ausencia de registros siempre había sido una pérdida sentida por los aficionados. Hasta que, en el siglo XXI, un curador de la Biblioteca del Congreso encontró unas cintas de La Voz de América. Y escuchándolas, descubrió que se trataba de la grabación íntegra de los dos pases que ese cuarteto de Monk dio en un Concierto de grandes figuras del jazz en el Carnegie Hall. Sin duda era un acontecimiento. Y les aseguro que, por la calidad de sonido, pero sobre todo por la intensidad y calidad de los músicos, son una auténtica delicia.
En escena están Thelonious Monk al piano, John Coltrane al saxo tenor, Ahmed Abdul Malik al contrabajo y Shadow Wilson a la batería. Juntos compondrán un concierto espectacular.
Se inicia con Monk's Mood, con una introducción de Monk y una entrada de Coltrane muy etérea, muy atmosférica; Evidence, un tema enérgico como siempre, y con Coltrane llenando todo el espacio interpretativo posible en una de esas exhibiciones de sus "capas de sonido"; Crepuscule with Nellie, una de las grandes baladas de Monk. No sólo compuso la mejor balada del jazz ('Round About Midnight), sino que tenía una sensibilidad especial para componerlas, de manera que cada una es una muestra de delicadeza y de juego armónico con los sentimientos; ésta no lo es menos; Nutty, con puntualizaciones al piano geniales e inesperadas; Epistrophy, una oportunidad para comprobar que, tal vez por ser el tema de cierre de pase, el cuarteto está perfectamente coordinado, dando una versión en la que todo es maravillosamente perfecto.
El segundo pase se inicia con Bye-Ya y Sweet and Lovely, que se escucharán completos. Pero sigan leyendo.

Retomamos en este programa el concierto en el Carnegie Hall, con Bye-Ya, otro tema en el que Coltrane llena todo lo llenable en una improvisación sorprendente y que, como siempre, es una delicia. Sweet and Lovely, un estándar con un Monk muy sentido, pero sin renunciar a la capacidad de sorprender. Y, de repente, se dobla el tiempo al rápido y Coltrane hace un solo magistral. Blue Monk, el archiconocido blues de Monk, pero siempre diferente. Monk y Coltrane se recrean en su (re)interpretación. Genial. Y se cierra con Epistrophy, en una ocasión de comparar cómo un mismo tema puede ser expuesto de manera diferente, pero complementaria.
En suma, un acontecimiento, como les decía, con una música intensa y magistral. Una lástima que no existan más grabaciones de este cuarteto, porque por lo oído, debía ser un lujo poderlos escuchar todas las noches en el "Five Spot".
El resto del programa se completa con el principio de una grabación en estudio en la que Monk actuaba de acompañante del gran trompetista Clark Terry, aquí tocando el fiscorno. También estaban el enorme (por lo bueno) contrabajista Sam Jones y el magistral batería Philly Joe Jones. El primer tema es un In Orbit a muy buen ritmo, ocasión para descubrir, si no lo han hecho ya, las capacidades de Terry; y el segundo, que figura en las antologías de Clark Terry como una de sus mejores interpretaciones, es One Foot in the Gutter; presten atención no sólo a Clark terry y a las matizaciones que Monk hace del tema, sino al solo de contrabajo de Sam Jones.
Y presten atención también, como siempre les recomiendo, a los comentarios del Cifu. Espero que hayan disfrutado de este concierto magistral. 


