La Alegre Divorciada, de Mark Sandrich

SESIÓN MATINAL

(The Gay Divorcee); 1934

Director: Mark Sandrich; Guión: George Marion Jr., Dorothy Yost y Edward Kaufman, basado en la comedia musical de Samuel Hoffenstein, Kenneth Webb y Cole Porter, a su vez basada en la obra teatral de Dwight Taylor y J. Harley Manners; Intérpretes: Fred Astaire (Guy Holden), Ginger Rogers (Mimi Glossop), Edward Everett Horton (Egbert "Pinky" Fitzgerald), Alice Brady (tía Hortense), Erik Rhodes (Rodolfo Tonetti), Eric Blore (camarero), Lillian Miles (cantante en "El Continental"), Betty Grable (bailarina); Dir. de fotografía: David Abel; Dirección musical: Max Steiner; Efectos especiales: Vernon Walker; Música/Letra: varios; Dirección artística: Van Nest Polglase y Carroll Clark; Montaje: William Hamilton.

Dirección de Mark Sandrich, y muy meritoria además, pero lo sustancial de estos musicales clásicos, de situaciones imposibles y guiones inanes, estética entre el kitsch y el camp y muchas veces aburridos entre números, es la música que se canta y se baila y quién la baila. Y en este caso es el mejor: Fred Astaire. Soy de los que dicen que la mejor pareja de baile de Astaire fue Gene Kelly (y después, Cyd Charisse; y después, Rita Hayworth; y después, un perchero; y sólo después venía Ginger Rogers), y por tanto no me importan tanto las coreografías de pareja que pueda haber en esta película como ver la levedad, la maestría y la elegancia, la facilidad de Astaire. Aunque en esta película se baile "El Continental", algo antológico en la historia del musical. Y además Astaire canta una de las mejores canciones de Cole Porter, "Night and Day" (y es la mejor versión que existe, a mi juicio).
El género está muerto hace tiempo, y en este caso la producción ha envejecido hasta lo hilarante... Pero entonces suena la música y Astaire suspende el tiempo.
Es necesario ser paciente con los musicales clásicos de Hollywood. hay que soportar muchas tonterías incongruentes (aunque se soportan mejor gracias a la presencia del genial e imprescindible Edward Everett Horton). Sin embargo, y suspendiendo toda la incredulidad posible (o incluso mejor, mandándola al cuerno), estableciéndonos en sus propios modelos y manierismos, La Alegre Divorciada es una obra maestra en su peculiar y extinto nicho del espectáculo. Y una que, cuando Astaire aparece, es una delicia.

Tráiler:

btemplates

2 comentarios:

Vivian dijo...

Ya sabes que soy una enamorada de los musicales, clásicos y más contemporáneos, y, éste que hoy nos traes me parece una verdadera delicia, una maravilla de las que Astaire nos regalaba.

Respecto a los debes de la película, estoy contigo, los tiene, por supuesto, pero, en esta ocasión más que nunca, “carecen de importancia”…

Me gustó que trajeras esta película al blog, no sólo por la película, sino porque además, va unida a mi memoria sentimental, de tardes de sábado frente al televisor junto a mi madre.

Un abrazo

Lluís Salvador dijo...

Hola, Vivian:
Memoria sentimental que compartimos, porque creo que la primera vez que la vi no sé si fue en sábado por la tarde o bien en un ciclo de musicales que dio la TVE. Pero poco más o menos...
Habrán más musicales de Astaire en este blog, cómo no, porque no ha habido nadie como él. Y si puedo localizar la escena en la que bailaba con el perchero, seguro que la enlazo... :)
Un saludo!