Articuentos Completos, de Juan José Millás
Los que, un día concreto de la semana, empezábamos a leer El País por la última página, buscando la columna de Millás, estamos de enhorabuena. Siempre nos pareció injusto que esos artículos que eran cuentos y relatos que eran editoriales estuvieran destinados al limbo que los equiparaba con el arte efímero.
Pues bien, he aquí reunidos la práctica totalidad de estos adecuadamente descritos como articuentos.
Si algo llama la atención de este género del que Millás es a la vez fundador, proa y maestro es su firme asiento en la realidad. Esta es una afirmación en apariencia contradictoria, a poco que uno tropiece con algunos de estos relatos que parecen (sólo parecen) fantasías. Lo que sucede es que Juan José Millás parece tener el don de percibir los diversos planos que componen esa realidad, y hallar los túneles (o pasillos, en una imagen que el autor gusta de emplear) que los unen, y desplazarse por ellos llevándonos a una superrealidad que, no obstante, sigue siendo la observable por el espectador corriente. Y es que la realidad es muchas veces demencial, y en ocasiones la demencia es lo que consideramos "normalidad".
Lo anterior traza unas genealogías literarias evidentes para cualquiera, y que van de los surrealistas a Kafka, pasando por el marxismo tendencia Groucho, pero Millás es demasiado personal como para que estilos que no son el suyo propio sean los que marquen su mundo.
Y es que el tema principal de Millás es el ser humano. Si lo pensamos bien, frente a este objeto de estudio la mejor manera de no abandonar a medio camino es emplear el humor, entrentar la lógica a lo ilógico de su comportamiento, ejercer un suave cinismo y siempre, siempre, tomar partido por el débil. Que somos casi todos.
¿Cómo hay que leer este libro? Supongo que cada lector ejercerá su propio método, pero lo que sí es seguro es que es un libro que se convertirá en recurrente. Puede leerse de corrido o a saltos, un cuento por noche (¿por qué noche? No lo sé, impresiones mías) o varios de una sentada, pero es seguro que la memoria, o la vida, o las personas que conozcamos, nos traerán a la mente lo leído. Y volveremos a este libro buscando algo. El qué es cosa de cada cual. Probablemente mostrarmos el absurdo que es la vida supuestamente ordenada que pretenden imponernos.
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