Cassos, de Philippe Carrèse
SESIÓN MATINAL
(Cassos); 2012
Director: Philippe Carrèse; Guión: Philippe Carrèse; Intérpretes: Didier Bénureau (Marc), Simon Astier (Toulouse), Agnès Soral (Mathilde), Marie Kremer (Chloé), Féodor Atkine (el hombre severo); Dir. de fotografía: Serge Dell'Amico; Música: Bruno Carrèse.
A España no llega ni la cuarta parte del cine francés que se produce. Y quien elige qué debe llegar tiene criterios muy peculiares: porqué se estrenan comedias étnicas de franceses del norte y del sur que una vez dobladas pierden casi toda su gracia es un misterio, como lo es que, en cambio, esta comedia no traspase fronteras.
Marc es un calzonazos. Desde el primer fotograma de la película. Está dominado por su mujer, que además le pone los cuernos sin disimulo. Y Marc, que es un tímido agente de seguros de provincias, está harto. Por motivos de trabajo, conoce a un gran delincuente, quien puede proporcionarle acceso a un asesino profesional y al dinero negro para pagarlo. Para ello, Marc sólo tiene que acompañar a uno de los miembros de su organización en un sencillo golpe a una joyería.
El contraste entre el delincuente profesional y el apocado e incompetente Marc está servido, y eso ya es motivo para unas situaciones de comicidad. Pero, además, los acontecimientos de la noche hacen que Marc realice un cursillo intensivo de criminalidad. Mal que bien, se convierte en un ser distinto, de una seguridad contrastante con su aspecto. Como dice el lema de la película, "Todos llevamos a un asesino en nuestro interior. O no".
No es que el argumento sea demasiado nuevo, pero en una pequeña película como esta, las situaciones son inesperadas, la comicidad garantizada, el ritmo vivo y activo y, sobre todo, las interpretaciones de Didier Bénureau y de Simon Astier, magistrales.
Tráiler
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