Jazz Porque Sí: Woody Herman en Chemnitz
Una velada con una de las mejores orquestas de jazz de todos los tiempos, y una de las más consistentes en lo que, como dice el Cifu muy atinadamente, fue la honestidad en su música y su interpretación. Tendremos de todo, desde una pieza de John Coltrane seguida de una de Duke Ellington a grandes estándares, pasando por temas de la música clásica pasados al jazz. Todo con un swing impecable.
Destacan en esta formación (correspondiente a no se cuál de las "manadas" (herds), que era la denominación que se dio para marcar las diversas épocas de la banda de Herman) el saxo tenor de Joe Lovano y el barítono de Gary Smulyan, como nombres más conocidos, pero al resto de los músicos hay que prestarles igual atención, porque tocan como los ángeles.
Y una cosa quiero destacarles. Fíjense en el sonido de la orquesta. Suena perfectamente contemporáneo, como si fuera una banda de hoy día. Y es que Woody Herman, a mi juicio, logró establecer su forma de tocar como un estándar de la interpretación moderna. Duke Ellington sólo se parecía a Duke Ellington; la banda de Count Basie tenía un sonido característico; las orquestas actuales suenan un poco (o un mucho) como Woody Herman quiso que sonara la suya. No es poco.
El concierto se abre con el tema fetiche de la formación, Blue Flame, y sigue con el gran éxito de Woody Herman, Four Brothers, que se convirtió en sinónimo de la cuerda de saxos, que en este tema siempre han tenido un especial lucimiento. Early Autumn; una composición de Chick Corea, La Fiesta; At the Woodchopper's Ball (los temas que incluían la palabra Wood en su título eran característicos de la formación, como una especie de guiñó a los espectadores); Pavane, de Gabriel Fauré; Reunion at Newport; Sugarloaf Mountain, tema con acento brasileño; Laura, un éxito personal de Woody Herman; Fanfare for the Common Man, de Aaron Copland; Giant Steps, de John Coltrane; I Got It Bad and that Ain't Good, de Ellington; el gran éxito y pieza imprescindible en los conciertos de Herman, Caldonia, siempre tocado a ritmo frenético, con letra entre la humorada y el burlesque, pero una proeza para todos los solistas y la sección de trompetas; aquí no es menos explosivo ni menos destacable el trabajo de los instrumentistas, destacando un grandísimo solo de Lovano y un genial solo de Dave Lalana al piano; la despedida retomando el tema Blue Flame; y una propina con Cousins (Blues Groove).
Un concierto para disfrutar en toda su integridad. Háganlo así.
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