El Libro de los Condenados, de Charles Fort

Puede parecer extraño que este blog, que se precia de defender la ciencia y su método, reseñe un libro icónico de las paraciencias. Tranquilícense. Por un lado, voy a comentar la primera intención de Fort, no a defender a sus seguidores, que suelen ser paradigma de los teóricos conspiranoicos y la credulidad. Y por otro, gracias a unos comentarios de Fritz Leiber sobre Fort [Terror, Mystery, Wonder, prólogo a The World Fantasy Awards, vol. 2, Doubleday Science Fiction, Garden City, Nueva York, 1980] que sistematizaron mis intuiciones sobre esta obra, descubriremos que El Libro de los Condenados es una herramienta útil para el escritor.
Uno de los errores sobre la obra de Fort es que tenía teorías propias sobre los fenómenos que registraba en sus libros, teorías que implicaban civilizaciones extraterrestres, ocultismo y una cierta mística. Aunque existen insinuaciones de ello en sus últimos libros, estas teorías son más una creación de sus seguidores que del propio Fort. El otro error es suponer que los "hechos" que registraba estaban extraídos de prensa poco menos que sensacionalista (lo que hoy denominamos "tabloides"). Lo cierto es que en sus primeros libros (que incluyen El Libro de los Condenados) recogía sus informaciones de las publicaciones científicas más serias.
La ciencia no procede con credulidad; un hecho registrado no prueba nada, y no puede ser aceptado sin más. Pero tampoco desechado. No hace tanto que la academia de ciencias francesa anunciaba que del cielo no podían caer piedras porque en el cielo no habían piedras. De modo que el registro de fenómenos extraños es necesario, como una especie de reserva de hechos que carecen todavía de explicación pero de los que se espera que se integren en un sistema racional y científico, como ha sucedido con las lluvias de ranas, peces, etc.
El Libro de los Condenados es uno de tales registros, con una ilación por parte de Fort que defiende a estos parias de la realidad (de ahí el nombre de "condenados") e insiste en que se los tenga en cuenta, en que se los trate e investigue. En esta medida, y sólo en esta, el libro de Fort es sorprendente, desconcertante, a veces apasionante y a veces muy estimulante.
Estimulante, ¿para qué? Fritz Leiber relata que transmitió en una carta a Lovecraft el entusiasmo que le provocaban los escritos de Fort. Lovecraft, racionalista y ateo, le respondió que la ciencia no admitía hechos aislados, sino sucesos repetibles y verificables, y aconsejó (con buen criterio) a Fritz Leiber que tomase los libros de Fort como una fuente de inspiración para sus relatos, pero que no construyera un mundo y una teoría sobre los hechos que Fort narraba. De hecho, Lovecraft decía que él mismo había tomado algunos de los fenómenos forteanos para  incorporarlos a alguna de sus historias. Y ciertamente es así: El Color Surgido del Espacio no es sino un fenómeno forteano sublimado (y esa es la mano de Lovecraft) hasta lo imposible en la realidad pero plausible en la imaginación, como es un nuevo color ajeno a la Tierra. En otros relatos lovecraftianos percibimos esa inspiración, así como en algunos escritos de Leiber.
El Libro de los Condenados, por tanto, es una obra que puede leerse con curiosidad, pero también con aprovechamiento para el escritor de género. Así como en poesía todo aprovecha (pues todo lo humano es poetizable), en la literatura de lo extraño es posible hallar fuentes de inspiración, recursos de ambiente, incursiones de lo extemporáneo en la cotidianeidad. La obra de Fort, despojada de especulaciones y misticismos, es una fuente de primera clase.

(The Book of the Damned)
Rumeu Ed.
Barcelona, 1969 [1919]

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