Mackie Messer, de Bertolt Brecht y Pedro Navaja, de Rubén Blades

Inicio hoy una miniserie de tres capítulos sobre canciones que cuentan una historia. Me dirán que todas las canciones hacen eso, en mayor o menor grado, pero a lo que me refiero son a aquellas canciones que mantienen una estructura narrativa más detallada, en vez del mero esbozo o insinuación de esta historia.
La primera es Pedro Navaja, de Rubén Blades, pero puesto que esta canción es hija de la que describe a Mack el Navaja, bueno será empezar por orden:

Y el tiburón tiene dientes
Y los muestra en su rostro
Y Macheath tiene un cuchillo
Pero ese cuchillo uno no lo ve.

En un bello y azul domingo
Yace un hombre en el Strand
Y un tipo dobla la esquina
A quien llaman Mack the Knife

Y Schmul Meier sigue desaparecido
Como algunos ricachones más
Y su dinero lo tiene Mackie Messer
Al que nada pueden colgar.

Jenny Towler fue encontrada
Con un cuchillo en el pecho
Y ahí va Mack el Navaja
Que nada sabe de todo esto.

Y el gran incencio en el Soho
Siete niños y un anciano
En la multitud estuvo Mackie Messer
Al que nadie pregunta y nada sabe

Y la viuda menor de edad
Cuyo nombre todos saben
Se despertó y fue violada
Mack, ¿Cuál fue tu precio?

Y algunos están a oscuras
Y otros a la luz
Pero sólo veis los iluminados
A los de las sombras no los veis.

[Esta traducción no es una versión poética, sino la literal del original alemán]

La canción, versionada innumerables veces, fue escrita por Bertolt Brecht y musicada por Kurt Weill en 1928 para la Ópera de Cuatro Perras (o de Tres Reales; o de Cuatro Chavos). Pueden ver su letra, en alemán e inglés aquí. Y escuchar una versión aquí. Si la prefieren con mejor sonido (y más moderna), tienen esta magnífica actuación de Ute Lemper, que pueden ver y escuchar aquí.
Como ven, Mack el Navaja no cuenta una historia. Se limita a trazar un retrato de un personaje más bien siniestro. Sin embargo, Brecht no era precisamente un hombre que hiciera un solo discurso en su obra, de modo que les recomiendo que, si pueden, vean el musical. Pero, por lo que nos interesa, uno de los mensajes de la Dreigroschenoper es que cuanto más corrupta es la sociedad, más lo es el individuo.
Y eso, más o menos, es lo que también nos cuenta Rubén Blades en su historia del final de Pedro Barrios.
Es ocioso reproducir aquí la letra; la pueden encontrar aquí. Y contemplar una excelente interpretación en directo de del propio Blades (no sabemos si su apellido fue también causa de que compusiera esta canción), aquí. Bailen, pero también presten atención a la letra.

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6 comentarios:

Lluís Salvador dijo...

¿Y mis lectores? ¿Tienen alguna canción favorita que sea una especie de cuento, relato o narración?
Por favor, compártanla...

Anónimo dijo...

Es "Pedro navaja", la de Blades. No es "Pedro el navaja". Blades es de lo mejor en este género.

Anónimo dijo...

"El gran varón", de Willie Colón. Cuenta toda una hiostoria (triste):

http://uk.youtube.com/watch?v=TeTN4wT2--U

Lluís Salvador dijo...

Hola, y bienvenido. Error mío, en efecto, y pido mil excusas. Corregido.
Y sí que es triste, la de Willie Colón. Pero cumple con los requisitos, de modo que admitida y gracias por mencionarla.
Un saludo.

Peritoni dijo...

Bestial la Lemper (la vimos en Perelada y nos dejó alucinados), y no sabía que la letra era tan tan truculenta, es bestial.

De letras que cuenten historias recuerdo las de Serrat, la de Curro el Palmo o la del maniquí en el escaparate que no recuerdo cómo se llama.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Peritoni, y bienvenido.
Ute Lemper es magnífica. Pero, si puedes, te recomiendo que recuperes las canciones de Weill cantadas por Lotte Lenya. Son otra cosa, pero valen mucho la pena.
¡Sí, señor! Curro el Palmo es otra. Y habrá un Serrat, mañana mismo, que cierra este miniciclo.
En la del maniquí, me has pillado. Investigaré.