Desorden Moral, de Margaret Atwood

(Moral Disorder)
Eds. B/Bruguera
Barcelona, 2007 [2006]

La literatura es lo más fácil del mundo. Tomemos la creación de un personaje, por ejemplo. Un autor puede meditarla tanto como quiera, puede asignarle características a voluntad, puede controlar sus rasgos. Puede, después, enfrentarlo a pruebas durísimas o a situaciones banales, sabiendo en todo momento cómo va a reaccionar, o sabiendo cómo va a hacer que reaccione. Incluso, si le conviene, puede volver atrás y darle la vuelta al personaje como a un calcetín. La heroína intrépida puede convertirse en vulnerable, el joven soñador en malvado. El ruin en un corazón de oro.
Ah, pero eso es la teoría. Si tan fácil es, ¿cómo es posible que hayan tantos personajes anodinos, tantos caracteres de cartón piedra, tantos monigotes de papel y tinta, tantas reacciones narrativas increíbles?
Dejando aparte el hecho de que el paso de la teoría a la práctica, etc., etc., se necesita cierta chispa narrativa (eso que los clásicos denominaban "soplo vital") para hacer que un constructo de la imaginación de un autor llegue, incólume, vivo y real, a la mente del lector. Son legión los escritores que han fracasado en esta pretensión. Margaret Atwood lleva triunfando en ello hace largo tiempo.
Me complace hablar de Margaret Atwood. No sólo por sus muchos méritos literarios, sino porque, desde la época en que Seix Barral apostó por esta desconocida escritora canadiense y publicó El Cuento de la Criada, esta autora ha mantenido consistentemente el favor del público español (no con ventas apabullantes, pero sí notables). Sin publicidad alguna. Con las críticas (por lo general, buenas) normales. Sin congresos, sin televisión, sin nada. Un pequeño milagro de los lectores, que son, como siempre, los que más saben de esto.
Desorden Moral es una serie de relatos con protagonista común, Nell, que recorren diversos episodios, algunos trascendentes, otros en apariencia triviales. Es un recurso que funciona. Se hubiesen necesitado páginas y páginas para formar una novela y contarnos lo mismo que hacen estos cuentos. Con ellas sueltas, podemos centrarnos en cada situación, manteniendo a la vez el interés y la familiaridad, pero suprimiendo los tiempos muertos y lo prescindible. Es como ver una serie de fotografías, pero sabiendo las circunstancias en las que se tomó cada una.
Ese desorden moral del título no es uno que acomete a la protagonista. Tampoco es algo enorme que sea carne de psiquiatra o de penal. Son más bien pequeños detalles de la vida diaria, pequeños sobreentendidos, que son moralmente discutibles, desprecios inconscientes, tiranías sancionadas por la costumbre, omisiones egoístas. Como cuando el compañero de Nell decide tener un gallinero para que los niños estén en contacto con los misterios de la vida. La protagonista se pregunta quién matará a las gallinas cuando sean viejas. Todo da a entender (por omisión, por inercia) que ella. Ni pensarlo, se dice de inmediato. No, esto no es el meollo de uno de los cuentos. Es sólo un detalle. Los relatos son más intensos, más trascendentes, pero en nuestras vidas los pequeños detalles se amontonan hasta provocar pequeños o grandes aludes.
Todo ello contado con una maestría sin alambicar, con un estilo suave, íntimo y prodigioso. Con personajes tan creíbles como para reconocerlos. Porque en realidad los conocemos. Los hemos encontrado en nuestras vidas. Porque las circunstancias pueden ser variadas pero en el fondo nos parecemos más de lo que creemos. Y nuestras vidas, para bien o para mal, también.
Todos tenemos la oportunidad de reconocer a personas o a nosotros mismos en algún momento de algún relato. Es mérito de Atwood el hacer que estas narraciones formen parte de nuestras vidas. O, mejor, que nosotros formemos parte de estas historias.

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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Le felicito por su crítica. Hacía tiempo que no topaba con un escrito tan correctamente puntuado. Al menos desde mi punto de vista. Un saludo.

Lluís Salvador dijo...

Muchas gracias; hago lo que puedo. Es lo mínimo, a mi parecer, que se debe a los posibles lectores, el escribir con un mínimo de corrección.
Gracias por pasar por aquí y por su comentario, y espero que hasta pronto.
Saludos.

Veronika dijo...

Margaret Atwood encabeza mi lista de próximas adquisiciones. Estaba ya decidida a comprar un libro de su autoría en mi próxima visita a la librería, pero aún no había leído ninguna crítica sobre este título en particular. ¡Se agradece la información y el análisis!

Saludos!

Verónika

Lluís Salvador dijo...

¡Hola! Margaret Atwood, por lo que la he leído hasta el momento, merece totalmente la pena, de modo que harás una buena adquisición. Comentaré algunos otros libros suyos en el futuro (pero no sé cuando); El Cuento de la Criada, seguro, pero también alguno más.
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo también estoy próxima a comprar algo de Margaret Atwood, gracias por la reseña. :)

Lluís Salvador dijo...

De nada, Andrómeda. Espero que la disfrutes. De todas maneras, si sí o si no, déjanos tu opinión.
Hasta la vista...

Patricia dijo...

Me encantó "The handmaid's Tale" y después de este magnífico comentario seguro que leo "Desorden Moral".

Salu2

Lluís Salvador dijo...

Hola, Olivia:
El Cuento de la Criada es una grandísima obra literaria, y en su día representó un auténtico descubrimiento, y, como menciono, fueron los lectores de este país los que hicieron que se vendiera y se apostara más por esta autora.
No he leído todavía nada mediocre de Atwood, y no creo que se preste a escribir algo que no tenga calidad mínima. Una escritora admirable, tanto por obra como por actitud frente a la escritura y al público.
Un saludo!

Arturo López dijo...

Hola, Lluis.
Me siento muy contento de haber encontrado este comentario tuyo sobre la Sra. Atwood, gran narradora y creadora de excelentes novelas de ficción especulativa. Casualmente, estoy a punto de terminar la lectura de "Desorden moral" (comprada en un botadero al módico precio de 2 euros) y, como todos los libros que he leído de ella, me ha parecido una maravilla. Desde que leí "La mujer comestible", hace seis años, he procurado regresar a esa prosa eficiente y profunda siempre que puedo. Nell es un personaje bello, singular, y el gran círculo trazado a través de los cuentos para contarnos la historia de su vida, es magistral. Conciente de los problemas de nuestros tiempos, la Sra. Atwood publicó recientemente un libro de ensayos sobre el concepto de deuda a lo largo de la civilización, titulado "Pagar (con la misma moneda)". Altamente recomendable, como lo son también el ya mencionado "El cuento de la criada" y "El asesino ciego". Gracias por tu atención y por tu blog, que se ha convertido en una visita obligada para mí en busca de coincidencias y referencias para buenas lecturas.
Un abrazo.
Arturo López.
Gdl, Mx.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Arturo:
Disculpa el retraso en la respuesta. Últimamente llevo cierto descontrol con los tiempos...
Como dices, Atwood es una narradora enorme. Tanto, que ya ha empezado a sonar para el Nobel. Y no sólo no me importaría que se lo dieran, sino que lo espero con ansia. Lo curiosos es que es una escritora muy querida por los lectores, pero poco proclive a ser anunciada a bombo y platillo. Ya tiene su público, de acuerdo, pero creo que merecería todavía más. Y respecto a su activismo, todavía hace crecer más mis simpatías por ella.
Un saludo!