Quebrado como un Duendecillo de Cristal, de Harlan Ellison

La capacidad de polémica de Harlan Ellison es legendaria. Ha estado a la contra de casi todo, editores, productores, lectores... de quien se haya puesto por delante. Claro que sus polémicas no son para escandalizar, sino para expresar sus puntos de vista con la rotundidad que acostumbra. En el caso de este relato, el propio Harlan dice: «es uno de los que provoca mayores reacciones cuando lo leo en charlas en las universidades, y los drogadictos siempre están recriminándome el haberlo escrito. Pero no tengo tiempo para comentar las razones de ello y, además, creo que ya he perdido todo interés en ese comentario. Así que mejor lean el relato».
Los escritores de ciencia ficción que han escrito sobre la experiencia psicodélica o la han empleado intensamente en su ficción son numerosos: Michael Moorcock, Philip K. Dick, Brian Aldiss, Philip José Farmer, etc. No es de extrañar si tenemos en cuenta que la gran revolución en el género que supuso la aparición de la Nueva Ola, o la Ficción Especulativa, coincidía con la época en el que la escritura mediante la alteración d elos estados de conciencia era una moda que dominaba la escena de las letras, independientemente de los géneros. Pero escribir en contra de las drogas no era en absoluto corriente, y es lo que hace Ellison en este relato, que pueden leer en el enlace al pie de esta reseña.
No lo traigo aquí por su temática precisamente, sino como demostración de la capacidad de Ellison para ir contracorriente, porque es un buen ejemplo de la imaginería que acostumbra a utilizar (y que tan denostada y parodiada ha sido) y porque en el repaso de las ficciones de Ellison, que es autor que gusta al que escribe, hemos visto al Harlan reivindicativo, al Harlan social, al Harlan con mensaje, al Harlan estético y quedaba por ver estos aspectos del autor que les he apuntado con anterioridad.

(Shattered Like a Glass Goblin)

En revista Nueva Dimensión nº 29
Eds. Dronte
Barcelona, 1972 [1968]

Texto en castellano de Quebrado como un Duendecillo de Cristal

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2 comentarios:

Peke dijo...

Hace sentir escalofríos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Peke:
Has dado en el clavo, porque una de las cosas que siempre pretende Ellison es llegar hasta el fondo de la comunicación con el lector, y hacerle sentir. A veces lo consigue, a veces no, pero siempre arriesga, y no tiene empacho en emplear la crudeza y la imaginería más desatada. Sin embargo, la emplea por lo general con maestría, y no la utiliza en vano. Sus imágenes pueden causar conmoción, pero hay una idea motriz detrás. Es lo que diferencia a la literatura que lleva mensaje de la que es meramente efectista.
Un saludo!