La Historia de Mimi-Nashi-Hoïchi, de Lafcadio Hearn

Lafcadio Hearn es un caso singular: británico de variado pelaje (hijo de un sargento irlandés y de madre griega) nacido en 1850 en Lefkada, Islas Jónicas, y de ahí su nombre, a los diecinueve años fue enviado a vivir a los Estados Unidos, en 1887 estaba en la Martinica como corresponsal de prensa; fue enviado en 1890 al Japón, pero ahí acabó la corresponsalía. Y sin embargo, se quedó a vivir allí, y se integró por completo en la cultura japonesa. Tanto, que los japoneses lo conocieron bajo el nombre de Koizumi Yakumo.
De manera que cuando Hearn escribe sobre asuntos japoneses, poca broma. No se trata de ninguna japonesería creada por algún occidental que ha hecho el turista y ha leído un par de libros. De ello da fe que Masaki Kobayashi realizara sobre Kwaidan, que es de donde procede el relato que hoy comentamos, una memorable película, una de las más fascinantes y quintaesenciales sobre las historias de fantasmas japonesas.
Porque de eso se trata, de una historia de fantasmas. Sin embargo, tienen un toque especial, alejado del espanto gótico o no occidental. La relación de la cultura japonesa (y oriental por extensión) con el mundo de los difuntos es muy especial, y si bien sus fantasmas provocan miedo, también causan reverencia.
Les recomiendo vivamente el visionado de la película de Kobayashi, que captó rápidamente la potencia visual que conllevaban los relatos de Hearn. Pero les encarezco también a su lectura, que pueden realizar en los enlaces que figuran al pie de esta entrada.
Hallarán una historia encantadora, la de una gran batalla que se perdió, y de cómo todos aquellos que participaron en ella siguen en ese lugar, con su corte establecida hasta el fin de los tiempos. Y del monje ciego Mimi-Nashi-Hoïchi, virtuoso del biwa, una especie de laúd de cuatro cuerdas. Cuya interpretación de la balada que relata la batalla de Dan-no-ura, aquella en la que perecieron los cuerpos de los fantasmas, llama lo bastante la atención de éstos como para hacer que Hoïchi la cante cada noche.
A Hoïchi le resulta difícil compaginar sus tareas diurnas en el monasterio con las audiciones nocturnas en la corte de los Heikés, de manera que su salud se ve minada día tras día. Ante lo cual el abad tiene un método para volverlo invisible a los fantasmas y que estos no le molesten más... Pero hay una sorpresa final.
El relato de Hearn, como el resto de los que componen Kwaidan es lo más cercano que tenemos a una aproximación verdaderamente literaria a la mitología japonesa. El problema siempre ha sido que las traducciones no acaban de captar todos los matices, o que los relatos japoneses han sido mal expresados en sus lenguas de destino. Lafcadio Hearn, maravilloso puente entre ambas culturas, los transmitió con fidelidad, espíritu y carácter, haciéndolos a la vez literatura inglesa y japonesa.

(The Story of Mimi-nashi Hoichi)
Procede de la collección de relatos Kwaidan
En Horrorscope. Mitos Básicos del Cine de Terror 2 
Ed. Nostromo
Madrid, 1974 [1903]

Texto en castellano de La Historia de Mimi-Nashi-Hoïchi
Texto en inglés de Kwaidan en Project Gutenberg

btemplates

0 comentarios: