Un Momento de Descanso, de Antonio Orejudo

Hablar, a estas alturas, de Antonio Orejudo como una promesa de las letras españolas es algo ridículo: ya ha dado pruebas sobradas de madurez narrativa (y un día hablaremos de Reconstrucción, una novela que le consagró internacionalmente y que es un modelo de ficción histórica moderna). Como valor añadido, no es escritor que se aferre a modelos estilísticos o temáticos, y buena prueba de ello es esta Un Momento de Descanso.
Alguien dijo que la literatura siempre se venga. Es una afirmación que, tomada en general, podemos dar por cierta. Ahora bien, de qué y cómo se venga sería el meollo de la cuestión. Pues bien, Orejudo parece ejercer no tanto una venganza personal como una sociológica contra el sistema universitario español y contra lo que se denomina, dentro de éste, la "Facultad" o el "Claustro".
Arturo Cifuentes, amigo universitario, reaparece en la vida de Antonio Orejudo (¿el Antonio Orejudo real? ¿el Antonio Orejudo personaje? No lo sabemos y poco importa. Que narrador, autor y personaje puedan ser la misma persona sólo indica que la narración puede estar alejada de la realidad, pero no tanto como podemos creer). Sus historias, en común y por separado, son peripecias narrativas por sí mismas, pero también son imprescindibles para la trama mayor, a saber, la propuesta que hace Cifuentes de desenmascarar toda una antigua conspiración para dominar una universidad española, una conspiración que surge de la delación en la posguerra y la destrucción de la historia del auténtico fundador de la universidad.
Semejantes argumentos cosnpirativos suelen salvarse mediante el sentido del humor, del que, por fortuna, Orejudo anda sobrado. Y así, mediante la descripción de situaciones absurdas que, sin embargo, son pavorosamente plausibles, el autor puede pasar por el matrimonio y el divorcio, por la mitificación personal del pasado, por los recuerdos universitarios e históricos, por la memoria en sí o por el submundo académico sin caer en engolamientos a ofalsas trascendencias, pero llegando al corazón del tema.
Un Momento de Descanso se lee con un punto de desconcierto divertido que anima a seguir leyendo, hasta que todas las piezas van cayendo en su sitio en una ficción que no lo es y en una realidad que, precisamente, poco parece distinguirse de la ficción.

Tusquets Eds., col. Andanzas
Barcelona, 2011 [2011]

Portada y sinopsis
Entrevista en Página 2 a Antonio Orejudo sobre Un Momento de Descanso

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4 comentarios:

Peke dijo...

No la he leído, pero tu reseña anima a hacerlo.

Mannelig dijo...

A mí me gustaron las Ventajas de viajar en tren y no me gustó demasiado Reconstrucción. Un momento de descanso lo tengo en casa, ofreciéndose para ser el siguiente y así zanjar la disputa.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Peke:
Bueno, es autor que provoca opiniones encontradas. Es la segunda novela que le leo, y ambas me han gustado, pero en esta además desarrolla un sentido del humor que siempre agradezco en un narrador. Si la lees, ya me contarás qué opinas (aquí se admiten las opiniones negativas, ¿eh? No hay ningún mal en expresar con libertad la propia opinión).
Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Mannelig: Estamos casi empatados; yo he leído Reconstrucción y Un Momento de Descanso, y no Ventajas de Viajar en Tren.
Respecto a Reconstrucción, aunque la comentaré más en extenso un día de estos, tengo que destacar que, por razones personales, he investigado sobre la historia de los siglos XVI y XVII. Entonces me hallé con una novela en la que Orejudo efectuaba un ejercicio de reflejo de lo que sabemos que ocurrió en la República Anabaptista de Münster y que podía discriminar perfectamente lo que eran hechos históricos de los de ficción. Y hay mucho hecho histórico en esa novela, créeme. Pese a que la historia ya la conocía por referencias documentales históricas, me llamó la atención lo bien que la novelaba Orejudo, introduciendo la trama novelística cuando lo consideró oportuno, pero sin torcer nada. Es algo raro en la narrativa histórica, y esa extraña y conseguida mezcla me encantó.
Y respecto a Un Momento de Descanso, lo que le he dicho a Peke, cuando la acabes, pasas por aquí y nos lo cuentas...
Un saludo!