Historia Mundial de los Desastres. Crónicas de Guerras, Terremotos, Inundaciones y Epidemias, de John Withington

(A Disastrous History of the World. Chronicles of War, Earthquakes, Plague and Flood)
Turner Publicaciones, col. Noema
Madrid, 2009 [2008]

¿Comprenden ustedes porqué los británicos son tan increíbles? Hacer un libro contando nada menos que erupciones volcánicas, terremotos, maremotos y tsunamis, inundaciones, tormentas, otros fenómenos climatológicos extremos, epidemias, hambrunas, guerras e invasiones, crímenes de estado, rebeliones, motines y terrorismo, incendios, explosiones y envenenamientos masivos, estampidas, derrumbes y ataques de pánico masivos, naufragios, accidentes de tren, accidentes de avión y otros desastres de transporte, sólo se les podía ocurrir a ellos. Podrían haberlo titulado "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis" y se hubieran quedado cortos. Pero también es cierto que sólo ellos podían hacerlo, como acostumbran, con tanto panache y tanta documentación.
Si creen que es un ejercicio morboso el reunir todas estas mortalidades, tengo que responderles que el ser humano es particularmente olvidadizo en cuestión de catástrofes. La ayuda inmediata puede movilizarse, pero no es seguro que nuestra atención se centre en el lugar hasta sus últimas consecuencias. Haití [en el momento en que escribía esta reseña] acaba de ser devastado por un terremoto, pero no hace tantos años que Haití fue noticia. La situación de Haití es peor que antes del terremoto, pero la situación haitiana antes del sismo ya era peor que años atrás. ¿Quién puede decir con propiedad qué les ha sucedido a los afectados por la erupción del Nevado del Ruiz? Por ejemplo.
Y el caso es que la historia de la humanidad también está conformada por los desastres que hemos sufrido, naturales o no. Como dice el texto, nada más iniciarse: «El suceso que más cerca ha estado de aniquilar a la raza humana tuvo lugar hace más de 74.000 años: la erupción de un volcán en Sumatra dejó la población mundial, que rondaba el millón de personas, reducida a diez mil individuos.» La contraportada nos indica: «al final de tanto horror, una idea vigorizante: que el ser humano, hasta hoy, ha salido siempre adelante.»
Laudable idea, y prefiero siempre a los optimistas. Pero también nos deja otra idea, y es que la humanidad es muy frágil, muy vulnerable. Si no podemos evitar las catástrofes naturales, por lo menos no nos pongamos al borde de la extinción nosotros mismos.

Portada y sinopsis

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3 comentarios:

Arturo López dijo...

Hola, Lluis.
Pues lo del Nevado del Ruiz yo sí lo recuerdo sin ayuda de la Wikipedia. En noviembre de 1985, apenas dos meses después de los terremotos de la Ciudad de México, el volcán Nevado del Ruíz hizo erupción y su riada terminó con la vida de más de 20,000 personas, la mayoría de ellas de la ciudad de Armero, en el departamento de Caldas, en Colombia. Pese a que en aquellos tiempos el flujo mediático no era tan fuerte como hoy, dieron la vuelta al mundo las imágenes de una niña atrapada en un hoyo y que desgraciadamente murió sin que los rescatistas pudieran hacer algo por ella.
El libro de que nos platicas suena interesante... por desgracia, tendría que actualizarse cada año, especialmente ahora que el terremoto en Haití acaba de ser calificado como la mayor catástrofe natural de la historia moderna, incluso peor que el tsunami de diciembre de 2004 en el Océano Índico. Como siempre, muy interesantes tus reseñas.

Arturo López dijo...

Lluís,
Una corrección a mi comentario: no puedo decir nada sobre lo sucedido a los sobrevivientes de Armero. Solamente sé que ahora viven ahí menos de 2,000 personas, luego de que la ciudad fue refundada en 1995.
Saludos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Arturo:
Como destacas, las actualizaciones deberían ser norma... Pero lo que se trata probablemente es mostrar que la fragilidad humana existe.
Y que la memoria no tendría que ser tan efímera.
Porque, claro, a eso me refería con lo del Nevado del Ruiz. Por suspuesto, los que lo vivisteis de cerca lo podéis tener presente. Sin embargo, si yo ahora saliera de la sala en la que estoy y me dirigiera al público preguntando qué es o fue el Nevado del Ruiz, estoy seguro que muchos de los que vieron morir por televisión a esa niña ni tan siquiera recuerdan el nombre. O qué sucedió. Y, por descontado, qué pasó con los supervivientes... Ya ha dejado de hablarse, aquí en España, del terremoto de L'Aquila, Italia. Dos horas de distancia en avión, primer mundo, nación perteneciente al G-7. Y, sin embargo, ya ha caído en el olvido. Qué no pasará cuando Haití deje de tener el impulso de la emergencia.
Te debo bastantes comentarios en tu blog... Trabajo con intensidad para ver si puedo quedar libre la semana que viene para dedicarme a ello y a la lectura calmada de otros. Todo se ha juntado un poco, y para mal... de tiempo.
Un cordial saludo!