Gigi, de Vincente Minnelli
SESIÓN MATINAL
(Gigi); 1958
Director: Vincente Minnelli; Guión: Alan Jay Lerner, basado en la novela de Colette; Intérpretes: Leslie Caron (Gigi), Louis Jourdan (Gaston Lachaille), Maurice Chevalier (Honoré Lachaille), Hermione Gingold (Madame Alvarez), Isabel Jeans (Tía Alicia), Jacques Bergerac (Sandomir), Eva Gabor (Liane d'Exelmans), John Abbott (Manuel); Dir. de fotografía: Joseph Ruttenberg; Dirección musical: André Previn; Diseño de producción y vestuario: Cecil Beaton; Música: Frederick Loewe; Letra: Alan Jay Lerner; Montaje: Adrienne Fazan.
Terreno peliagudo, este. Y uno que abre campo a la reflexión sobre los usos y costumbres del ayer y del hoy y lo variable de lo que es admisible y lo que no.
Piensen que esta película obtuvo nueve oscars, más uno especial a Maurice Chevalier, y sin embargo, ¿quién se atreve a ponerle el cascabel al gato hoy día, y comentarla? Según parece, muy pocos o nadie, y apenas es citada en los libros recientes que aparecen sobre el musical o la historia del cine.
La causa, claro, es su temática. Hay que tener en cuenta que está basado en una novela de Colette (que en épocas nacionalcatolicistas en España era denominada "obscena"), que dio origen a una película sobre la cual se inspiró Alan Jay Lerner para hacer la obra musical. Pues tengan en cuenta también que esta versión musical representa un lavado del argumento, o sea que imagínense cómo debía ser la película no musical. Y sin embargo, con argumento aligerado o no, Gigi es una película que puede hacernos sentir incómodos, porque lo que en su época era en apariencia un musical (no tan inocente, desde luego, pero para nada escabroso) hoy es una película políticamente incorrectísima.
Lavado de cara o no, la película trata de la educación de una menor para ser convertida en una ramera de lujo (o, como dicen los franceses tan elegantemente, una demi-mondaine); y ser entregada, por dinero, por supuesto, a un auténtico calavera como el interpretado por Louis Jourdan. Que después el amor (como sucede en la novela, en la primera versión y en esta musical) lo redima todo no aligera ni un ápice la temática. En el mismo tráiler al pie de esta entrada, podrán igualmente ver a un Maurice Chevalier cantando una de las canciones más famosas, Thank Heaven for Little Girls. En su época la mirada que dirige Chevalier a la niñita que juega a su lado en un parque podía ser inocente, pero hoy día más parece la de un viejo verde de intenciones más que aviesas.
De modo que tenemos una película que por los parámetros de hoy es machista y hasta pedófila. No nos engañemos, lo era también en 1958, pero en esas épocas no pasaba nada. Hoy día, en lugar de a los oscar lo que sería candidata es a la prisión.
Y no me parece mal este cambio de actitudes. Evolucionamos, mal que bien, pero los tiempos pasados jamás fueron mejores, y es bueno que actitudes como las que muestra la película sean denunciables y denunciadas.
Entonces, ¿hay que suprimir y condenar al olvido a Gigi? Mi respuesta es no. Somos lo que somos, pero también lo somos porque venimos de donde venimos y estamos donde estamos. De modo que hay que ver Gigi, porque es una gran película, pero sabiendo lo que vemos y poniéndola en su contexto histórico e incluso crítico con su argumento. ¿Nulle estetica sine etica? La verdad es que esa frase siempre me ha parecido falsa. Existen maldades como el nazismo o la revolución cultural china, por ejemplo, que han creado su estética, de modo que afirmar que no hay estética sin ética es llegar muy lejos. Gigi es una película que estéticamente roza la perfección, con un gran diseño de producción, una música y canciones impecables (y memorables: "La Noche en que Inventaron el Champán" o la misma "Gigi") y una dirección manierista y entregada como lo era casi siempre la de Vincente Minnelli; y con una s interpretaciones magníficas.
De modo que vean si pueden Gigi, pero sean críticos con el argumento y con la sociedad que lo consideró en su día admisible.
Tráiler:
2 comentarios:
La vi hace muuuuchos años en casa de mis padres, sin saber muy bien qué estaba viendo. Los musicales me gustaban mucho, por eso supongo que me permitieron verla. Luego leí el libro y la cosa cambió, pero, en fin, era una buena película.
Jola, Peke:
Como musical, espléndido. Además, Maurice Chevalier es uno de mis actores favoritos en este tipo de papeles (una de las piezas musicales, "I Remember It Well", es genial en gran parte gracias a él). Y sigue siendo una buena película. Pero me temo que sólo se verá en cine-clubes y filmotecas... A mí me gustaría que se viera más, pero también que se comentara lo visto, pero qué le vamos a hacer...
Un saludo!
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