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El Lobo, de Guy de Maupassant

Guy de Maupassant es, de entre la tripleta de grandes realistas franceses (los otros son Zola y Flaubert), el menos conocido actualmente. (Hace poco, tuve la esperanza de que la adaptación cinematográfica de Bel Ami remediara en parte esta situación, pero la película fue un desastre, y mejor que el nombre de Maupassant no se asocie demasiado con ella.) Y es una lástima, porque su obra es enormemente variada y rica, y el lector que se acerca a ella esperando encontrarse con una muestra más del realismo decimonónico no tarda en descubrir a un escritor tremendamente intenso, vital y detallista, y que se mueve con una soltura pasmosa en la novela realista, romántica, social, de viajes o erótica.
También se movió en el campo del terror, y hay que destacar que, habiendo muerto loco en el manicomio de Auteuil, y siendo consciente de los síntomas de su locura, sus relatos que tocan este tema son tremendamente vívidos, como no podía ser de otra manera en un escritor realista, y pueden anotarse casi en la literatura de la experiencia; gran parte de las muestras de locura y las alucinaciones que se reflejan en sus cuentos debió vivirlas en la realidad.
De todas maneras, y aunque la colección de cuentos de la que he tomado este relato así parece indicarlo, El Lobo no tiene nada de fantástico, aparte de la mención a la bendición de una bala, una referencia a la leyenda del loup-garou, pero que por sí sola no justifica la inclusión en la literatura de terror.
El relato lo pueden leer en los enlaces que encontrarán al pie de esta reseña. Por introducirles en la historia, se trata de una narración en la que se cuenta la peripecia de dos hermanos, nobles, que han estado soportando que un lobo enorme, gris blancuzco, haya hecho estragos en la comarca, e incluso haya entrado en sus porquerizas y matado a sus mejores cerdos, lo cual toman como una afrenta casi personal.
Emprenden entonces la caza de la bestia, y en esto consiste la narración, que incluye un giro trágico que, sin embargo, es el motor del final de la historia.
Cosa sencilla de narrar, y narrada de hecho muchas veces. Pero durante su lectura observarán ese intenso detalle que Maupassant imprime a sus historias, y que hace que no sólo resulten creíbles, sino que se presenten ante nuestros ojos. Y, por otra parte, ese detalle añade una intensidad inusual a un relato que, de no ser así, sería una simple anécdota. Esa intensidad Maupassant fue capaz de lograrla muchas veces, en una demostración de un arte que no se puede aprender en las escuelas de escritura. Cuando la frase final, «es hermoso sentir pasiones como esta», es pronunciada, el lector no puede sino estar de acuerdo, y tal vez Maupassant era muy consciente de lo que hacía cuando escribía: retratar pasiones. Y pocos lo han hecho como él.

(Le Loup)
En Cuentos Fantásticos
Ed. La Mandrágora, Serie Fantástica
Buenos Aires, 1975 [1882]

