Shoo Fly, de Richard Matheson

Richard Matheson es uno de los grandes nombres del terror contemporáneo. Su nombre puede no sonarles. Bueno, pues es el autor del argumento y guión de Duel-El Diablo Sobre Ruedas, de Steven Spielberg, ha contribuido con guiones a las series "Twilight Zone", "La Hora de Alfred Hitchcock", es autor y adaptador de Soy Leyenda, y guionista de múltiples series para televisión. Amén de tener el raro honor de aparecer en El Padrino, parte II, que no es poca cosa tratándose de una obra maestra.
Pero los que le conocemos como escritor le tenemos devoción en su medio. Es un autor excelente, como lo prueba la anteriormente citada Soy Leyenda, entre otras obras maestras; también es uno de esos raros autores cuya fuerza es tal que no ha desaparecido en las épocas en que el terror estaba de capa caída (algo que sucede cíclicamente, y cñiclicamente vuelve el género a resurgir de sus cenizas trayendo una nueva catarsis, un nuevo subtexto para las épocas que vivimos) y cuya ficción se escribía, vendía y leía con la misma intensidad que cuando las portadas macabras dominaban los estantes.
Este Shoo Fly (que podríamos traducir como Fuera, Mosca, así, sin ningún tipo de signo de exclamación) es una de esas pequeñas joyas de contyención a las que nos tiene acostumbrado, un relato en el que no hay nada terrorífico en apariencia, salvo lo inquietante que resulta su escalada de acontecimientos.
El protagonista es un director en su despacho, esperando a un cliente con el que tiene que firmar un importante contrato.Este cliente se retrasa, la secretaria se va a comer y el directivo se queda solo. ¿Solo? Bueno, en el despacho hay una mosca. Conforme crecen los nervios de la espera y repasa sus achaques y dolencias, la presencia de la mosca y su deambular se vuelven cada vez más evidentes para el hombre, y su irritación se va incrementando, hasta que por fin decide que no tiene más laternativa que matar a ese insecto. Y emprende toda una cacería de furia creciente que conlleva una destrucción también más absoluta del despacho...
Pueden ustedes ver ya que el humor de Matheson es de un sardónico que puede provocar más la inquietud que la risa. Porque este relato, en el que sólo contamos con el monólogo interior del hombre que, por una parte, analiza su vida y sus fracasos, el paso de los años y sus achaques, y por otra la furia con la que culpa de ello a la mosca, como si el matar al insecto fuera algo definitorio para ver si su vida ha sido un fracaso total o no, se inicia en un tono tan minimalista y casual que se introduce en la mente del lector de manera tal que cuando el crescendo de frustración se va produciendo, el hecho ha dejado de ser una mera anécdota para convertirse en una premonición de lo que puede ser una catástrofe de consecuencias terribles para el protagonista.
Es marca de fábrica de Matheson esta naturalidad en el tratamiento, esta entrada insidiosa de la tensión en la historia, y el poder que tiene en descubrir situaciones límite en las cosas más insospechadas y casuales. Shoo Fly es un relato totalmente realista, una joya en la que el lector aporta su parte a la historia con su propia imaginación, pero una imaginación estimulada por lo que Matheson cuenta y los detalles que da. Un relato perfecto.

En Demons & Dreams. The Best Fantasy and Horror 2
Legend / Random Century
Londres, 1990 [1988]
Ed. de Ellen Datlow y Terri Windling

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