La Pistola Automática, de Fritz Leiber

El Negro Kovacs es un contrabandista de licor en los tiempos de la Prohibición. Es un oficio arriesgado para un grupo de independientes, que no sólo son perseguidos por la policía, sino también por los sindicatos del crimen, celosos de mantener su posición sin competencia en el "mercado". Por eso Negro lleva una pistola automática encima.
Aunque la relación de Kovacs con esa arma es algo más que funcional. La limpia, la cuida, la desmonta y la engrasa, a la vez que lima el percutor haciendo cada vez más sensible el gatillo, etc. En suma, una relación que roza la obsesión. Esto llama la atención de sus compañeros, sobre todo de Anton Larsen, quien cada vez se hace más agresivo cuanto Kovacs muestra su pistola, hasta que un día se ofrece a comprarla; cuando esto no resulta, intenta arrebatársela por la fuerza, sin resultado. A partir de entonces ambos hombres dejarán de hablarse.
Cuando el Congreso anula la prohibición y deja sin trabajo a los contrabandistas, la banda se disgrega. En la guarida están dos de sus miembros preparándose para la marcha cuando aparece Larsen. Negro Kovacs ha muerto. Y Anton Larsen tiene su pistola. Es muy sospechoso, pero Larsen es hombre del que hay que cuidarse, y además está con los nervios a flor de piel, de modo que los otros dos le siguen la corriente.
Pero si el comportamiento de Larsen es peculiar, el de la pistola lo es todavía más; su cañón parece apuntar siempre hacia donde está Larsen, y tiene la tendencia de dispararse sola, aunque sea con la recámara vacía...
La maestría de Leiber en todos los campos del fantástico ya ha sido comentada aquí. En el caso de La Pistola Automática escribe un relato en la mejor tradición de la novela negra americana que descollaba en la época y lo hace derivar a lo sobrenatural con, precisamente, una naturalidad que es producto de una narración medida para que ese elemento surja por sí solo en el lector.
Con una expresión impecable, Leiber se dedica a hacer crecer la tensión ambiente hasta crear la expectativa en el lector de que algo va a suceder, aunque no sepa qué ni cómo.
Les llamo la atención en lo ya apuntado: Fritz Leiber fue un maestro de la ciencia-ficción, un innovador inteligente de la fantasía heroica, uno de los grandes de la ficción terrorífica; cuando se le dio oportunidad, realizó enormes relatos de ficción especulativa. Con este cuento demuestra que podía dominar el suspense y el policiaco. Semejante versatilidad no fue producto del mero artesano (al fin y al cabo, Leiber tenía sólo treinta años cuando escribió este relato), sino un conocimiento, intuitivo o adquirido, de lo que hace una buena historia. No es la marca del genio, aunque Leiber lo fue, pero sí del gran escritor. La combinación de ambas cosas fue lo que hizo a Leiber ser reverenciado en vida y póstumamente.

(The Automatic Pistol)
En La Edad de Oro 1939-1940
Eds. Martínez Roca, col. Gran Super Ficción
Barcelona, 1988 [1940]
Ed. de Isaac Asimov y Martin H. Greenberg

Texto en castellano de La Pistola Automática

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2 comentarios:

Alberto dijo...

¡El polifacético Fritz Leiber! Leí este relato a finales de los años 80 en la antología de sus relatos titulada "Espectros de la noche" ("Black agents of the night") publicada por Martínez Roca; un libro de historias inolvidables. Como inolvidable es también la novela "Esposa hechicera" Hace poco leí su novela de ciencia ficción "El planeta errante".

Alberto. Mi blog: www.cineyliteraturamiticos.blogspot.com

Lluís Salvador dijo...

Hola, Alberto:
Bienvenido a este blog.
Tienes toda la razón en lo que señalas. polifacético y espléndido escritor. Pero es difícil hallar algo de Fritz Leiber que no lo sea.
Un saludo!