El Ojo de Jade, de Diane Wei Liang

(The Eye of the Jade)
Eds. Siruela, col. Nuevos Tiempos/Policiaca
Madrid, 2007 [2007]
Serie detective Mei Wang nº 1

Esta no es tanto una novela policiaca como un repaso al clima moral que se vivió en China cuando empezó a ser claro que se consolidaba el capitalismo de estado, o el capitalismo híbrido, o tercera vía, o como quiera que se denomine.
El hecho de que a Mei le llegue el encargo de investigar la posible aparición en el mercado negro de antigüedades de un sello de jade de la dinastía Han es prácticamente accesorio. Lo principal es el permanente juego entre la obsesión por el dinero y la necesidad de contar con guanxi, la adecuada red de contactos en las altas esferas sin cuya aquiescencia es imposible entrar en el mundo de los negocios.
Más expositiva que crítica, más observadora que discursiva, Diane Wei Liang traza este cuadro, algo desquiciado y oscilante entre la meritocracia del sistema sanitario, por ejemplo, y el lujo desmesurado de los empresarios coparticipados, sobre una población que, por una parte, soportó la locura de la Revolución Cultural y que ahora se enfrenta a una política totalmente opuesta (pero promovida siempre de arriba abajo) y sobre una nueva generación que, se intuye, se ha criado bajo esta nueva política y, por tanto, prima el valor del beneficio rápido y los bienes materiales sobre cualquier otra consideración.
Wei Liang no juzga si esto lleva a un paraíso o al desastre. Ciertamente la protagonista muestra su disgusto ante la ostentacíón de nuevos ricos de la que hacen gala unas gentes poco acostumbradas al dinero y a los lujos: el gasto como estatus, el lujo como indicador, sin consideraciones estéticas o artísticas, etc. Pero también se siente atraída por los objetos que son deseables: vestir con algo de distinción, calzado mejor...
Sin duda es la disyuntiva ante la que se encuentra el pueblo chino, por lo menos el de las grandes ciudades (sospecho que en el campo las cosas son muy distintas).
Acostumbrados al hieratismo del gobierno chino, los relatos, si no de primera mano, sí con referencias directas, son raros. No existe un auténtico relato de la vida cotidiana en la República Popular China de hoy, salvo que se conozca a alguien que haya vivido allí. Por eso esta novela tiene más interés que el del mero caso criminal.

Portada y sinopsis

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