Algo de Tu Sangre, de Theodore Sturgeon
Se ha escrito que "leer una historia de Theodore Sturgeon es encontrar personajes que preocupan al lector, personajes que uno ama u odia, que comprende íntimamente o que sencillamente no puede aprehender. Leer una obra de fantasía de Sturgeon es encontrar a esta gente metida o lanzada a una situación donde la lógica no funciona, donde el corazón y el alma importan más que el pensamiento y la razón".
Todo ello es cierto en el caso de Algo de Tu Sangre, una novela única y que sigue siendo desconcertante más de cincuenta años después de su publicación.
Demasiado larga para ser una novela corta o relato, y demasiado corta para ser una novela-novela, Some of Your Blood cayó de inmediato en la incómoda categoría de "novelette", lo cual, combinado con lo extemporáneo de su tema y lo difícil de su encasillamiento, hacen que siga siendo complicada de obtener, incluso en inglés, y por tanto me temo que esta reseña deberá revelar más de lo que quisiera sobre el punto de inflexión de su trama. Sin embargo, y aun cuando ese giro es importante, la belleza de su construcción es tal que vale la pena su lectura y pagar el precio que se pida por obtenerla.
En teoría, se trata de una novela de vampiros, pero no hay nada sobrenatural en ella; el protagonista, como se verá, será un asesino psicopático, pero tampoco su temática encaja en los esquemas de la narración terrorífica al uso. De hecho, si el protagonista no hubiera cometido esos crímenes, la narración hubiera quedado con toda su fuerza, y el protagonista como un potencial violento contra la vida humana. Si se publicó en los medios de ciencia-ficción, fantasía y terror es porque su autor ya tenía puesta esa etiqueta, pero como narración debería encuadrarse en la narrativa general (los géneros han sido a menudo refugio de autores que, por prejuicio o por mala evaluación de su calidad, han sido muy superiores a lo que las así llamadas "literaturas populares" o de masas se supone que tenían que ofrecer; Philip K. Dick, J. G. Ballard y el propio Sturgeon, entre otros muchos, son buena muestra de ello).
Y es indudable que el prestigio de Sturgeon hizo que esta novela se publicase, por muy literaria que fuese. No sólo tenía los inconvenientes de su extensión y su indefinición temática, sino que la clave de bóveda de su argumento era capaz de poner nervioso a cualquier editor de 1961, y sospecho que a algunos de hoy día.
Lo que leeremos, tras una intimación al lector, tratado así como un merodeador furtivo que se introduce en el despacho de un psiquiatra y descubre los expedientes más secretos, es un caso clínico, el de "George Smith", el caso de un soldado tratado en tiempo de guerra. Justo cuando la correspondencia privada de los soldados pasaba censura militar.
Una de las cartas de George llamó la atención del censor, quien la remitió al comandante de la unidad. Éste llamó a su presencia al soldado y, tras una breve conversación, George agredió al comandante.
El asunto es incómodo. La correspondencia privada de un soldado ha sido violada, puesto que nada militarmente censurable habñia en esa carta, y el ponerla en manos del comandante ya constituía un delito. Por otra parte, la agresión a un oficial superior no puede desdeñarse. Además, el comandante en cuestión ha fallecido en acto de servicio. Lo que se propone y pide al psiquiatra militar es un período de evaluación lo más breve posible y el licenciamiento honorable por causas médicas, y así cerrar el asunto sin escándalos.
Como primera medida, y por hacer algo, el doctor Phil le da una libreta y bolígrafos a George y le pide que escriba la historia de su vida, y eso es lo que leemos a continuación.
George es hijo de una familia desestructurada; sin apenas educación, se hizo experto en la caza con trampas hasta que la orfandad, la pobreza y la pequeña delincuencia le llevaron a una institución benéfica. Allí aprendió un oficio y volvió a su tierra, donde conoció a una chica. Cuando ésta queda embarazada, George se alista en el ejército.
