Seda Roja, de Qiu Xiaolong
(Red Mandarin Dress)
Tusquets Eds., col. Andanzas
Barcelona, 2010 [2007]
Serie Inspector Jefe Chen Cao nº5
La instauración en China de la filosofía "un país, dos sistemas" ha propiciado la aparición de una serie de escritores que, con mayor o menor prevención, han podido expresarse con mayor libertad al respector de lo que sucede en la China actual y sobre su pasado reciente.
En paralelo, ustedes saben que defiendo la tesis de que el policiaco tiene valor cuando refleja el clima moral de una sociedad en un momento dado, más que centrarse en el mero descubrimiento del asesino. Pues bien, no es de extrañar que una parte de estos escritores hayan escogido el género criminal para poder así retratar una sociedad cambiante y que viene lastrada por un pasado, inevitablemente trágico y recurrente respecto a los horrores de la Revolución Cultural.
Qiu Xiaolong es uno de estos autores socialmente preocupados y que entiende la utilidad del género como termómetro moral. Pero, además, ha creado una ficción en extremo literaria, y ciertamente un personaje inusual, como es el inspector jefe Chen Cao.
Chen Cao es peculiar porque, en principio, era un estudiante de literatura que fue designado por el estado para ser policía (lo que ya indica algo sobre la sociedad china). Ahora, inspector jefe, y en la Shanghai en plena transición al capitalismo socialista, ha vuelto a los estudios literarios, lo cual le permite distanciarse de una incómoda investigación sobre especulación inmobiliaria con ramificaciones en las estructuras políticas, y contemplar el desarrollo de las investigaciones sobre un asesino en serie que viste a sus víctimas con un vestido mandarín rojo (una prenda estigmatizada durante la Revolución Cultura). Que Chen Cao se dedique a la literatura no es una mera anécdota destinada a proporcionar color: consciente o inconscientemente, Chen Cao buscará respuestas a estos crímenes en los motivos literarios. Todo muy chino, pero todo también muy bien escrito, y con una personalidad narrativa fascinante.
La teórica distancia que Chen Cao asume sobre las investigaciones, por descontado, no es real. Le permite indagar con libertad en un país donde la supervisión política (y las redes de contactos político-empresariales) es constante. Qiu, al igual que su inspector, no se ausenta de nada; analiza el pasado y su relación con el presente, observa un Shanghai de contrastes y un camino capitalista que está plagado de intereses y de unas víctimas colaterales en forma de pobreza y "optimización de recursos"; observa el gran trauma de la Revolución Cultural. Y hace un adecuado retrato de las gentes que pueblan su país.
Todo ello en un policiaco que trasciende sus límites y entra en la metaliteratura, en la cultura china, con un estilo narrativo espléndido y sin concesiones.
Portada y sinopsis
2 comentarios:
Qué libro tan interesante para penetrar en la cultura china, no sé por qué nunca voy más allá de los japoneses...
Saludos, Lluís. :)
Hola, Andrómeda:
Bueno, hay momentos para todo...
He de decir que, por si no queda claro en la reseña, este libro me ha impresionado muy favorablemente. Uno acaba viendo los matices, si ha leído lo suficiente sobre sinología y cultura china, y Qiu no renuncia a ninguno de sus orígenes, ni tampoco a mostrarse crítico con el pasado y escéptico con el presente. Sin embargo, lo que más me ha gustado es que la percepción de Qiu Xiaolong (que es un autoexiliado en los USA desde hace años) es tal que ha sabido plasmarla en una novela (y en la serie, espero) en la que no sólo se limita a la mera descripción (local, social, económica, etc.) sino que llega a la idiosincrasia cultural y a la diferencia de pensamiento oriental y occidental. Y está hecho con toda naturalidad, como debe ser. Insisto, una de las lecturas más recomendables, de género o no, que me he encontrado respecto a la China moderna.
Un saludo cordial!
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