El Complot de Whitechapel, de Anne Perry

El hecho de que la novela negra tome auténtico sentido en su imbricación en la sociedad no quiere decir que no se sigan escribiendo novelas detectivescas a la antigua usanza. E incluso que se escriban lo bastante bien como para que tengan un público lector fiel.
Es el caso de Anne Perry, que se ha especializado en las novelas detectivescas victorianas. Sus novelas combinan con bastante sabiduría unos elementos que las hacen de las mejores en su género, como son una inmersión muy lograda en la sociedad y costumbres victorianas, el no dejar la primacía del protagonismo a los hombres (en esta serie de Thomas Pitt, la influencia y protagonismo de su esposa, Charlotte, su tía política, Vespasia, y su criada Gracie, es tan relevante, y a veces más, que la del propio inspector de policía), combinar las peripecias de la investigación criminal con la vida privada de los protagonistas, en un ambiente romántico, y la de no limitarse a los crímenes que podríamos denominar "holmesianos", es decir, enigmas puntuales sin ninguna repercusión, sino incluir en sus investigaciones casos políticos muy relacionados con la historia real del Imperio Británico.
No sería yo un lector devorador de estas novelas, y mucho menos recomendaría leerlas continuamente (y ya hay veintiocho de esta serie), pero no me disgusta tomar una de ellas. Como digo, los elementos que las componen están sabiamente administrados, y el retrato de la sociedad victoriana es muy logrado.
En el caso de esta novela, Thomas Pitt fue llamado para investigar una muerte sospechosa, y de resultas de sus pesquisas, un noble soldado ha sido condenado a muerte. Sin embargo, en ningún momento se ha descubierto el móvil de ese asesinato, y el condenado morirá en la horca sin haber revelado una palabra. Más aún, una vez pronunciada la sentencia, Pitt es prácticamente depuesto: es trasladado a la Sección Especial, la infame fuerza policial destinada a combatir a los irlandeses rebeldes, a los anarquistas y, en general, a todos los movimientos obreros que, de por sí o por inducción de terceros, aspiran a desestabilizar la Inglaterra victoriana. Obligado a vivir en Whitechapel y a no tener contacto con su familia, el futuro profesional y económico de Pitt parece muy negro. Ante esta situación, su esposa, su criada y unos de sus subordinados, el agente Tellman, se obligan a investigar ese móvil e intentar justificar la actuación de Pitt.Y será entonces cuando descubrirán un complot para derrocar la monarquía. Todo ello junto a la alargada sombra que proyectan los asesinatos de Jack el Destripador, y que sigue conmoviendo a la sociedad.
Insisto, las novelas de Perry no son algo trascendente, pero no pueden ser desechadas como un mero divertimento. Aunque sólo sea por sus cualidades y su cuidado en el tratamiento de la ambientación y la historia victorianas, merecen la pena ser leídas, y constituyen una de las mejores opciones en este estilo clásico de la novela policial.

(The Whitechapel Conspiracy)
Random House Mondadori, col. DeBolsillo
Barcelona, 20033 [2001]
Serie Thomas y Charlotte Pitt nº 21

Portada y sinopsis

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