Alta Fidelidad, de Nick Hornby

El caso de Nick Hornby es singular. Sus libros obtienen un éxito inmenso, tratan temas inusitados, a veces desagradables, lo hacen sin tapujos y sin embargo consiguen emocionar. Es una mezcla muy arriesgada, y no obstante Hornby consigue equilibrarla y hacer que el lector se interese por la vida de los personajes y las circunstancias que describe en sus novelas. Así, en Fiebre en las Gradas, conseguía una de las pocas y grandes novelas sobre fútbol, aptas para que la leyese cualquiera; en Cómo Ser Bueno, una historia que en un principio podía parecer lacrimógena se convertía en humana y agradable.
El secreto tal vez radica en que todo lo que cuenta Hornby está firmemente basado en la realidad: sus personajes, sus ambientes, los detalles con que llena sus novelas, todo es perfectamente real, creíble. Si sus situaciones pueden no serlo tanto es porque se trata de novelas, al fin y al cabo; pero mediante el verismo de todo lo que envuelve a estas situaciones, el lector entra en la historia y se mete de cabeza en ella.
Con Alta Fidelidad, Hornby nos introduce en la vida de Rob, propietario de una tienda de discos que malvive en uno de los barrios de Londres, en la que sólo vende lo que le gusta, y en la que trabajan dos personajes tan extraños y peculiares que bien podría llamarsela tienda de locos. A esta vida en apariencia insatisfecha no contribuye el hecho de que su compañera, Laura, acaba de abandonarle.
A partir de aquí entramos en la espiral de dudas que acometen a Rob al respecto de su vida sentimental, y al repaso de ésta a lo largo de su vida, unas relaciones amorosas que parecen marcadas por los abandonos de las mujeres a las que ha querido.
¿Verdad que esto parece manido, incluso vulgar? Pues Hornby lo transforma en una obra de rara sensibilidad. Trufada de listas ("las cinco mejores...") y de títulos de canciones, asistimos a una mirada sobre el miedo a comprometerse y los traumas de unas relaciones malentendidas, en las que las personas tienden a subvalorarse. Todo ello sin apenas darnos cuenta y con unos toques de comedia que ayudan a llegar hasta el final y dejan un buen regusto al lector.
Si consideran a Hornby un optimista, pues bueno, sí, lo es. Hay de todo en la literatura. Pero les aseguro que lo que no es Nick Hornby es mal escritor. Pruébenlo y ya me dirán si tengo razón o no.

(High Fidelity)
Punto de Lectura
Madrid, 2000 [1995]

Existe reedición en Ed. Anagrama
Portada y sinopsis

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