Visado para Shanghai, de Qiu Xiaolong

El lector, cuando procede en orden con esta serie, empieza a percibir lo detallado de la visión que sobre la China contemporánea nos da Xiaolong.
No se trata sólo de una visión política, aunque el interés principal de sus novelas se centra en la convivencia, a veces difícil, entre una estructura de estado socialista con un incipiente y tal vez desenfrenado capitalismo de libre mercado. También insiste en todos los aspectos culturales chinos, y el cuadro que éstos presentan es fascinante; por decir un tópico, China es una cultura milenaria, y sus costumbres y usos no pueden ser aprehendidos de golpe. Esta cultura, a su vez, conforma a las personas, y el lector tiene a veces la impresión de hallarse en otro planeta.
Claro que para eso está Xiaolong, que va desvelando capa a capa este pensamiento diferente, estas otras costumbres; de tal manera que el lector, de forma gradual, empieza a ver el modelo subyacente en China, con capitalismo, socialismo, o sin ellos.
También, y descendiendo a asuntos más prosaicos, empieza a interesarse por la vida sentimental de Chen Cao. Un prometedor cuadro del estado que sigue soltero pero que debe pensar muy bien con quién formar una familia. Mientras tanto, asistimos a los enamoramientos que sufre y, en resumen, a la soledad fundamental que le acomete.
Por centrarnos en esta novela, en ella Chen Cao tiene que ser anfitrión y guía de una policía estadounidense, llegada a China para trasladar a la esposa de un testigo protegido que testificará en un juicio contra el principal capo de la mafia de la inmigración ilegal china en América. Un asunto delicado para Chen Cao, puesto que es una tarea más política que policial, en la que sabe que cualquier desliz puede ser el final de su carrera. Y el problema es que la esposa de ese testigo ha desaparecido en circunstancias que hacen sospechar que las tríadas, resurgidas con el capitalismo, tienen algo que ver.
No es ningún misterio que, aprovechando la presencia de un personaje occidental, Xiaolong lo empleará para desvelarnos ciertos aspectos sociales y culturales chinos que de otra manera hubieran sido difíciles de señalar, pero en eso reside la gracia, y el autor se las arregla para integrar muy bien estas explicaciones dentro de la acción.
Las novelas de Xiaolong son las mejores introducciones a un sistema contradictorio que presenta unas incógnitas y unos recelos considerables, una clave para entender hasta qué punto la sociedad china se transforma y cómo su población entiende y convive con esos cambios. No sin tensiones, y Xiaolong no ahorra tratar aspectos delicados o poco amables de una sociedad de consumo comunista. El autor puede presumir de retratar mejor el país que cualquier guía o documental. Entre otras cosas, porque su interés se centra en las gentes y no en las políticas. En suma, quien quiera entender la China de hoy hará bien en pasar por las historias de ese peculiar detective, medio policía medio poeta, que es Chen Cao.

(A Loyal Character Dancer)
Tusquets Eds., col. Andanzas
Barcelona, 2012 [2002]
Serie Inspector jefe Chen Cao nº 2

Portada y sinopsis

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