The Devil's Rose, de Tanith Lee

Tanith Lee es la gran dama de la fantasía, así como Le Guin lo es de la ciencia ficción. Sus virtudes como escritora son enormes, y van desde lo vívido de sus descripciones, el realista sentido de la época que llega a imprimir a sus historias, una imaginería perfectamente trazada y que llega a la mente del lector, la utilización de un lenguaje rico y expresivo, la (per)versión de los mitos, leyendas, historias, cuentos populares y lo que se ponga por delante, un cierto ritmo en su prosa que produce muchas veces una sensación poética, el feminismo de sus historias y, sobre toto, más que la sexualidad, la sensualidad de las mismas.
La Rosa del Diablo es una de estas historias que pueden derivar de la leyenda popular pero que, tamizadas por la expresividad de Lee, adquieren un significado nuevo, una ironía ciertamente cruel en ocasiones pero necesaria siempre y una expresividad narrativa como pocas veces se alcanza en la fantasía.
Un tren queda bloqueado por la nieve en un imaginario país centroeuropeo, y sus pasajeros deben disponerse a pasar un par de días en una pequeña localidad de provincias. El protagonista, un tipo elegante, irónico y de características mefistofélicas (que en el transcurso del relato veremos que se justifican plenamente), se decide por buscar su propio alojamiento, y así vaga por el pueblo cubierto por la nieve, dirigiendo su mirada displicente a todo cuanto le rodea. Cuando llega al extrarradio, y frente a lo que parece ser una pequeña capilla en extremo primitiva, encuentra a una muchacha en contemplación de algo que el protagonista no distingue. Pero le llama la atención lo extático de la mirada de ella, así como su belleza. Se ofrece a acompañarla a casa y, en un acto de audacia, pide volverla a ver al día siguiente, a lo que ella accede.
Cuando el sol se levanta, y para pasar el día, el viajero va a ver la capilla de la nocha anterior. Ciertamente no es gran cosa, pero uno de los habitantes (un individuo que se excusa por reescribir leyendas populares como cuentos de miedo, una ironía muy propia de Tanith Lee) le lleva a ver la joya del lugar, un vitral en el que se representa la escena del paraíso poco antes de la consumación del pecado original. En primer término del vitral hay un rosal en el que se enrosca la serpiente; pero lo curioso es que parece también haber una figura fantasmal al lado, que algunos ven y otros no, y que representa al diablo como si bailara de alegría. Y esa figura tiene su historia local en la de una muchacha que logró verla y se obsesionó con ella, prometiendo con su propia sangre que si el diablo venía a bailar con ella se entregaría a él.
Para resumir el relato, que ya vemos que tiene un planteamiento de historias paralelas, diremos que el viajero entra en la casa de la chica, es invitado a cenar y convence a la muchacha para poder subir en secreto a su habitación esa misma noche; la muchacha, por descontado también está fascinada por esa figura semivisible en el vitral, y ha asimilado, muy fácilmente, al extranjero con ella.
El viajero, en efecto subrirá y conseguirá la virginidad de la muchacha, sabiendo que partirá al día siguiente en el tren, dejando atrás, como acostumbra, una prueba más de su cinismo.
El desenlace final de la historia es tal que no podemos sino tildarlo de cruel, pero sepan que es inesperado como pocos, y que es una de las mejores reinterpretaciones de lo fantástico en la realidad que existen.
Nunca he leído un mal relato o novela de Tanith Lee. Los tiene mejores y peores (y este es de los buenos) pero nunca son mediocres. Tanith Lee es una escritora que se entrega a su arte con todo lo que dispone, y todo ello lo pone al servicio de la narración. Es así en esta La Rosa del Diablo, y el resultado es un relato que tiene toda la impresión de ser realista, sin tan siquiera entrar en lo sobrenatural, pero con una atmósfera de leyenda y unos rasgos diabólicos (pero atrayentes) del protagonista insinuados que sirven para llevar a su conclusión esta muestra de lenguaje entre poético y costumbrista que utiliza. Un gran cuento de una de las mejores narradoras del fantástico.

En Demons & Dreams. The Best Fantasy and Horror 2
Legend / Random Century
Londres, 1990 [1988]
Ed. de Ellen Datlow y Terri Windling

btemplates

2 comentarios:

Miguel dijo...

Esta entrada me ha recordado que guardé en Instapaper un artículo de The Guardian sobre esta escritora que tú me descubriste en su momento. Lo pego aquí para quien quiera leerlo, es de hace un par de años:

http://www.guardian.co.uk/books/booksblog/2010/aug/27/fantasy-death-master-tanith-lee

Lluís Salvador dijo...

Hola, Miguel:
Gracias por el enlace y la información. Ya sabes que a Tanith la considero un prodigio de autora en la fantasía, y este relato lo demuestra. Death Master, al que se refiere el artículo del Guardian, es una de sus obras más destacadas...
Un saludo!