Una Noche de Perros, de Hugh Laurie

Tengo el mayor respeto y admiración por Hugh Laurie. No sólo como actor, con lo que ha conseguido la proeza de hacer que un tipo fundamentalmente antipático y misántropo, desagradable cien por cien, nos sea de interés y hasta reciba cierta simpatía por nuestra parte. Claro que no es de extrañar tratándose de un actor que puso rostro para siempre a ese lechuguino entrañable que es Bertram Wooster. Pero no sólo actúa. Hace un tiempo le descubrí un texto breve, "Wodehouse Salvó mi Vida" que era un pequeño tesoro de cariño, respeto y admiración hacia P. G. Wodehouse. En él, Laurie demostraba sensibilidad, buen humor y sobre todo inteligencia. También es un músico más que aceptable. Si tuviéramos que hacer caso a los prejuicios imperantes, ya estaríamos soltando tópico tras tópico sobre la importancia de centrarse en un solo oficio, pero no soy partidario de estereotipos y, por fortuna, Hugh Laurie tampoco.
Hace poco cayó en mis manos esta novela, Una Noche de Perros [título que nada tiene que ver con el libro; el original, El Traficante de Armas, sí]. Me apresuro a decir que fue escrita antes de que Laurie protagonizara House y se hiciera mundialmente famoso. Pueden ustedes desechar todas las observaciones y referencias a la serie, de portada y contraportada, que lleva la edición española. Son intentos de vender el libro como si fuera un capricho de un actor famoso.
¿Por qué escribió Laurie este libro? Supongo que porque le apetecía, y bien que hizo.
Porque el muchacho no lo hace nada mal. The Gun Seller es una novela de espionaje muy bien hecha, muy bien estructurada, muy bien trazada sobre el trasfondo de la guerra de Irak y con todos los elementos del género.
Thomas Lang es un exmilitar británico al que ofrecen dinero por realizar un asesinato, propuesta que rechaza. Cuando intenta avisar al objetivo, es sorprendido por el teórico asesino (la primera escena de la novela) al que mata. Sucede, sin embargo, que quien le encargó el asesinato y el objetivo del mismo son la misma persona. Han puesto a prueba a Lang pero, ¿para qué?
Simplemente para ver si conserva los suficientes principios éticos como para enfrentarse a un plan de los traficantes de armas para provocar un atentado en el que poder demostrar la eficiencia del "Graduado", un helicóptero antiterrorista. Lang tiene esos arrestos, pero la combinación de un poderoso fabricante de armas, la CIA y los servicios secretos británicos es demasiado poderosa, y Thomas se verá abocado a infiltrarse en un comando y actuar como agente provocador del atentado.
Narrada en primera persona, con un humor muy británico y sardónico, Laurie desarrolla un argumento en la línea de los clásicos del espionaje (incluyendo un sutil homenaje a John Le Carré), y lo hace con perspicacia y momentos de brillantez. Trata muy bien las escenas de acción, desarrolla los diálogos con realismo, tiene mensaje y crítica social pero no deja que eso se convierta en un panfleto y, en conjunto, podemos decir que es una novela muy bien escrita, muy agradable de leer y que merece mejor suerte y recepción crítica que denominarla "la divertida novela del 'Dr. House'". Tanto el autor como la obra merecen más respeto.

(The Gun Seller)
Planeta / Booket
Barcelona, 200 [1996]

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