El Desayuno de los Campeones, de Kurt Vonnegut

(Breakfast of Champions)
Ed. Anagrama, col. Panorama de Narrativas
Barcelona, 1999 [1973]

Hemos hablado ya de Kurt Vonnegut. Sabrán que tengo por él un cariño muy especial, que reservo para los escritores honestos y originales, que ejercen su oficio con todas las de la ley, sin mirar atrás y sin acobardarse, contemplendo la realidad con implicación y sentido artístico.
Esta novela, una de las mejores suyas, es indescriptible, porque derrocha situaciones y temas. En teoría escrita en primera persona por Philboyd Studge, en realidad un trasunto del propio Vonnegut, aprovecha para relacionarse con sus personajes de ficción, principalmente con ese autor recurrente en sus novelas que es Kilgore Trout, el cual, muy involuntariamente (porque los seres humanos tienen interruptores que pueden ser accionados por las cosas más absurdas), desencadena el clímax de la novela.
Sin embargo, y en apariencia, es la historia de Dwayne Hoover, un rico vendedor de coches al que unos bichitos en forma de sacacorchos le están comiendo las conexiones eléctricas de su cuerpo hasta provocarle un cortocircuito de proporciones inesperadas.
No obstante, y pretexto no-pretexto, este personaje nos permite ver las relaciones con la riqueza y la pobreza, la locura y la cordura, la creación literaria, las gentes del mundo real, el amor y la pérdida, el arte moderno, la discriminación racial, la pornografía, el capitalismo... Y mil cosas más.
Si creen que tal acumulación es imposible de trasladar de forma legible a una novela, lean este Desayuno de los Campeones. Con su acostumbrada ironía y sentido del humor, su usual perspicacia y visión de los absurdos vitales y sociales y ese estilo ágil y cómplice que le caracteriza, Vonnegut compone una obra grande, una novela maestra, que llama a ese anarquista que, en definitiva, todos llevamos dentro y nos evoca nuestra propia humanidad.

Portada y sinopsis

btemplates

3 comentarios:

´´Saray´´ dijo...

Kurt Vonnegut es un escritor por el que yo también siento un cariño especial; tiene esa forma de escribir tan honesta, sin miedos y sin ´´fuegos artificiales´´ para impresionar al lector, no siguiendo fórmulas.

mario skan dijo...

Un amigo me pasó este libro en una edición de Anagrama que en la tapa aparecen Bruce Willis y Nolte, actores que protagonizaron la película Desayuno de campeones. Tengo curiosidad por ese film que lo imagino inferior al libro pero todo una jugada del director.
Las ilustraciones de esa novela, el escritor porno y todas las locuras convierten a esa novela en genial.

saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, Saray:
En primer lugar, bienvenida. Siéntete con total libertad para opinar, criticar o lo que quieras.
Has dicho una palabra clave en la narrativa de Vonnegut: honesta. Y he dicho otra, que es "cómplice", y que en el fondo se complementan (hasta tal punto de que en los USA todos los que le apreciaban, y eran muchos, le llamaban "papá Vonnegut"). Todos los que admiramos a Vonnegut sabemos lo difícil que es hacer lo que él hacía: escribir de tal manera que parezca sencillo. Y sin embargo, es brillante.
Te cuento una anécdota: Hace unas semanas escribía sobre el Entender el arte moderno. En una conversación salió el tema, y derivó a aquello de la presunta tomadura de pelo que es el arte contemporáneo. Entonces recordé el fragmento de esta novela de Vonnegut, en la que Rabo Karabekian se justifica ante un público que no entiende la obra. No viene al caso el final del debate, pero sí el hecho de que cuando le pasá el fragmento y lo leyó, dijo en tono admirativo: "lo que me sorprende es la manera en que expresa este tío (Vonnegut) estas ideas".
Un saludo!

Hola, Mario:
Cierto, la misma edición que he leído. No he visto la película. Alan Rudolph no es precisamente muy de mi gusto, y además es autor del guión. Aunque me temo que habrá que pasar por ella algún día. Te recuerdo (no sé si la había citado ya en otra reseña) la web de Kurt Vonnegut:
www.vonnegut.com
donde hay algunas de sus ilustraciones. Y Kilgore Trout es todo un personaje de muchas novelas de Vonnegut. Y de una que escribió Philip José Farmer bajo el seudónimo de Kilgore Trout: "Venus en la Concha" (lamento lo escatológico de la expresión en español argentino; o tratándose de Trout, igual hasta le hacía gracia).
Y, por cierto, lo siento por Estudiantes de La Plata. Pero este año el Barça está imparable. Fue buen partido. Hemos aprendido ya a reconocer a quien pone en dificultades a los de Guardiola, y Estudiantes lo hizo.
Un saludo!