Dios le Bendiga, Mr. Rosewater, de Kurt Vonnegut
(God Bless You, Mr. Rosewater)
Ed. Bruguera, col. Libro Amigo
Barcelona, 1977 [1965]
Eliot Rosewater es multimillonario, de aquellos que ha heredado, no el dinero, sino la presidencia de la fundación Rosewater, que tiene como máxima función conseguir que ni un centavo de esa fortuna vaya a parar a manos del Tesoro en forma de impuestos. También es un benefactor. Y, por serlo de la forma en que es, un loco. Porque no gasta su dinero de la manera "normal", es decir, patrocinando óperas o donando cuadros, sino estableciendo un consultorio de ayuda a sus semejantes, particularizado y, por supuesto en teoría excéntrico. Pero, visto lo visto, podría ser que Eliot Rosewater esté más cuerdo que la mayoría de sus semejantes. ¿O no?
Norman Mushari, abogado, pretende incapacitar a Eliot en representación de un primo lejano de los Rosewater. ¿Por qué? Porque «en toda transacción hay un momento mágico durante el cual un hombre ha entregado ya su tesoro, y el que ha de recibirlo aún no lo tiene. Un abogado listo hará que ése sea su momento, apoderándose del tesoro durante un mágico microsegundo, cogiendo un poco para sí y entregándolo después. Si el hombre que ha de recibirlo no está acostumbrado a la riqueza, tendrá un complejo de inferioridad y cierto vago sentimiento de culpabilidad, y el abogado puede quedarse a veces con la mitad del paquete y recibir, sin embargo, las balbuceantes gracias del receptor.»
Esta novela es la historia de 87.472.003 dólares con 61 centavos. No es mal tema, porque semejantes cantidades de dinero acostumbran a tener detrás una historia de oprobio y suciedad. Pero también es una historia sobre la caridad, la mezquindad, los límites de la cordura y, sobre todo, la irracionalidad de una sociedad.
Pocos escritores han sido (y serán) tan divertidos como Vonnegut, con con un humor ácido, corrosivo, negro a veces, pero enclavado en una comprensión fundamental del ser humano. Somos lo que somos, con nuestros muchos defectos, algunos adquiridos y otros propios. Pero somos así, y no por estos defectos, sino tal vez a causa de ellos, somos humanos.
Vonnegut siempre, siempre, es tolerante con sus semejantes. Y si su literatura es la del absurdo y el surrealismo es porque esos absurdos y surrealidades nos pertenecen. Leer una obra de Vonnegut es de las mejores cosas que le puede pasar a un lector, en el sentido de que tras una aparente sencillez se encontrará con un torrente de ingenio, de imaginación, de trato cordial escritor a lector, y con una serie de enseñanzas que parecen más un diálogo amigable con el autor que una retórica ampulosa, en la que no cae jamás. Y siempre con una originalidad única. Muchos han intentado escribir como Vonnegut, pero siempre se puede reconocer la escritura de Vonnegut. No tiene una obra mala o mediocre. Por estas y muchas cosas más su muerte fue irreparable. Porque fue un escritor único.
8 comentarios:
Coincido con vos sobre la obra única de Vonnegut, donde el humor juega un papel preponderante como también la ciencia ficción.
Dios lo bendiga Mr ....la tengo pendiente. Debo leerla de la pantalla ya que no consigo el libro.
saludos
Veo que tu blog tiene muchisimo nivel, al menos si lo comparo con el mío, gracias por tu visita.
Señor Óscar Palazón, que firma como O.:
De entre las formas que uno tiene para promocionar sus propias novelas, ha escogido usted la peor; la publicidad vírica, a traición y sin encomendarse ni a dios ni al diablo. En este blog han concurrido muchos autores que se han expresado con el debido respeto para el autor y los lectores de este blog, planteando lo que querían: tengo una novela y pueden ver de qué va aquí y aquí. Nunca les he negado una promoción. En este país ya se lee poco, de modo que...
Pero hacer lo que ha hecho usted puede ser muy moderno en cuestión de mercadotecnia pero, por supuesto, es una grosería.
De modo que la promoción, que se la haga otro.
Le deseo ventas en consonancia con su altura moral.