Texto en castellano de El Lobo
Texto en francés de Le Loup

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Malvados, de John Connolly

Nos hallamos en Maine, Nueva Inglaterra, cosa habitual con Connolly; existe un personaje que es encarnación de un mal extremo, usual también en el autor; y un combate urgente para que no triunfe, lo que también es recurrente. ero el protagonista no es el habitual detective Charlie "Bird" Parker. Aunque aparece fugazmente en una escena, lo que nos indica que nos hallamos en su territorio y que, pese a no ser él el personaje central, sí que estamos en una historia que puede ser incluida en el canon de este inusual detective.
Es una ampliación de foco que es fácilmente comprensible. Esta historia debía ser protagonizada por otros. De lo contrario, gran parte de lo que la compone hubiera perdido sentido. Por otra parte, esta expansión contribuye de por sí a la creación de un territorio mítico, y a un propósito cuasi geográfico en el que entraré más adelante.
La historia es una a la que Connolly nos tiene acostumbrados: En 1693, una pequeña isla de Maine fue tomada al asalto por una banda de asesinos que exterminaron a la población. Hoy día, un asesino y su banda se dirige hacia allí con un motivo concreto, pero con la misma falta de escrúpulos a la hora de matar a quien sea. Frente a ellos sólo están una policía en prácticas y un policía nacido en la isla, un gigante llamado Joe Dupree. Y una presencia en la isla, dispuesta a purgarse de cualquier otra presencia malvada que ponga los pies en ella.
No por conocido el tema deja Connolly de dominarlo con la maestría habitual. Sus personajes son una maravilla de trazo, el mal encarnado es expresado con una viveza que pocos autores han sabido encontrar, y las situaciones siguen poniendo los pelos de punta sin apartarse de un realismo extremo (aunque pervadido por lo sobrenatural) que son su auténtica marca de fábrica.
Con todo, hay un fenómeno que descolla cada vez más en la ficción de Connolly, y es un realismo en los paisajes y las gentes que es un mérito añadido. No es algo nuevo, ni tan siquiera en la ficción terrorífica. Ya se dijo de Lovecraft que había representado en sus historias el paisaje y carácter de Nueva Inglaterra como pocos. Y Stephen King recibe la consideración de se un escritor de la cotidianeidad y de la gente "normal" que pueblan sus historias, sobre todo las del Maine en el que vive. Connolly hace lo mismo. Sea en las nevadas extensiones fronterizas con Canadá, sea en la urbana y en crisis Portland o, como en este caso, en esas poblaciones isleñas, que dependen de los ferries para sus comunicaciones y la vida; unos isleños que, por serlo, todavía tienen un carácter más extremo de sociedad cerrada, reclusiva y peculiar. En todos estos paisajes el autor va trazando una geografía y unos caracteres de sus gentes que conforman un espacio realista sobre el que basar unas historias casi telúricas. Como Hawthorne, Lovecraft y King sabían bien, esta base real proporciona un apoyo descomunal que hace creíble lo fantástico. Connolly lo sabe también, y se ha convertido en el peculiar retratista de esta región en nuestros tiempos. Esta ambientación verista y perfecta le permite construir sus historias de tal manera que ese mal que describe hunde sus raíces en un terreno abonado para su crecimiento, un territorio repleto de religiones indias, de represiones puritanas, de secretos reprimidos, de venganzas antiguas, de violencia fronteriza y de odios largo tiempo almacenados.
Es algo que debería estar al alcance de cualquiera, pero es Connolly quien mejor lo ha entendido y puesto en sus novelas y quien, una y otra vez, da en el clavo con maestría.

(Bad Men)
Tusquets Eds., col. Andanzas
Barcelona, 2013 [2003]

Portada y sinopsis

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Regimiento Monstruoso, de Terry Pratchett

