La Vida Privada de Sherlock Holmes, de Billy Wilder
SESIÓN MATINAL
(The Private Life of Sherlock Holmes); 1970
Director: Billy Wilder; Guión: Billy Wilder, I. A. L. Diamond; Intérpretes: Robert Stephens (Sherlock Holmes), Colin Blakely (Dr Watson), Genevieve Page (Gabrielle Valladon), Clive Revill (Rogozhin), Christopher Lee (Mycroft Holmes), Catherine Lacey (mujer en silla de ruedas), Stanley Holloway (enterrador); Dir. de fotografía: Christopher Challis; Música: Miklos Rozsa; Dir. artístico: Alexander Trauner.
Una película que siempre ha desatado controversias. No acaba de gustar a los amantes del cine de Billy Wilder, que la encuentran poco sarcástica, poco ácida; y provoca desconfianza en los aficionados al detective de ficción por excelencia, que ven cómo se toma ciertas libertades desmitificadoras con el personaje.
El caso es que esta película tenía que contener cuatro historias, pero se quedaron en dos. La primera es una pieza satírico / cómica sobre Sherlock Holmes y su misoginia, y la segunda un caso holmesiano que podría bien ser uno de los canónicos debidos a la pluma de Conan Doyle, si no fuera porque es creación exclusiva de Wilder y Diamond.
Esta mezcla no satisface a ambas facciones de aficionados. Y, ciertamente, puede desorientar al espectador. Lo que primero se plantea como una sátira absoluta del personaje enfrentado a la realidad (Holmes incluso se queja de que Watson haya incrementado en dos pulgadas su estatura) de pronto pasa al terreno más absoluto de la ficción holmesiana.
Sin embargo, y tomada en sí misma, se trata de una película muy notable. No sólo el apartado desmitificador del filme está bien trazado, sino que éste, junto con el caso que sigue, son en extremo respetuosos con el personaje. Casi podríamos decir que son tratados con cariño, con humor a veces (el mismo Conan Doyle tenía esos ramalazos en sus historias), cierto, pero con un afecto que puede extrañar en los que están acostumbrados a la mordacidad de Wilder. Y el caso que se plantea es tremendamente canónico, perfectamente interpretado por Stephens y Blakely como Holmes y Watson, rodeados de la cohorte habitual: la señora Hudson, Mycroft Holmes (interpretado por un sorprendente Christopher Lee), y la clienta enigmática que pone en marcha a un Holmes abatido por la falta de casos que representen un desafío.
Todo ello compone una película que merece mejor opinión y mayor prestigio, y que puede enseñar bastantes cosas sobre cómo tratar a los personajes holmesianos con originalidad pero sin perderles el respeto.
Tráiler:
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