Jazz Porque Sí: Dizzy Gillespie en la Sala Pleyel
No creo que haya que presentar a uno de los mayores genios del jazz moderno, además de un trompetista que todavía no ha tenido igual; otros tendrán técnica, improvisación, lo que quieran, pero Gillespie, junto con Charlie Parker, había puesto las bases de un nuevo idioma jazzístico que dominaba a la perfección; si a eso añadimos el dominio del instrumento, tendremos a un músico de ideas siempre renovadas que se mueve en territorio propio y que puede hacer con la música lo que le dé la gana y hacerlo siempre magistralmente bien.
En la Salle Pleyel, acompañado por unos músicos de marca mayor, tendremos un concierto de esos que dejan huella. Bill Graham al saxo barítono, el estupendo y malogrado pianista Wade Legge, Lou Hackney al contrabajo, Al Jones a la batería y el habitual Joe Carroll al vocal acompañan a un Gillespie pletórico de recursos y de ideas en esta actuación, en la que, como no podía ser de otra manera, no faltarán los toques de un gamberrismo simpático, cercano a la iconoclastia, que Gillespie gustaba de ejercer en escena... menos, como dice el Cifu, cuando se trataba de tocar. La música era sagrada. Pero se podía bromear a su alrededor. Y yo se lo agradezco, francamente. El jazz siempre ha sido una música que tiene el buen humor como uno de sus componentes esenciales.
Escucharemos, para empezar, The Champ, muy enérgico y con Gillespie marcando estilo a la trompeta y a dúo vocal con Carroll; Good Bait, a buen ritmo, un tema pegadizo pasado al be bop, y que en esta ocasión tiene grandes solos de Graham y Hackney; Swing Low, Sweet Cadillac, esa humorada de Gillespie que retraza el Swing Low, Sweet Chariot convirtiendo el carro en un automóvil más que apropiado para ir al paraíso; Oh Lady Be Good, con vocal de Joe Carroll; My Man, esa canción de Mistinguette pasada al jazz por muchos, entre los que se cuenta Dizzy con una gran interpretación; I've Got the Bluest Blues, con vocal de Joe Carroll; Y Birks' Works; pero sigan leyendo y escuchando.
En suma, un concierto magistral y delicioso. Atentos a los comentarios del Cifu, y que lo disfruten.
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