Gli Occhiali d'Oro, de Giorgio Bassani

En Los Anteojos de Oro, Bassani nos cuenta la historia de un hombre aplastado por la sociedad. Athos Fadigati es un médico otorrinolaringólogo respetado por la sociedad de Ferrara. Discreto, culto, inteligente, de buen gusto, gran profesional, amable, lo tiene todo para figurar, como lo hace, entre la mejor burguesía de la ciudad. El problema surge cuando, con el paso del tiempo, el hecho de que Fadigati siga soltero suscita cierta curiosidad. Progresivamente, la gente bienestante empieza a lanzar una mirada más atenta a las costumbres del doctor. Una mirada más susceptible, más maliciosa. Y de las acciones inocentes del médico surge el rumor, convertido en certeza por aquellos que lo difunden, de que Fadigati es homosexual.
¿Lo es o no? Para Bassani (y para los lectores) no es importante que el doctor lo haya sido o se haya convertido en tal gracias a las presiones del rumor que afirma que sí. Sea porque ha sido descubierto o porque Fadigati se ha conformado a esta realidad, lo que para el autor importa es el aplastamiento al que se somete a esta excelente persona a nivel social. Los insultos velados, las burlas más o menos declaradas, los desprecios continuos que fadigati sufre sin quejarse, el ostracismo al que se le somete en público (en privado, algunas de las personas con menos prejuicios siguen hallando en él el buen conversador y amable individuo de siempre), todo ello prefigura una historia cruel que acabará en tragedia.
Una tragedia que se precipitará cuando el paciente Fadigati, que ya ha soportado el despido del hospital en el que trabaja, el abandono de su clientela en su consulta privada y, en general, su abocamiento a una existencia marginal entre la sociedad burguesa que le correspondía y la clase baja en la que nunca ha estado, recibe un nuevo golpe que ya le resulta imposible de asumir. Porque además Fadigati es judío. Y en la Italia mussoliniana, el fascismo se prepara a declararse "unido a doble filo con el Reich" en todas sus políticas.
Bassani nos retrata a un hombre agradable, aunque débil. Tan débil como para (se nos insinúa) adaptarse a todo aquello que la sociedad quiera que él sea. No es la mejor figura para un héroe, pero es que Fadigati, como el común de las gentes, no es ningún héroe ni quiere serlo. Recalquemos que el doctor no ejerce ninguna violencia contra nadie. Y en cambio, es violentado por la sociedad hasta victimizarlo. Y no olvidemos jamás que eso que llamamos "sociedad" tiene nombres y apellidos. No es una responsabilidad que se pueda difuminar, por mucho que así se pretenda.
No olvidemos que la mirada de quien narra es importante. En este caso bassani elige a un muchacho en el umbral de hacerse adulto que relata en retrospectiva la historia del doctor Fadigati, y esa mirada es la de alguien que supera los prejuicios para ver a la persona, la de alguien que muestra su compasión (y su respeto) por un médico amable y culto cuyo único defecto fue el de no ser bastante fuerte como para soportar todo lo que la sociedad le echó encima. Es importante. Desde otro punto de vista podría resultar una historia sórdida, o un lamento patético. Desde donde Bassani escoge contarla, la mirada es humana sobre un hecho que evoca las responsabilidades que todos tenemos para con nuestros semejantes.

Arnoldo Mondadori Editore, col. Oscar Mondadori
Milán, 197021 [1958]

Portada y sinopsis de la edición italiana

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