De tanto en tanto, me gusta traer una de las geniales novelas de Terry Pratchett a este blog, sólo para recordar que Pratchett se ha constituido en el mejor autor humorístico en la actualidad, no sólo del género fantástico, sino de la literatura en general.
Como siempre desde la tercera novela de la serie, sus historias tienen un referencial muy humano y muy nuestro trasladado a ese mundo desquiciado que es el Mundodisco, y así, como un nuevo Jonathan Swift que trasladara nuestros absurdos a tierras imaginarias, en el caso de Regimiento Monstruoso nos encontramos frente a una cultísima y más bien poco conocida referencia a The First Blast of the Trumpet Against the Monstrous Regiment of Women [Primer Toque de Trompeta contra el Monstruoso Regimiento de las Mujeres, publicado en 1558], del reformador escocés John Knox, un alegato contra la monarquía femenina. Aunque, con ese sentido del humor sagaz que le caracteriza, Pratchett lo toma aquí literalmente, y utiliza ese apelativo con un regimiento militar compuesto únicamente por mujeres. El bueno de Terry siempre ha mantenido una postura feminista militante en sus obras.
Podríamos decir que en esta ocasión, y dentro del Mundodisco, Pratchett viaja a Ruritania, ese imaginario país balcánico que se empleaba como localización de las novelas de aventuras. En este caso, esta ruritania se llama Borogravia, un pequeño país que tiene la peculiaridad de haberse peleado con todos sus vecinos a los largo de su historia, y sobre el que reina una duquesa a la que nadie ha visto desde hace décadas. Amén de seguir la religión Nuggan, un dios bastante aficionado a proclamar abominaciones. De hecho, las proclama tan a menudo que el libro de la ley de Nuggan es una carpeta de anillas, a la que se pueden ir añadiendo hojas.
Este país, en el que siempre hay una guerra en marcha, está prácticamente en la ruina. Apenas quedan hombres en retaguardia, y las mujeres son las que sacan las cosas adelante. Pero, claro, que las mujeres atiendan negocios, los hereden y los gobiernen, por supuesto, es una abominación contra Nuggan. De manera que Polly, que lleva con mano de hierro la posada de su padre, decide cortarse el pelo, vestirse de muchacho e imitar los comportamientos masculinos para alistarse y tener la oportunidad de rescatar a su hermano. Por amor fraternal, sí, pero también porque el futuro de la posada depende de que su hermano la herede... y ella siga haciéndola funcionar, como siempre.
Un plan que va saliendo a la perfección, aunque con ciertas peculiaridades. Paulatinamente, va descubriendo que los pocos reclutas que la han acompañado en el alistamiento son también mujeres, enroladas en el ejército por diversos motivos personales (entre ellas, una troll y una vampira). Y es más, este grupo de damiselas se muestra mucho más efectivo que sus camaradas masculinos en el desempeño de sus funciones militares.
El humor de Pratchett es integral: juegos de palabras, situaciones, referencias a situaciones e historias, y sobre todo una ironía en la que podemos ver, como en un espejo deformante, nuestras propias incongruencias. Las historias de su Mundodisco son tan cómicas como las mejores películas de cine mudo, pero a la vez tienen un trasfondo difícil de obviar. Cuando he citado a Jonathan Swift no era por casualidad; Swift fue el gran satírico de su tiempo, y sus obras perduran hasta hoy por su profundo humor, pero también por la intensidad de su crítica social. Tal vez Pratchett no sea un crítico feroz, pero sí un excelente retratista de nuestro mundo.

(Monstrous Regiment)
Random House Mondadori
Barcelona, 2010 [2003]
Serie Mundodisco, nº 31

Portada y sinopsis

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Scarface, el Terror del Hampa, de Howard Hawks

SESIÓN MATINAL 

(Scarface); 1932

Director: Howard Hawks; Guión: Ben Hecht, John Lee Mahin, W. R. Burnett, Fred Pasley, basado en la novela de Armitage Traill; Intérpretes: Paul Muni (Tony), Ann Dvorak (Cesca), George Raft (Rinaldo), Boris Karloff (Tom Gaffney), Osgood Perkins (Johnny Lovo), Karen Morley (Poppy), C. Henry Gordon (Inspector Guarino), Vince Barnett (Angelo), Henry Armetta (Pietro, el barbero), Edwin Maxwell (Jefe de detectives); Dir. de fotografía: Lee Garmes, L. W. O'Connell; Música: Adolph Tandler, Gus Arnheim.

Inspirada en la figura y hechos de Al Capone, aunque sin citarlo, esta película no fue, como se dice algunas veces, la iniciadora del género de gángsteres, sino, probablemente, su culminación. A partir de Scarface, el cine de ese género no volvería a ser igual.
Hay muchas cosas que llaman la atención de esta película. Lo primero, es que no ha envejecido ni un ápice; sigue tan fresca y genial como cuando se estrenó, incluso más, porque algunas de las lecciones de cinematografía que imparte podrían ser empleadas con ventaja por los cineastas modernos. Una dirección magistral por parte de Hawks, que maneja los encuadres y el encadenado de situaciones como pocos, en un lenguaje puramente visual. Una película que presenta una ambigüedad en el tratamiento de su personaje central. Por mucho que el inicio deje claro que es un filme que exige la persecución de los criminales, no deja de resultar morbosamente atractiva la figura de un Tony dispuesto a enfrentarse al mundo prácticamente en solitario (una característica que sería muy aprovechada por el remake puesto al día protagonizado por Al Pacino en 1983). Si añadimos a eso unas grandes interpretaciones, tanto de Paul Muni en el papel central como de George Raft en el papel que mejor le cuadraba (tal vez porque lo había sido en la vida real), el de gángster; sin olvidar a una Ann Dvorak interpretando a Cesca, la hermana de Tony, en una relación que se insinúa algo más que fraternal, tendremos una película disfrutable al cien por cien.
Pero además está la fotografía, que da la impresión de documental, de realidad. Porque no hay que olvidar que esta fue una película rodada cuando lo que narraba acababa de ocurrir, existían testigos de primera mano y el ambiente y la atmósfera eran posibles de hallar en plena calle de Chicago. En esa verosimilitud todo el trabajo artístico y técnico adquiere un sabor especial que hace que Scarface sea una obra maestra del cine.

