Il Cane de Terracotta, de Andrea Camilleri

En Il Commissario Montalbano: Le Prime Indagini
Sellerio Editore, col. Galleria
Palermo, 2008 [1996]
Con una nota del autor: I Primi Tre Montalbano
Serie Comisario Montalbano nº2

Dice Andrea Camilleri que, cumplido el objetivo que se marcó con La Forma del Agua, tuvo el impulso de abandonar el personaje y la temática, pero que no se sentía satisfecho con el resultado final del personaje, al que en su diseño había privilegiado la función de investigador y dejado aparte algunos aspectos de carácter. Por tanto, por una «especie de escrúpulo artesanal» decidió escribir una segunda novela y terminar con ella su carrera de novelista policiaco.
Y, prosigue, decidió también hacerla como una investigación sobre la memoria, sobre un delito acaecido muchos años antes y prescrito ya.
El Perro de Terracota, en efecto, se centra en el descubrimiento, en una cueva sellada, de los cadáveres de dos jóvenes amantes, asesinados de un disparo, dispuestos ritualmente con una jarra que contuvo agua a un lado, un cuenco de monedas en el otro y un perro de terracota custodiándolos. Todo esto sucedió en 1943 y ha salido a la luz en 1996.
A esta investigación se dedicará Salvo Montalbano en cuerpo y alma. Pero no lo hará con espíritu de dilettante. En efecto, el enigma le atrae por sí mismo, pero algo más hay en él que le llama la atención, una curiosidad por este crimen que, intuye, puede enraizarse en el drama idiosincrático de Sicilia, y que le conmueve por la delicadeza del rito funerario. Sospecha que, en el asesinato más abyecto, pudo existir una historia de amor detrás y un destello de grandeza poética en esos muertos que fueron dispuestos como si fueran durmientes.
Si alguien sospecha que Camilleri se aparta del terreno social que ha marcado en la primera novela y las siguientes de la serie para dejarse llevar por un impulso à la Agatha Christie, no sabe lo errado que está. Todo esto sucede en época actual y la vida sigue, de modo que la Sicilia basal sigue presente en la novela. E incluso, insinúa Camilleri, por desgracia esta Sicilia no es tan distinta de la de cincuenta años atrás.
Camilleri cumple con sus objetivos marcados para este segundo caso de Salvo Montalbano. Lo vemos más íntimamente, perfilándose su universo personal, sus costumbres, sus manías, su mal humor. Dentro de este universo empiezan a tomar cuerpo sus ayudantes, Mimì Augello, Fazio, Catarella... Su peculiar relación con Livia queda de manifiesto.
Y, como veremos, cuando un universo tal se hace corpóreo, es muy difícil "dar por cerrada mi breve carrera como novelista policiaco".

Portada y sinopsis de la edición italiana de Le Prime Indagini más un vídeo de Camilleri
Portada y sinopsis de la edición italiana de Il Cane di Terracotta
Portada y sinopsis de la edición castellana

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2 comentarios:

Germán Hernández dijo...

¿Cómo explicar la vitalidad del género policiaco en Europa y Estados Unidos y por el contrario, la relativamente poca producción de este género en América Latina?

Y bueno, desde este lado del Atlántico un saludo y un abrazo de parte de este devorador de novela negra...

Saludos!!!!!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Germán:
Es difícil precisar circunstancias, estando alejado de allá, pero en principio, autores, hay: Osvaldo Soriano en Argentina, Leonardo Padura fuera de Cuba, pero dentro, Santiago Gamboa en Colombia, Díaz Eterovic en Chile, el inconmensurable Élmer Mendoza en México, y seguro que me dejo a una veintena o más de buenos autores. Supongo que, en primer lugar, hay que tener en cuenta la debilidad de la industria editorial latinoamericana. Eso explicaría por ejemplo, la proliferación de autores en México, que parece tener la estructura más estable. En segundo, supongo que hay una cierta parcelación de fronteras. Es decir, que América puede parecer una pero sigue siendo muchas: los canales de distribución, pese a la cercanía (relativa), siguen siendo locales, y eso impide hablar (en América) de una literatura policial latinoamericana. En cambio, aquí en España SÍ se habla de tal literatura, y esos autores que te he citado son publicados (que no importados) por editoriales españolas. Eso, a mi juicio, puede querer decir mucho sobre el problema.
Supongo que se trata de tomar conciencia de la propia identidad. Si alguien activo y activista como Paco Ignacio Taibo se decidiera y organizara una "semana negra" itinerante por latinoamérica, probablemente esa conciencia, nacida del encuentro de escritores locales con sus colegas de otros países, se desarrollara, como espíritu común. En las épocas en que la novela negra estuvo prácticamente desaparecida en España, la Semana Negra de Gijón mantuvo el contacto y creo que ha resultado determinante para el resurgimiento del género y la aparición de nuevos autores.
Otras explicaciones no se me ocurren, y probablemente me faltan, por desconocimiento. Pero esta especie de cosas es cuestión de organizarlas: blogs, encuentros (aunque sea en bares) para discutir sobre novela negra, clubes de lectura en bibliotecas... todo ello crea un humus que se transmite...
Un saludo!