La Pista de Sorra, de Andrea Camilleri
(La Pista di Sabbia)
Eds. 62, col. El Balancí
Barcelona, 2010 [2007]
Traducción de Pau Vidal
Serie Comisario Salvo Montalbano nº 16
Conforme avanza la serie de Salvo Montalbano, el peso novelístico va recayendo cada vez más sobre las circunstancias vitales del comisario más que sobre la trama policial. Así, y tras la crisis vital y personal que sufría en La Vampa d'Agosto, un Salvo Montalbano que creía estar acabado profesionalmente y se consideraba despreciable como persona encuentra la oportunidad de demostrarse capaz de resolver un crimen con la brillantez y heterodoxia que acostumbra.
Una mañana, al despertarse (porque todas las novelas de Montalbano, salvo la primera, se inician cuando se despierta en su cama) descubre frente a su casa de Marinella el cadáver de un caballo. Todavía más: mientras él y sus subordinados están siguiendo la pista de por dónde ha venido la pobre bestia, el cadáver desaparece. Esa misma mañana, Rachele Esterman, amazona de rompe y rasga, llega a la comisaría de Vigata para denunciar la desparición de su caballo. Dos más dos deberían sumar cuatro, pero hay detalles lo bastante extraños como para sospechar que el hecho no es tan sencillo.
Montalbano sigue siendo el personaje de la literatura policial más sólidamente enraizado en el territorio y las gentes que le rodean, y ese es su gran mérito. Los casos pueden ser enrevesados, pero la ecología siciliana es un sistema cuasi cerrado que funciona con una precisión matemática. Entenderlo significa descubrir sus anomalías que se desarrollan en casos criminales atípicos, y saber quién no se mueve a su ritmo es tener el indicio de quién es el criminal. Sólo Montalbano está tan inmerso en este biotopo como para vencer en él, y Andrea Camilleri ha comprendido este método y lo desarrolla con una maestría que repite novela tras novela.
Portada y sinopsis de la edición castellana
Portada i sinopsi de l'edició catalana
2 comentarios:
¡Qué bueno!, no me había dado cuenta de que todas las novelas empezaban con Salvo en la cama.
Hola, Alice:
Y bienvenida al blog.
Pues sí (salvo en la primera, insisto). E incluso el tiempo que hace marca la catitud de Montalbano. Claro que, en esta novela, los problemas le le vienen a casa...
Un saludo!
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