Tráiler:

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Jazz Porque Sí: Duke Ellington - Piano in the Foreground

Después de dar una auténtica lección pianística en el disco titulado, para mí muy irónicamente, Piano in the Background, Duke Ellington volvió a demostrar que, a diferencia de lo que opinaban (e, increíblemente, algunos siguen opinando) ciertos críticos, su talento no sólo se limitaba a la composición y el liderazgo de una orquesta, sino que era un pianista mucho más que apreciable, grabando este Piano in the Foreground (Piano en Primer Plano).
A trío, que es la forma más clara de desnudarse en la interpretación, sólo acompañado por el contrabajista Aaron Bell (que conforme más lo escucho, más me gusta) y por el genial batería Sam Woodyard, en esta ocasión en un papel muy contenido (ya sabemos que era el gran animador de la banda en los conciertos, y algunas veces incluso en las grabaciones en estudio). Ellington realiza unas interpretaciones originalísimas, sea el tema que sea que interpreta, pero también marcadas por ese estilo propio inconfundible de sus ideas musicales y armónicas. Descubrirán, si no lo habían hecho ya, a un intérprete al piano que vale mucho la pena escuchar, entre otras cosas porque esas ideas armónicas se trasladan con toda nitidez a la interpretación.
Escucharemos I Can't Get Started; Cong-O; Body and Soul; Blues for Jerry; Fontainebleau Forest; Summertime; It's Bad to Be Forgotten; A Hundred Dreams Ago; So; Pleading for Love; y Springtime in Africa.
Atentos como siempre a los comentarios del Cifu, y que disfruten, y mucho, de esta sesión inusual con el Duque.

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El Relato del Oficial Holandés, de Catherine Crowe

Tenemos hoy un relato de fantasmas de corte clásico, muy en la línea de las narraciones inglesas a la vera del fuego, en la que se nos relata la experiencia de un militar ya retirado durante la campaña de Bélgica de 1830. Allí, el entonces teniente coronel está a punto de pillar a un centinela de su regimiento durmiendo durante la guardia. Sin embargo, la aparición de un perro negro con una franja de pelo blanco en un costado despierta al hombre, evitando así el castigo.
Cuando comenta el hecho en la cena con los oficiales, las sonrisas no tardan en aparecer. El teniente coronel se ha encontrado con Mungo, el perro fantasma del regimiento. El coronel no cree ni una sola palabra, puesto que ha visto con sus propios ojos al animal, pero uno de los oficiales más antiguos y respetados de la unidad le relata que, en realidad, el perro existió, pero que ahora es un espectro cuida especialmente de despertar a aquellos centinelas que pueden dormirse (salvo si están borrachos, puesto que al parecer no les tiene simpatía). El coronel, todavía escéptico, plantea el dilema: si es un fantasma, las balas no le afectarán, y si no lo es, y no es más que un animal amaestrado por los vagos de la tropa, entonces un disparo pondrá fin a la estratagema. Pero el capitán le advierte de que disparar contra el perro tiene consecuencias terribles.
Como pueden ver, todo de corte muy clásico. Sin embargo, son inusuales las historias de fantasmas protagonizadas por animales. Y hay que decir que, pese a ese inicio ya manido por lo utilizado (el de "le voy a contar una historia..."), el relato se mueve con suficiente agilidad y una brevedad y concisión que son de agradecer y que realzan el efecto que se pretende conseguir.

