Trouble Is My Business, de Raymond Chandler

Antes de componer el monumento del género que serían sus siete novelas y cuarto (Poodle Springs está inacabada) sobre el detective Philip Marlowe, Chandler probó sus armas en una serie de historias cortas, que se publicaron en las revistas del género.
Estos relatos suelen dividirse por los estudiosos entre los que conservan toda su originalidad y los denominados "canibalizados". Claro que hay diferencias entre el grado de canibalización de los mismos. En algunos, parte de la trama fue aprovechada para constituir parte de una de las novelas de Marlowe, y esos son los menos agradables de leer para los que, como yo, adoramos al personaje y sus novelas: el texto suena a conocido, pero poco desarrollado, y eso lastra la lectura; pero hay otros de estos relatos que, conservando su trama íntegra, es decir, su originalidad, lo que aprovechó Chandler de ellos fueron ciertas expresiones, algunas escenas, tal vez algunas frases. Es un curiosos ejercicio, porque demuestra muy bien qué quería hacer el maestro y dónde quería llegar en sus textos. Esas partes canibalizadas son las mejores, y algunas han pasado a ser citas notables de las novelas. Sorprende también encontrárselas en un relato corto, pero en este caso la frescura de lo que se está leyendo compensa.
Los Problemas Son Mi Negocio (un título apropiado) es uno de estos relatos canibalizados perteneciente a la segunda clase. Y puede sorprender que haya hablado de argumento, de trama. Soy partidario de que la trama, en las novelas de Chandler, es lo de menos. Importa el lenguaje, la preeminencia de la figura moral del investigador privado, su relación con un mundo en el que los conceptos del bien y el mal se han hecho difusos, y que en cambio saber quién mató a quién y cómo es totalmente prescindible. En este relato, en cambio, con un John Dalmas todavía no totalmente desarrollado como Philip Marlowe (Chandler le cambió el nombre, y pasó en efecto a llamarse Marlowe cuando se editó en la colección El Simple Arte de Matar), y probablemente sabiendo que en una revista se le exigiría coherencia argumental, el autor cuida la trama.
Dalmas, investigador freelance, es contratado por una agencia de detectives para que investigue los problemas que aquejan al hijo adoptivo de su cliente, a saber, una mujer que quiere casarse con él y que probablemente es una cazadotes, y cincuenta mil dólares en pagarés por deudas de juego dados a una especie de mafioso local.
Si digo que la trama es imporatnte en este caso es porque hay que seguirla hasta su conclusión, de modo que no explicaré más argumento que este. Déjenme sólo indicarles que hallarán en este relato, o novela corta, suficiente acción y giros argumentales como en una buena película de cine negro.
Aunque Dalmas no es todavía Marlowe, los cimientos están. Y son buenos cimientos. Personaje, duro, moral, solitario, agudo en la respuesta verbal y poco respetuso con el dinero y la autoridad, individualista y más grande que la vida, como dicen los ingleses. Pero sobre todo lo que está es el lenguaje de Chandler, el que establecería un modelo nuevo para el género y se convertiría en arquetípico. Trouble Is My Business es una delicia para todos aquellos que aman la novela negra.

En Trouble Is My Business
Penguin Books
Londres, 195015 [1939]

En España se ha editado en la colección de relatos El Simple Arte de Matar, del Servicio de Publicaciones de la Universidad de León.

Texto en inglés de Trouble Is My Business

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