Luella Miller, de Mary E. Wilkins-Freeman

Con el canon firmemente establecido por el Drácula de Bram Stoker en 1897 (y, créanme, fue una sensación en todo el mundo), la ficción vampírica buscó nuevos lugares donde establecerse. El más lógico, a su peculiar manera, fue Nueva Inglaterra, un lugar extrañamente estadounidense donde se instauró la tradición, que perdura hasta hoy, del Nuevo Gótico americano (el otro lugar donde esta tendencia encontró firme arraigo fue en los estados del Sur).
De allí era Mary Eleanor Wilkins-Freeman, escritora elogiada (y con razón) por Henry James, autora que escribió, aparte doce novelas y más de doscientos relatos, uno de los más recordados cuentos vampíricos, y uno extrañamente avanzado a su tiempo, este Luella Miller.
Sólo por seguir un poco con la tradición, el relato se inicia con una descripción del lugar, una descripción en lenguaje de 1903, pero firmemente gótica, de la casa en la que vivió la Luella Miller protagonista. No obstante, pronto la autora se centra en esta figura, delicada y bellísima, que tiene la particularidad inquietante de hacer que cualquiera que viva bajo su mismo techo no tarde en morir por consunción sanguínea. Su compañera en la escuela del pueblo en la que trabajaba como maestra, su marido, varios parientes y algunas personas que hacían el trabajo de la casa. Porque Luella Miller fue una mujer que jamás realizó un trabajo manual o, incluso, ningún trabajo en absoluto. Todo, desde preparar el desayuno a las tareas de mantener la casa, tenía que ser realizado por otras personas, ya que Luella no sabía ni preparar café.
No hay nada macabro ni morboso en la figura de Luella, si exceptuamos esta excéntrica incapacidad manual. de hecho, el relato es peculiarmente avanzado a su época, puesto que, mientras queda claro que Luella Miller es causa y efecto de la muerte de aquellos que se acercan demasiado a ella, sólo podemos definir esta curiosa maldición como una especie de vampirismo psíquico, en absoluto causado por una exacción física de la sangre de las víctimas. Lo más inquietante del relato, además de este inexplicable fenómeno, es la delicadeza, casi inocente, de Luella, y la dureza con la que es tratada por parte de la vecina que narra la historia y por los rumores que corren por el pueblo (unos rumores que, no obstante, son subrepticios; el párroco los condena como supersticiosos, una especie de expiación y reacción a la caza de brujas de Nueva Inglaterra, siempre presente en el imaginario local).
Porque ahí se halla también otra de las características del gótico de Nueva Inglaterra. En otras latitudes, tal vez el hecho concreto hubiera ocupado el centro de la narración. En este relato, sin embargo, es la censura social, la unidad y uniformidad de la comunidad la que ocupa, una y otra vez, la posición principal. El reproche que se le hace con mayor frecuencia a Luella no es que sea la causa de muerte de los que la rodean, sino que es un hecho conocido y desaprobado por todos, en el que se empeña en persistir. A los que se acercan a Luella se les advierte, se les conmina a dejar que se las apañe por sí misma (y de ahí la utilidad narrativa de la incapacidad para las tareas), que practiquen un ostracismo con ella (y, por ende, que la dejen morir, puesto que, sin gente a su alrededor, la misma Luella parece afectada por esa misma consunción).
Es una característica que, literariamente hablando, es tradicional en un modo delicioso. Incluso hoy Nueva Inglaterra tiene fama de poseer una "aristocracia" propia y un sistema social muy cerrado y vigilante de sí mismo. Proviene del establecimiento de las colonias puritanas, en las que no existían secretos y todos eran los guardianes morales y religiosos de sus hermanos, léanse vecinos. Estas costumbres, aun modificadas y reprimidas, imprimen carácter, y ese carácter se muestra con toda claridad en este relato, que por muchas razones merece su pervivencia y popularidad.

En The Penguin Book of Vampire Stories
Penguin Books
Londres, 1988 [1903]
Edición de Alan Ryan

Texto en castellano de Luella Miller, en el blog "El Espejo Gótico"
Texto en inglés de Luella Miller, en la web "Literary Gothic"

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