(The Dutch Officer's Story)
En La Eva Fantástica
Eds. Siruela, col. El Ojo Sin Párpado
Madrid, 1989 [1848]

Texto en inglés de The Dutch Officer's Story

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Diceria dell'Untore, de Gesualdo Bufalino

Más que la propia Perorata del Apestado (y aquí hay que hacer varias precisiones: una diceria es un discurso, un monólogo, y el untore o untador fue aquel que fabricaba y dispensaba el unto o ungüento, del que se decía transmitía la peste; al respecto véase Historia de la Columna Infame, de Alessandro Manzoni), más que la propia novela, repito, es casi más fascinante contemplar el proceso de creación (y, sobre todo, de supresión) que Bufalino ejerció en su escritura, y que está documentado en los apéndices de esta edición.
La trama es sencilla: el protagonista, afectado de tuberculosis, narra su estancia en un sanatorio durante 1946, donde tiene un breve e intenso romance con una de las pacientes, que morirá (como muchos otros de los personajes de la obra, por otra parte) mientras él sobrevive. No sólo se reflejará en la novela la intensidad de este amor imposible por condenado, sino el enigma de la vida pasada de Marta, relegado por la inmediatez, por la necesidad de vivir un momento en el que no existe el mañana.
No es una novela cuyo estilo narrativo sea el que más me plazca. la importancia que da Bufalino a la metáfora continua, al léxico brillante, siempre me transmite la impresión de unos demasiados árboles que ocultan el bosque. Pero es un estilo narrativo que tiene sus seguidores, es válido y no seré yo el que lo descalifique.
Aún con esta salvedad personal, hay muchas cosas que atraen de esta obra. No menor es que es una novela que representa una Totentanz, una danza macabra, un Triunfo de la Muerte cuyos danzantes no sólo saben que morirán, sino que tienen un plazo fijado. En este contexto, toda vivencia adquiere una intensidad inusual, pero también una desesperación infinita, que se impone a lo que podría entenderse como una expresión artificiosa. (No es una apreciación sólo personal; el mismo autor declara: «el peligro era abandonarme a la desmesura lírica, componer un mélo hipertenso y verboso. No sé si he conseguido evitarlo, mediante tales autoironías semiescondidas, y un uso de la postura y del falsete que era por otra parte inevitable en una trama tan teatral.»)
Es difícil comentar una obra que lleva añadida un apéndice tan descomunal, llamado, "instrucciones de uso", que desvela las continuas metáforas, las frecuentes referencias a otras obras, que explica la idea de la obra en su totalidad y en su parcialidad. Ante esto, sólo hay que examinar el resultado. Y éste, tan metafórico, referencial y en clave como se quiera, es satisfactorio. El autor quería transportar un ambiente fantasmal a ese sanatorio de muertos en vida. Quería dar conciencia a la idea ominosa del contagio. Quería no sólo transmitir la imagen de unos protagonistas como apestados, sino también como propagadores de la peste, como vectores de contagio que tienen que organizarse en una sociedad cerrada. Quería dar intensidad a cosas que en el mundo mortal pero inconcreto revisten un significado mediatizado por el tiempo. Todo ello se consigue, no sin manierismos tal vez justificados. En cualquier caso, como lectores, sí vivimos esa intensidad y la continua presencia de una muerte que se constituye, invisible, en un personaje más.

