Malas Calles, de Martin Scorsese

SESIÓN MATINAL 

(Mean Streets); 1973

Director: Martin Scorsese; Guión: Martin Scorsese y Mardik Martin; Intérpretes: Harvey Keitel (Charlie), Robert de Niro (Johnny Boy), David Proval (Tony), Amy Robinson (Teresa), Richard Romanus (Michael); Dir. de fotografía: Norman Gerard.

Con apenas argumento, sólo llevado por el tenue hilo conductor del personaje de Johnny Boy, interpretado por de Niro, y desde luego sin desenlace definitivo, esta película es de aquellas que o se aman o se odian. Ciertamente no es de visionado fácil, porque no sigue los postulados narrativos habituales en el cine. Sin embargo, y ya desde su inicio, la intención de Scorsese queda clara: en el centro de la pantalla, rodeada de los títulos de crédito iniciales, aparece una filmación en súper 8 de aspecto casero (e, incidentalmente, ver a Harvey Keitel actuando mal, es decir, muy bien, en esa filmación, mostrando la rigidez típica de los no actores cuando están siendo filmados, es de un mérito enorme), que nos muestra las escenas típicas de estas películas domésticas: encuentros celebraciones, bromas, etc.
Lo que Scorsese nos dice es que su película va a ser ni más ni menos que eso, una filmación de la vida diaria de la que podríamos definir como clase media baja de la delincuencia en el Little Italy de Nueva York. En este aspecto, la decisión de quitar peso a la historia se justifica, pasando a ser la película un documental emocional (ya que no puede serlo real) de la vida en las calles del barrio italiano y sus gentes en los años setenta.
De ahí que a veces se incluyan escenas filmadas en plena calle, sin preparación, y que toda la película, con su manejo de cámara a veces al hombro y su fotografía algo granulada (menos en una escena en la que se sale de Little Italy, lo cual refuerza esa tesis fílmica), adquiera ese tono de testimonio.
Se trata de una película muy poco moralista y, sin embargo, altamente moral: la descripción de las vidas de los protagonistas pasa, inevitablemente, por su estilo de vida que ha sido conformado por una pertenencia a un barrio, a una familia y, en resumen, a una tradición de la que no pueden sustraerse, una especie de ley particular que les domina. Únicamente Johnny Boy está al margen de este dominio, y lo está porque se nos insinúa que está medio loco; lo bastante como para arriesgarse a morir en su desprecio a la convención.
No es, desde luego una película agradable, ni fácil, pero sí, en sus propios términos, es una película necesaria y que marca mucho de lo que su director ha realizado después. Por eso es imprescindible para entender la filmografía de Scorsese.

Tráiler:

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