La Madre, de Grazia Deledda

Ed. Il Maestrale, col. Tascabili Narrativa
Nuoro (Cerdeña), 2007 [1919]

Es fundamentalmente injusto contemplar una obra del pasado según los presupuestos del hoy. Los paradigmas sociales, morales, personales, cambian, y lo que en un tiempo fue motivo de escándalo o de debate hoy puede haberse convertido en cotidiano.
En el caso de La Madre es así. Su argumento es el de un cura de pueblo que, acompañado por su madre, se ha convertido en párroco en la Cerdeña rural; un sacerdocio al que estuvo destinado desde que nació, póstumo. Pero hasta en los lugares más recónditos se encuentra la tentación, y esta toma la forma de Agnese, una belleza terrateniente del pueblo, de la que el sacerdote Paulo se ha enamorado hasta olvidar sus votos y perder el mundo de vista.
Andamos por un camino de sobras recorrido por la literatura española (La Regenta, de Clarín, o Nazarín, de Pérez Galdós, por ejemplo, ya tratan de amores sacerdotales reales o adjudicados), pero que en la época, y en un país católico como Italia, todavía era motivo de escándalo y reprobación.
Con este tema como telón de fondo, Deledda, en una obra de múltiples puntos de vista, se centra en la duda, el orgullo y la dominación de la madre de Paulo; en los fremordimientos del propio Paulo y en las visiones que de este sacerdote tienen los habitantes de este pueblo: un "auténtico hombre de Dios" al que, sin embargo, le acomete la sensación de estar representando una comedia que oculta su pecado.
Grazia Deledda fue Premio Nobel de Literatura (la segunda mujer en obtenerlo, y la primera después de la sueca Selma Lagerlöf) y, por descontado, no se la puede acusar de escribir mal, todo lo contrario. Se la ha adscrito al realismo, pero estas clasificaciones siempre son equívocas, y en esta novela revela una fuerte capacidad simbolista; uno de los no-personajes más fascinantes en ella es el viento, pero por desgracia este auténtico transmisor de sensaciones es abandonado a las tres quintas partes de la novela.
Remontándonos a la moral de principios de siglo XX, esta es una novela potente; vista con los ojos de hoy, podría ser que no pasara de mera anécdota y de reflejo de una época.
Sin embargo, hay un punto en el que Deledda da un paso definitivo que mete a esta novela en la modernidad: el final, totalmente abierto y dejado a la imaginación del lector, se abstiene del realismo que tiene que atar todos los cabos sueltos y, en cambio, deja en el aire la construcción de un final que puede o no ser más atrevido que la propia novela en sí. Sin este final, La Madre no sería apenas nada; con este final, lo es todo. Los grandes músicos son los que controlan el silencio tan bien como el sonido. Los grandes narradores son los que conocen el valor de lo no dicho contrapuesto a lo ya expresado.

Portada y sinopsis de la edición italiana
Portada i sinopsi de l'edició catalana

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4 comentarios:

Lola dijo...

Tiene buena pinta, Lluís. Y más con ese final tan prometedor.
Hace tiempo quiero leer algo de Gracia Deledda, para mí los premios Nobel de literatura han sido siempre una garantía de calidad, y trato de leer todos los que puedo.
Gracias por la reseña. Un abrazo.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Lola:
Tiene mucho más de lo que he reseñado... Es una novela muy psicológica, muy interpretable, de personajes torturados, aveces. Pero quería resaltar que justamente los realistas siempre se habían enfrentado a la obra como cosa completada, es decir, se plantea un hecho, se desarrolla y se llega al desenlace, que es cierre definitivo. Deledda, en cambio, con ese final abierto, con el que no podemos más que especular con lo que sucederá después, se sitúa en una narrativa más moderna de lo que el tono parecía apuntar. Y, eso sí, excelentemente escrita.
Y respecto a los Premios Nobel, estoy de acuerdo contigo en una cosa, y es que no hay ni uno que no haya escrito bien; ni Winston Churchill escribía mal. Otra cosa es cómo hayan envejecido sus obras, y a veces no lo han hecho demasiado bien, con lo que el esfuerzo de cambiar el chip del punto de vista es más terabajoso. Pero por lo general vale la pena.
Un abrazo para ti también.

Lola dijo...

Si, el final abierto resulta muy interesante empleado por esta escritora por lo que supone de novedoso. Claro que tengo cierta prevención hacia los finales abiertos, creo que deben ser utilizados con cuidado, que hay algunos con los que una se siente un poco estafada.
Seguro que no es este el caso.
De todos modos voy a tratar de leer a Deledda cuanto antes, no se si este libro que comentas o algún otro, ya sabes que ciertos libros no resultan muy fáciles de conseguir y hay que conformarse con lo que se encuentra. ;)

Lluís Salvador dijo...

Hola, Lola:
Estoy de acuerdo. Los finales abiertos deben ser coherentes con lo que ha venido antes, si no pueden representar una auténtica estafa por parte del autor, que delega en el lector la tarea de creación (y de paso, satisface sus expectativas; recurso sutil, pero tramposo). Pero en este caso, en el que La Madre es el personaje, no central, pero sí alrededor del cual gira la obra, este final supone una sorpresa en cuanto a técnica; insisto, más en unas formas realistas en las que solían dejar todo acabado y cerrado.
Era mi primera lectura de Deledda, pero he descubierto una narradora que vale la pena tener en consideración, y alguna lectura más caerá por mi parte.
Y, por desgracia, también tienes razón en la disponibilidad: lo he podido leer en italiano, gracias al servicio de bibliotecas, y hay una edición catalana, pero ninguna española, por lo menos accesible y de este título. Y del resto de su obra, según compruebo ahora, sólo Còsima está traducida (por Ed. Nórdica) y disponible, por lo menos en España. No sé si en librerías de viejo se podría hallar algo, tal vez en algún tomo sobre premios Nobel.
Un saludo!