Los Cañones de Agosto, de Barbara W. Tuchman

Considerada como la obra capital sobre los inicios de la Primera Guerra Mundial, y con un consenso generalizado acerca de su primera página, una de las más bellas (y significativas) de la literatura histórica:
«Era tan maravilloso el espectáculo aquella mañana de mayo del año 1910, en que nueve reyes montaban a caballo en los funerales de Eduardo VII de Inglaterra, que la muchedumbre, sumida en un profundo y respetuoso silencio, no pudo evitar lanzar exclamaciones de admiración. [...] Juntos representaban a setenta naciones en la concentración más grande de realeza y rango que nunca se había reunido en un mismo lugar y que, en su clase, había de ser la última. La conocida campana del Big Ben dio las nueve cuando el cortejo abandonó el palacio, pero en el reloj de la Historia era el crepúsculo, y el sol del viejo mundo se estaba poniendo, con un moribundo esplendor que nunca se vería otra vez.»
Hay que estar de acuerdo en la belleza literaria de este texto, pero también en que no es una belleza vacía o artificial. Antes bien, se trata de un texto programático, que nos muestra con hermosa claridad lo que representó la Gran Guerra: el adiós a una concepción del mundo y la brutal entrada en uno nuevo.
Subtitulado "Treinta y un días de 1914 que cambiaron la faz del mundo", puede extrañar que Tuchman se limite a un período tan corto (y limitado en espacio también; sólo los frentes occidental y oriental, sin entrar en el balcánico, que Tuchman considera, no sin razón, que era un universo propio). Pero tiene sus motivos. Ese escaso período de tiempo bastó para que una nueva realidad se impusiera. Se sacrificó la legalidad y la neutralidad en aras de los objetivos estratégicos; se instauró la represión contra la población civil; se esfumó la creencia (lógica hasta entonces) de la batalla clave que decidiría la guerra. A partir de esos treinta y un días, las declaraciones de guerra y los casus belli se harían cada vez más prescindibles; el sufrimiento de la población civil, sistemático; la guerra se convertiría en algo enorme que sólo podía ganar aquel que agotara a su enemigo, sobre todo económicamente, sufriendo él mismo un terrible desgaste en el proceso. 
¿Y cómo se llegó a este giro copernicano en la tipología de los conflictos? De eso se ocupa Tuchman, con una prosa a la vez bella e instructiva, bien estructurada y en la que el lector no se pierde (salvo por las inferencias del traductor, que comentaré más tarde) y con la que progresivamente, día a día, testimonio a testimonio, reconoce la magnitud de lo que se avecina y todo aquello que se deja atrás.
esde los planes trazados (por todos los bandos; una de las conclusiones que emergen de este texto es que la guerra era algo que todos consideraban inevitable y que nadie quiso evitar) hasta el "cambio de marcha" de Von Kluck y su famosa detención en el Marne, el libro de Tuchman se convierte en imprescindible, un introductor necesario a la "guerra que iba a cabar con todas las guerras". Lo que siguió ya pertenecía a otro mundo, en lo que algunos han definido como el auténtico inicio del siglo XX. Barbara Tuchman nos explica cómo se llegó a ese cambio de era.

[La traducción de este libro, salvo en su famosa primera página, que parece haber sido respetada o revisada, gracias a los dioses, es penosa. Es evidente que el traductor usa las palabras castellanas, pero desconozco con qué gramática, de manera que hay frases incomprensibles. La traducción es tan mala que su responsable ha llegado al ridículo. Cuando, en el fragmento dedicado a la batalla naval de Heligoland, escribe: «más de seis mil hombres, entre ellos un almirante y un comodoro, resultaron muertos o ahogados», el traductor acaba de hacerse con una invitación preferente para ocupar un puesto en el olimpo de las patochadas en la traducción.]

(The Guns of August)
Eds. Península, col. Atalaya
Barcelona, 2004 [1962]
Prefacio de Robert K. Massie

Reeditado por RBA
Portada y sinopsis

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3 comentarios:

Séneca dijo...

Es un libro que me ha impresionado.
Nunca había encontrado una explicación tan buena sobre los orígenes de esta guerra y como un mundo teoricamente civilizado inicio semejante barbarie.
Me parece bién que el libro termine donde termina. El resto es otra historia.
Sabeis algo del libro 1914?

Lluís Salvador dijo...

Hola, Séneca:
Bienvenido a este blog.
El libro se ha convertido en un clásico, y su inicio, en algo que es leído en las clases de medio mundo que tratan sobre la Gran Guerra. Es un texto sobre el cambio de un mundo a otro extremadamente lúcido, y además breve.
No sé nada por el momento sobre ese 1914, pero me pongo a ello. Espero darte noticias pronto.
Un saludo cordial!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Séneca:
Si te refieres a "Agosto 1914", es como ha sido publicado varias veces "Los Cañones de Agosto". Diferente título, pero es el mismo libro. Si te refieres a otro libro, necesitaría la referencia del autor para decirte algo más sobre él.
Un saludo!