La Carta, de William Wyler
SESIÓN MATINAL
(The Letter); 1940
Director: William Wyler; Guión: Howard Koch, basado en el relato de W. Somerset Maugham; Intérpretes: Bette Davis (Leslie Crosbie), Herbert Marshall (Robert Crosbie), James Stephenson (Howard Joyce), Sen Yung (On Chi Seng), Frieda Inescort (Dorothy Joyce), Gale Sondergaard (Sra. Hammond), Bruce Lester (John Withers), Tetsu Komai (Sirviente); Dir. de fotografía: Tony Gaudio; Música: Max Steiner; Montaje: Warren Low.
En esta película nos hallamos en el terreno del más puro melodrama. Y del mejor melodrama, tal y como se entendía en los años cuarenta, la gran época de este género. En una plantación de la península malaya se escucha un disparo. Lo siguiente que vemos es a un hombre salir por la puerta tambaleándose y a Bette Davis detrás suyo, empuñando un revólver, que descarga una y otra vez sobre el cuerpo del infortunado; así, con ensañamiento y frialdad. Avisado el abogado amigo de la familia y el delegado de policía, la mujer da su versión de los hechos: con el marido fuera de casa, Hammond, teóricamente amigo, se presentó furtivamente en la plantación y empezó a hacer la corte a Leslie, intentando después forzarla, hasta que la mujer se libró de él y, hallando una pistola, se defendió hasta matarlo.
Poca cosa, según el abogado. Ningún jurado condenará a Leslie tras escuchar esta versión, que es acvalada por varias circunstancias, de la mala fe de Hammond y la defensa propia de la mujer.
Sin embargo, y a la espera del juicio, llega a oídos del abogado Joyce la existencia de una carta escrita por Leslie a Hammond ese mismo día, en el que lo invitaba a venir a la plantación, y que cambia por completo la perspectiva del caso.
Es puro melodrama lo que sigue... Los esfuerzos de Joyce para convencer al abogado de que hay que recuperar esa carta, los escrúpulos de éste en ocultar una prueba; y el marido... que está en la inopia.
Y para que estos argumentos, por lo general absurdos o tan extremos que rayan en lo increíble, funcionen, es necesario que estén fílmicamente tratados con una profesionalidad que pone a prueba la credulidad del espectador. Y en la obra maestra que es La Carta, esta profesionalidad la proporcionan las grandes interpretaciones de Herbert Marshall, James Stephenson, Sen Yung y, sobre todo, una Bette Davis grandiosa, perfecta, en toda una lección de registros dramáticos. Además de un tratamiento fílmico por parte del director William Wyler, en una auténtica lección de cine, con un manejo de la cámara y el encuadre tan sutil y profundo que proporciona significado propio a las escenas, añadiendo un significado visual a los diálogos y a los gestos de los personajes. Si a ello añadimos la fotografía del genial Tony Gaudio y la música de Max Steiner, tenemos una obra maestra del cine sin reservas, sea cual sea el género de que se trate.
Tráiler:
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