La Sisena Flota a Barcelona, de Xavier Theros

Eds. La Campana/Ajuntament de Barcelona
Barcelona, 2010 [2010]
Premio Josep Maria Huertas Claveria 2010

Xavier Theros ha escrito La Sexta Flota en Barcelona (que ha obtenido un merecido premio Josep Maria Huertas Claveria de periodismo escrito) en el momento preciso. En el momento justo porque nos hallamos al borde de la desaparición de buena parte de aquellos testigos que presenciaron la llegada y estancia de los barcos de la Sexta Flota en una época contradictoria y de contrastes. Es particularmente relevante esto porque el testimonio personal es importantísimo: la prensa barcelonesa mantuvo un silencio sepulcral sobre el tema, más allá de la mera noticia de su arribo y unas pocas notas de actividades sociales insignificantes: las noticias de las peleas, los contactos de los marinos con la población local, su influencia económica y social padecieron un silenzio stampa gracias al cual se corría el riesgo de perder todos estos matices de un contacto que fue mucho mucho más allá de lo esporádico o lo anecdótico.
Como libro, representa un esfuerzo periodístico e historiográfico impresionante por lo exhaustivo y por la comprensión que muestra del fenómeno.
Insisto, Theros no se queda en la superficie de la prostitución en el Barrio Chino, o en los chiclés regalados por los americanos a los pilletes de las Ramblas.
El alivio diplomático que suponía la llegada de los barcos americanos para un régimen dictatorial y aislado internacionalmente. La generosidad y derroche del que hicieron gala los marinos en una ciudad que todavía pasaba hambre y que tenía los alimentos de primera necesidad racionados; la creación de una industria comercial y de ocio (incluyendo la prostitución) destinada a esos visitantes; la picaresca nacional, las dobles tarifas; los matrimonios mixtos y las tensiones por la llegada de unos protestantes a un país nacional.católico; la introducción de nuevas costumbres e influjos culturales: San Valentín, el jazz, el rock; el tendido de nuevos puentes con los americanos por parte de elementos catalanistas y opositores al régimen; el fomento de deportes "nuevos" como los bolos, el baloncesto o el béisbol mediante torneos entre locales y las tripulaciones; la droga y la llegada de tropas con fatiga de combate procedentes de Vietnam, lo que provocó un incremento en la violencia de los visitantes; el rechazo del PCE a esta intrusión "imperialista" y las mentiras de su discurso (el rechazo de la población, que fue inexistente hasta la transición, por ejemplo); y muchas otras cosas más, incluyendo los detalles más ínfimos.
El libro de Theros es completísimo, ameno, excepcionalmente bien construido. Forma parte de la pequeña historia, pero no sólo de ella. La Sexta Flota fue el primer experimento turístico y cosmopolita (si bien de un cosmopolitismo limitado) que tuvo la ciudad de Barcelona, y en él se encuentran las semillas de la orientación exterior de la ciudad como punto de acogida y visita. Su influjo económico produjo, volens non volens, un cambio de paradigma de las costumbres de consumo y de orientación de la economía, así como de las culturales. Algo parecido sucedió en Rota y en Torrejón, las bases americanas en España, y es un hecho que muchos jóvenes, fueran contestatarios con el régimen o no, adoptaron unas posturas ante la vida que eran imitativas de una sociedad consumista, sí, pero desde luego menos acomplejada y represiva que la imperante en la España de Franco.
Theros no oculta (no quiere hacerlo ni puede: su libro está basado primordialmente en un sinnúmero de testimonios) que esta relación estuvo basada en el amor y el odio, y sin embargo, los recuerdos de marineros y barceloneses muestran nostalgia. Es un sentimiento comprensible por el paso del tiempo e incluso, en su momento, por la siempre demostrada capacidad humana de seguir viviendo aún instalados en la contradicción. Lo cierto es que Barcelona fue el puerto de escala favorito de esos marineros, no tanto por la fiesta continua o lo barato de sus precios como por sentirse bien recibidos. Y lo cierto también es que en una época gris, descascarillada y pacata como la de la dictadura, esa llegada como mínimo representaba una bocanada de costumbres nuevas, que bien podía alentar la esperanza de tiempos nuevos.
No se trata de juzgar, pero el fenómeno se produjo. Y si Theros no hubiera dedicado tiempo y esfuerzo en hacer este libro exhaustivo y completo, un modelo de investigación y expresión, este momento peculiar de un país y una ciudad hubiera caído en el olvido. No hay premio que recompense esto.

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1 comentarios:

Lluís Salvador dijo...

Querida Olga Dudley:
He recibido su comentario, que, por entrar dentro del ámbito privado, no publicaré aquí.
Aunque este no es el blog del señor Theros, le he pasado el texto de su petición a su blog,

BLOG DE XAVIER THEROS - MIS ZONAS ESDRÚJULAS

Espero que me dé noticias desde allí, y si es así se las transmitiré. O puede uster acceder a su blog clicando sobre el enlace anterior.
Espero haber podido ser de utilidad en su caso, y le deseo lo mejor.
Un saludo,
atentamente,
Lluís Salvador