Hola, Mario:
Voy a ponerme un poco personal... He llorado por pocos escritores, pero la muerte de Vonnegut fue una de esas ocasiones.
Respecto a la carencia de ediciones, me temo que es crónica: no todo lo de Vonnegut es encontrable en estos momentos (De hecho, el Mr Rosewater figura en catálogo de Anagrama, pero sin portada nio sinopsis, señal de que en estos momentos falta edición en el mercado). Si lo puedes leer por ahí, y teniendo en cuenta las circunstancias, hazlo. Es una de esas primeras obras de Vonnegut que no pasan de moda.
Y, por cierto, échale un vistazo a la página web de Vonnegut:
www.vonnegut.com
Tiene cosas interesantes, incluyendo dibujos de él.
Un saludo!
Hola, Wodehouse:
Naah! Para nada. Intento transmitir el entusiasmo por los libros que me han gustado (no se comentan libros que no lo hayan hecho, es decir, no se descuartiza a nadie), y nada más. Y se dejan siempre puertas abiertas a la opinión de los lectores, y las entradas no caducan jamás, de modo que puedes pasearte por el blog y comentar lo que sea, que sabes que tendrás respuesta, y yo contento.
Y, por favor, las comparaciones no valen. En tu blog hay cosas que yo no sé y que en cambio tú expresas. Y de eso se trata esto de las bitácoras.
Hasta pronto,
Un saludo!
Kurt es genial, lo adoro
JCO
Hola, Juan Carlos:
Bienvenido, y sabes que tienes la libertad más absoluta para comentar, opinar o criticar lo que quieras.
Y muchas gracias en nombre de otro vonnegutiano del mundo. Desaparecido de la existencia terrenal, habrá que mantener su obra viva... y eso nos corresponderá a nosotros.
Un saludo!
Muchas gracias por el consejo, señor Salvador. Tiene razón: seguro que a alguien que escribe como usted no le gustaría "El fotógrafo". Por cierto, si mi comentario le inspira otro parrafito, le ruego que lo escriba en mi blog. Promocionar una novela es una tarea absorbente. No dispongo de demasiado tiempo para regresar a determinados sitios.
Cordialmente,
Óscar Palazón, que firma como O.
Señor Óscar Palazón, que firma como O.:
Pero, ¿qué me dice? ¿Que vaya yo a su casa a responderle? Eso es obviar unas cuantas cosas. La primera, que es usted el que emprendió la campaña de buzoneo, sin mirar ni a quién, ni pedir permiso y aprovechándose de la buena fe de los bloggers que mantienen abiertas las líneas de comentarios.
La segunda, al mostrar esa dignidad ofendida, es que para que resulte ofendida, primero hay que tener dignidad. Aquí se hablaba de Vonnegut y de su obra y entonces irrumpió usted gritando “¡Leed esto! ¡Comprad esta novela!”. Y resultó que su novela no tenía nada que ver ni con Vonnegut, ni con su estilo. Usted es alguien que se presenta en mi casa, anuncia que viene a leer el contador eléctrico y entonces se mete hasta el salón e intenta vender una enciclopedia y, de paso, beberse mi whisky. Es usted un spammer, un indeseable.
Y otra de las cosas que obvia es a cuántos otros bloggers habrá incordiado. Y de si a los que movidos por la candidez o la misericordia dejaron su propaganda publicada, les ha dado las gracias. Pero eso puedo decirlo yo: a ninguno. De lo contrario, no hubiera tardado más de tres meses en reaccionar a mi comentario (al que llegó gracias a que se buscaba usted a sí mismo en Google. ¡Ah! ¡Qué grande es a veces la tecnología!)
En cualquier caso, sí tiene usted toda la razón en una cosa:
Escribiendo como escribo, es más que probable que su novela no me gustara.
No sé si capta la sutileza. Hay que ser, digamos, poco inteligente para romperse la cabeza buscando una fraaaase lapidaaaaria con la que epatar al personal y escogerla tan mal como para contener en ella su respuesta irrebatible. Si esa es una muestra de su capacidad como escritor...
Y basta. Tenemos mejores cosas que hacer. Yo, entre otras, administrar un blog; y usted, buscarse a sí mismo en Google.
Venga, a hacerse el pavo ofendido a otra parte.
Publicar un comentario