Demasiado para Gálvez, de Jorge M. Reverte

En Demasiado para Gálvez/Gálvez en Euskadi
Circulo de Lectores
Barcelona, 1985 [1979]

Hubo un tiempo en que España tuvo un florecimiento de la novela negra que, a juzgar por su duración e intensidad, puede calificarse como mini-boom, en el que este género cumplió con sus expectativas sociales y literarias. Hoy en día se vive, por lo menos en Barcelona, un boom similar. Sin embargo, en aquella época (en la que en Barcelona hubo también un precedente de librería de la hoy afortunada Negra y Criminal, la difunta Marlowe & Co.) surgieron nombres que han quedado como precursores unos, figuras establecidas otros: Vázquez Montalbán y su Carvalho, Juan Madrid, Francisco González Ledesma (el actual "Jefe de la Banda") y su inspector Méndez, incluso podemos adscribir al género a Eduardo Mendoza y su deopilante e innominado detective de El Misterio de la Cripta Embrujada y otras novelas igualmente delirantes.
En esta corriente no tan local, surgió Jorge M(artínez) Reverte y su personaje Julio Gálvez, al que podemos calificar sin embozo, en sus dos salidas al mundo, como protagonista del policiaco de la transición a la democracia. Por supuesto, sólo pudo publicarse cuando se desalojaron de la administración los elementos más recalcitrantes del franquismo y desapareció la censura. Pero la acción de esta Demasiado para Gálvez se situaba en los años inmediatamente precedentes a la despedida y cierre del dictador, y en concreto en las semanas anteriores al asesinato de Carrero Blanco, hecho que cierra la novela (en una vuelta narrativa ciertamente humorística). Muy característicamente, Gálvez no es ni policía ni detective, sino periodista. También es un desgraciado ridículo, pero eso es otro asunto (o, mejor dicho, es el motivo por el cual todo le sale mal). Y el tema que le permite abandonar su cometido de escritor de artículos de fondo que nadie lee (y que no tiene empacho en plagiar de anteriores suyos) es el chanchulleo económico que rodeaba al régimen. En untema tan delicado, que Gálvez sea el encargado de investigar no puede sino anticipar una catástrofe.
Leída hoy resulta agradable. Ciertamente es reflejo de una época y de los entresijos que rodearon a la España una, grande y libre que en realidad era suya, insignificante y ay del que se mueva. Con sentido del humor y unos guiños al género, es un ejercicio de memoria divertida.
Gálvez hoy día debe ser redactor de cierre de un diario de provincias, pero debe también recordar con nostalgia y falso sentido heroico aquellos años en que vivió peligrosamente. Leyéndolo hoy, hasta le invitaríamos a una copa para que nos lo explicara. Nos conformaremos con leerlo, qué le vamos a hacer.
[Última hora: En este país se edita demasiado, siempre lo digo, y esto provoca que las novedades queden enterradas... entre otras novedades. Sólo así se explica que sea después de documentarme a posteriori para la reseña (por ejemplo, buscando la portada... que Anagrama no proporciona), resulte que hay otras tres salidas (y suman cinco) de Gálvez: Gálvez y el Cambio del Cambio, Gálvez en la Frontera y Gudari Gálvez. Igual no acabó como redactor de cierre... Seguiremos informando.]

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2 comentarios:

Magda dijo...

Mi fuerte no es el policíaco, es algo que he frecuentado poco y más en cine que en libro. El misterio de la cripta embrujada sí que lo leí hace tiempo y me divirtió un montón pero de este autor que reseñas de momento no he leído nada, pero parece interesante.

Sobre que se edita demasiado, no se si nunca se editarán demasiados libros aunque la lástima es que como dices, con tanto "boom" editorial muchas personas quedan confundidas y dejan grandes obras clásicas por leer y estar "al día" en lo editado... gran error creo yo.

Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Magda:
Bueno, Gálvez es más nostálgico que otra cosa, aunque tiene sus momentos de ironía. Como un "Cuéntame", pero con más mala leche.
Y el problema de que se edite demasiado no es que sobren libros, sino que no se llega a saber qué se edita. Entonces, como no se sabe, y además están menos tiempo expuestos en las librerías, no se venden, no encuentran su público. Y entonces, cuando un libro no se vende, se destruye.
Y este es el círculo darwinista de la evolución del libro. Con una salvedad: no sobrevive el más apto, sino el que más marketing acumula, salvo las honradas excepciones del boca a oreja.
Un saludo!