Il Giorno della Civetta, de Leonardo Sciascia

El Día de la Lechuza fue una novela muy importante en su día, y por dos motivos bien diferentes.
En primer lugar, era la primera novela que declaraba, firme y decididamente la existencia de la mafia siciliana. ¿La existencia? Sí. Hasta entonces, cualquier referencia a la mafia era descartada por los medios gubernamentales, periodísticos y hasta populares de la Italia peninsular como cuento de viejas, un coco siciliano destinado a asustar a los niños, una leyenda. Incluso desde Sicilia se apuntaba (tal vez por razones más tenebrosas de lo que pueda parecer) que la mafia era una historia creada desde el resto de Italia, una leyenda negra e infamante que se quería poner sobre el pueblo siciliano.
Pues bien, Sciascia, siciliano él mismo, pero ya una voz reconocida y respetada en los campos de la literatura y del periodismo, contraatacaba estos bulos con sus mismas armas, pero con el añadido de una más potente: la verdad. Porque lo primero que hacía Sciascia era denunciar a aquellos que declaraban la mafia como inexistente, y ponerlos donde probablemente podían estar, que era en la connivencia con la organización mafiosa. Pero lo hacía con casos que podían ser constatados, no como reales, sino como ejemplos de otros muchos aparecidos en la prensa en los cuales las técnicas y los modos mafiosos era similares.
En segundo lugar, porque Sciascia, para hacer esto, se valió de la técnica de la novela negra policial. Y de una tacada, mediante su escritura magistral, su inmensa erudición y su estudio de este género, puso al giallo italiano, a la novela negra italiana, en la modernidad. Enraizándola con el territorio, haciéndola social, política y humana a la vez. Si hoy tenemos a Camilleri y a los demás autores que han seguido la estela de la novela negra como termómetro moral de una sociedad, es gracias a que Sciascia puso los cimientos y la dignificó con una prosa irreprochable.
El argumento puede parecer, hoy, simple: un autobús está a punto de partir de la plaza de un pueblo siciliano, y cuando uno de los viajeros se apresta a subir a él, recibe un disparo por la espalda. Ante la llegada de los carabineros, el resto del pasaje se escurre entre las sombras. El muerto era Salvatore Colasberna, constructor honesto que se negaba a pedir protección para sus obras (y a pagarla) a quien se la podía dar. Pero al frente de la investigación está el teniente Bellodi, procedente de Parma, ex partisano y amante de la verdad. Pronto se encuentra conque la investigación no va a ser fácil. Ni políticos, ni policías, ni en Sicilia ni en Roma están muy dispuestos a que se remuevan las aguas
Lo prodigioso de esta novela, en su brevedad, es que es extraordinariamente densa. Sciascia puede pasar de la investigación policial al plano popular, al político y al mafioso con una facilidad extrema, con una síntesis de palabras encomiable y con una densidad de contenidos asombrosa. Ese lenguaje claro que utilizaba le vale muy bien para expresar en tan poca extensión todo el universo de una Sicilia sometida a la mafia, atemorizada por ella o connivente con la Cosa Nostra, sin que falten ciertos toques de humor. Pero sin que falten tampoco aires de algo que se sospecha desde la primera página, y es que lo que relata Sciascia es una novela, sí, pero con un aire de haber sido vivido que rebasa la mera inventiva.
Sciascia no sólo era un erudito, sino también un hombre que poseía una extrema sensibilidad para con su tierra y sus gentes. Para crear esta novela tuvieron que hacer falta muchos años de vivir en sicilia, de ser siciliano, además de una cultura enorme y un saber hacer literario como pocos para expresar una realidad que hasta ese momento se quería ocultar. El Día de la Lechuza no sólo quedará como una pieza fundamental dentro del género italiano, ni sólo como un acto de valentía en favor de la verdad, sino como la gran novela que es a todos los niveles.
Adelphi Edizioni, col. Gli Adelphi
Milán, 20029 [1960]

Existe edición castellana publicada por Tusquets Eds. con el título El Día de la Lechuza

Portada y sinopsis de la edición italiana
Portada y sinopsis de la edición castellana

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2 comentarios:

Daniel Gonzalez dijo...

Hola Lluís,

Molt interessant i informador (per a mi) el teu escrit. He llegit fa poc la meva primera novel•la de Sciascia (“A cadascú el que és seu”) i m’ha agradat moltíssim. De seguida he reconegut la seva petjada en Andrea Camilleri i Domingo Villar. De vegades la gent parla de reconèixer un aspecte d’un autor en un altre com cosa repetida o prestada. Jo defenso que reconèixer aquesta connexió, sobretot en aquests autors, em fa gaudir una mica més de tots ells.

Salutacions,

Daniel

Lluís Salvador dijo...

Hola, Dani:
Sciascia és un narrador impressionant. Fins i tot els seus petits articles periodístics de "La Corda Pazza" són per enmarcar.
I tens raó en el que dius. Les genealogies estan per a ser reconegudes, mentre no siguin còpies. El cas de Sciascia és que veig perfectamentla seva genealogia amb la novel·la negra americana, i com la sublima i la transforma en instrument adequat per a narrar una qüestió tan social i política com la màfia. I en la resta de la seva obra policíaca sempre va fer el mateix. I es va convertir en el pare de la novel·la negra moderna italiana (i de part de l'europea).
Una salutació bemn cordial!