RCS Libri / Bompiani, col. Tascabile
Milán, 199214 [1981]
Prefacio y edición de Francesca Caputo
Con una entrevista de Leonardo Sciascia al autor

Existe edición castellana en Ed. Anagrama

Portada de la edición italiana
Portada y sinopsis de la edición castellana

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El Sanador, de Antti Tuomainen

Con la avalancha de novelas criminales nórdicas, separar el grano de la paja se ha vuelto tarea casi imposible; en parte porque lo único que diferencia a muchas de estas novelas es el nombre del protagonista y el paisaje de fondo.
De manera que, cuando uno se topa con una novela negra escandinava que se sale de esta norma, lo mínimo que se puede hacer es prestarle algo de atención.
lo que es llamativo de El Sanador es que se trata de una novela de ciencia ficción distópica con argumento policial. Me apresuro a decir que no es un capricho del autor: la trama se justifica por este futuro cercano pesadillesco, y éste es causa de los crímenes descritos en la novela. No es un asunto estético para proporcionar un trasfondo original o llamativo en el que poner a un investigador que podría moverse igual que, pongamos, en los años ochenta.
Este futuro inconcreto y cercano es el de un planeta Tierra en el que el cambio climático se ha desatado con todas sus consecuencias: partes de Helsinki se han inundado por la elevación del nivel del mar, la climatología es extrema, las infraestructuras fallan, la producción industrial se ha hundido, el paro es galopante, los servicios sociales no dan abasto, el estado se ha empequeñecido hasta la inoperancia y apenas existe una ley a la que atenerse (cabe preguntarse qué hubiera descrito Tuomainen de vivir en uno de los países europeos meridionales, donde en parte este futuro, aunque por otras causas, ya no es tan ficticio hoy en día).
En épocas de crisis extremas los movimientos mesiánicos funcionan bien. Y en una variante entre milenarista y psicopática, se han venido produciendo una serie de asesinatos cometidos por "El sanador", un apelativo que se refiere a un vago sentido de curación de una sociedad enferma, siendo la cura más que definitiva para los asesinados. Una periodista que investiga estos crímenes ha desaparecido, y su marido inicia su búsqueda, con permiso de una policía que tiene deserciones diarias y ya no dispone ni de personal ni de medios más que para investigar los crímenes más graves, y eso apenas. En esta situación, el inspector encargado de los asesinatos de El Sanador le revela que en la escena de los crímenes se ha hallado ADN de alguien oficialmente muerto hace cinco años.
La investigación criminal, siendo interesante, no es más que un recurso para llevarnos de la mano por un mundo sumido en una crisis social y económica. Una crisis irreprochablemente razonada, en el sentido de que se sucede A entonces suceden B, C y D. Esta visión es distópica, pero inquietantemente plausible, tanto más inquietante como para resultarnos familiar incluso hoy. No esperen un final feliz. Finlandia es el país con mayor tasa de suicidios de Europa, pero no sé si a eso se debe el pesimismo que invade esta novela. Y que es lógico que esté ahí. Hubiera sido demasiado cínico proporcionar un final feliz a los protagonistas en un mundo que se destruye de forma inexorable. En todo caso, admonición o expresión de unos temores demasiado reales, bienvenida sea esta ficción demasiado parecida a un mundo que conocemos muy bien y que en absoluto está bajo nuestro control.

(Parantaja)
Random House Mondadori, col. Roja y Negra
Barcelona, 2012 [2010]

Portada y sinopsis

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Jour de Fête, de Jacques Tati

SESIÓN MATINAL 

(Jour de Fête); 1948

Director: Jacques Tati; Guión: Jacques Tati, Henri Marquet; Intérpretes: Jacques Tati (François, el cartero), Guy Decomble (Roger), Paul Frankheur (Marcel), Santa Relli (Germaine); Dir. de fotografía: Jacques Mercanton; Música: Jean Yatove.

Día de Fiesta fue el primero de los largos realizados por Tati. Todavía no había creado a su personaje icónico, Monsieur Hulot, pero en esta se inventa otro que resulta irremediablemente cómico, el cartero François, al que seguiremos en sus peripecias durante el día de fiesta de una pequeña población rural.
Hay algunos críticos que defienden que, todo y con ser la primera película de Tati, es en realidad la mejor. Sin estar de acuerdo con ellos (para mí, la mejor es Las Vacaciones de Monsieur Hulot), puedo comprender estas preferencias. Mientras que en el resto de filmes lo central es Tati / Hulot contra el mundo, aquí hay dos tercios de una evocación, entre melancólica y realista, de un localismo tan bien expresado que resulta hasta poético. Y el otro tercio es humor, pero no crean que mal distribuido. Casi cada minuto tenemos un gag, perfectamente encajado en este pequeño pueblo y sus habitantes.
¡Y qué humor! Tati ha sido el mejor heredero de Chaplin en la comedia filmada, y como él, usaba muy poco el sonido y el diálogo y se centraba en su totalidad en el gag visual. Y en ese estilo, era insuperable. Llena de pequeños detalles cómicos que, a veces, son tan numerosos que escapan a un primer visionado, las andanzas del pobre y estrafalario François culminan en la joya de la película, cuando, después de haber visto un cortometraje sobre el servicio postal estadounidense, se decide a hacer el reparto del correo "a la americana". Una historia dentro de la historia que ocupa, por derecho propio, uno de los lugares de honor en el cine de humor.

Tráiler:

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Jazz Porque Sí: Joe Romano en Donte's

Hoy tendremos el placer de escuchar a un saxofonista tenor (aunque en realidad tocaba saxos, clarinete y flauta) que debería ser más reconocido en la historia del jazz, Joe Romano.
Formando tándem con el saxo alto Art Pepper, y muy bien acompañados por el pianista Frank Strazzeri, el contrabajista Chuck Berghofer y el batería Nick Cheroli, descubrirán a un imaginativo e improvisador Romano, cuya técnica está fuera de discusión, y cuyos solos, emparejados con los de Art Pepper, constituyen una combinación que da el mejor jazz que se pueda imaginar.
Los temas son largos, de modo que sólo nos cabrán dos, pero la longitud y desarrollo de esta pareja de temas compensa su número: el blues Groupin', y un estándar a tiempo rápido, el calisiquísimo Lover Come Back to Me. Les aseguro que merecen la pena.
Atentos a las explicaciones y comentarios del Cifu, y que disfruten de la música.

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La Ventana Tapiada, de Ambrose Bierce

Ambrose Bierce cultivó el género de terror con la sabiduría de un precursor y la energía de un innovador. En La Ventana Tapiada, que pueden ustedes leer completo en los enlaces que figuran al pie de esta entrada, esta revelación terrorífica se produce muy a última hora, en el final del cuento, pero toda la atmósfera precedente la va preparando.
Hay que destacar cómo Bierce emplea un escenario poco usual para este tipo de ficciones, como es el relato de frontera norteamericano, el paisaje agreste y salvaje, y el límite entre civilización y el paisaje no domado, que contiene sus propios peligros. Una casa presenta un aspecto de decaimiento, con la naturaleza recuperando lo que le fue quitado años atrás. Y destacando en esta casa, hay una ventana condenada. Y esa ventana tiene una historia detrás.
Es la historia de una muerte prematura de la esposa de quien habitó esa cabaña, y de cómo la preparó para el entierro pero, vencido por el sueño, se durmió mientras la velaba. Si esperan ustedes que esto sea un cuento de fantasmas, están muy equivocados. La resolución de la historia es mucho más dramática que una simple aparición. El relato tiene todos los tintes de Poe, más la puesta al día y el conocimiento del entorno que tenía Bierce y, cómo no, su permanente amargura. Porque lo que sucede en este relato no es sólo una desgracia, ni una fatal casualidad, sino una pérdida total, absoluta, un fracaso del hombre capaz de destruirlo.
No es posible explicar más sin destrozar el paso mesurado que este cuento posee, y sin minimizar su efecto. Sólo decir que muy pocos autores han podido escribir, con tal economía de medios y tal dominio de la escena, un relato como La ventana Tapiada.

(The Boarded Window)
En Cuentos de Soldados y Civiles
Eds. Orión, col. Pruebas de Galera
Buenos Aires, 1975 [1891]
Traducción y prólogo de José Bianco

Texto en castellano de La Ventana Tapiada
Texto en inglés de The Boarded Window