Todo George, en tercera persona, está ahí; toda su historia, incluyendo sus arrebatos en los cuales sólo la caza y la disposición de las trampas parecen calmarle. Sin embargo, a Phil le llama la atención algo de este relato. Todo está ahí, pero hay algunos huecos, algunas lagunas que hacen de George un caso más complejo de lo previsto, tanto más cuando la famosa carta se ha perdido y se desconoce su contenido. De modo que empieza a hacerle pruebas, y éstas van desvelando una personalidad ciertamente compleja, conocedora del bien y del mal, pero que no parece tener conciencia de la concatenación mal-castigo, sin duda por haber sido maltratado continuamente en su infancia. Y también parece desconocer sentimientos tales como «la compasión ante un animal agonizante, remilgos hacia el dolor, la sangre, el daño o la injusticia». Todo ello es muy inquietante, y puede derivar en una psicopatía.
Sobre todo si tenemos en cuenta las lagunas de la narración, donde faltan las descripciones de sus sentimientos y acciones durante sus arrebatos de cólera.
A ello se une la actitud de George hacia el sexo, aparentemente normal por su inocencia e ingenuidad, pero en el fondo inmadura y enfermiza, junto a la falta de datos sobre su relación con Anna, la única que ha tenido en su vida, y que fue instigada por ella.
Hasta aquí no hemos salido de la narración convencional, realista, psicológica. Ningún género se halla en el que poner esta novela. A partir de entonces podría ser considerada una narración policial, puesto que George es un posible asesino, salvo que no hay ningún policía, fiscal o juez investigador, sino sólo un médico que duda mucho de que George pueda ser considerado responsable en el sentido judicial del término, y por tanto tampoco acaba de encajar en el modelo de género. Hay que esplicar porqué entra en el género vampírico, y eso exige explicar el punto de inflexión que hace esta novela única. De manera que lo que sigue es un spoiler, con lo cual harán bien en saltárselo e ir directamente al último párrafo si no quieren perder el elemento de choque y descubrimiento que encierra.
George, impelido por la constante frase de su pequeña madre de que dar a luz un gigante como él fue como "si le hubiese chupado toda su sangre", empezó a beber la sangre de sus presas cuando se sentía particularmente vacío o trastornado. Y la relación con Anna, a la que adora (y ella a él) no era la de un coito normal, que a George le disgusta; primero insinuado y después con precisión, digamos que las relaciones entre ambos se producían cada veintiocho días, aproximadamente. Supongo a los lectores familiarizados con el ciclo lunar que explica tanto el título como el contenido de la famosa carta.
Nadie se ha atrevido a tanto en el género vampírico. Hace pocos días veía Thirst, película de vampiros, violenta, posmoderna y neo-noir, de Park Chan-wook, y probablemente la que con más crudeza y menos romanticismo se ha acercado a la sucia realidad que es el alimentarse de sangre humana. En un momento, casi creí que Chan-wook iba a atreverse a dar el paso y atacar el tabú, cuando ya llevaba atropellados unos cuantos, pero no. De manera que, a mi conocimiento, la novela de Sturgeon sigue siendo la única que se ha metido en la cuestión. Y lo ha hecho con una rara sensibilidad: la compasión hacia George existe, y predomina siempre la humanidad sobre la truculencia, que apenas tiene importancia en el relato. Algo que era marca de su autor, por otra parte, llamado "el poeta de la ciencia-ficción". Es una novela bellamente construida, además, que plantea un enigma que es pronto sustituído por otr, como es la mente de George y cómo ha llegado a ser así, y la resolución de estos enigmas es tan clara como elegante. ¿Qué es lo que hay que hacer con George? También aquí Sturgeon es delicado y se abstiene de juzgar. Es el lector, ese lector furtivo que ha leído un expediente cuidadosamente escondido, quien puede, en un alarde metaliterario, construir en su mente el final de esta novela única y magistral.
(Some of Your Blood)
En Cuentos Que Mi Madre Nunca Me Contó
Ed. Bruguera, col. Libro Ameno
Barcelona, 19762 [1961]
0 comentarios:
Publicar un comentario