Los Hombres de la Guadaña, de John Connolly

(The Reapers)
Tusquets Ed., col. Andanzas
Barcelona, 2009 [2008]
Serie Detective Charlie Parker nº7

Hemos hablado con anterioridad (The Unquiet/Los Atormentados) de John Connolly, una voz única en la literatura policíaca y de lo sobrenatural actual. La razón de mi cariño por él es muy personal, aunque si lo miran bien, no lo es tanto: uno lleva leyendo historias de terror desde hace largo tiempo, y las sigo leyendo por aprecio al género, pero no para que me den escalofríos. Se aprende a reconocer los modelos y a apreciar el modo en el que están ejecutados (y esa es una definición del análisis literario tan buena como otra), de modo que mis valoraciones en el género suelen basarse en ese parámetro. Pues bien, Connolly es el único autor en los últimos tiempos que ha conseguido ponerme los pelos de punta. Hacerle eso a un lector, digamos, inmunizado, o resabiado si quieren, tiene su mérito. De modo que cuando Connolly publica otra de sus particulares exploraciones del policíaco en el terreno de lo más parecido al mal absoluto que existe en literatura, lo leo con interés, curiosidad y, porqué no decirlo, benevolencia. Todos los comentaristas tenemos filias y fobias, y creo que el secreto es explicar y justificar aquéllas mediante el texto y no darles la tabarra con estas últimas.
Pero la prevención que les comenté en esa reseña anterior sigue en pie: corazones débiles, absténganse. Las historias de Connolly son violentas, y por mucho que la realidad lo sea mucho más (y la prensa me da la razón a diario), leerlas negro sobre blanco puede resultar difícil de digerir para algunos lectores. Quedan avisados.
Confieso que torcí el gesto cuando supe que el personaje fetiche de Connolly, el detective Charlie "Bird" Parker, cedía su protagonismo en esta novela a la pareja de asesinos a sueldo formada por Louis y Ángel. Atractivos y enigmáticos como son, carecen de la carga existencial que caracteriza a Parker. No obstante, como he dicho, estoy dispuesto a perdonarle bastantes cosas a Connolly.
Sin embargo, y aunque no constituye una de sus mejores novelas, Connolly vuelve a conseguir mantener un nivel que pocos consiguen. Los dos protagonistas se definen como «del lado de los ángeles, aun cuando los ángeles no tuvieran muy claro si eso era para bien o para mal». En esta novela, Louis, esa máquina de matar, tiene que luchar por su vida contra un fantasma del pasado, y Connolly aprovecha para explicar la historia de estas dos némesis ambulantes. Por supuesto, la razón por la que Connolly capta la atención del lector es que los enemigos a los que se enfrentan son mucho peores, pero el autor es también consciente de que sus protagonistas están más allá del punto de redención. Es de agradecer que no intente hacernos comulgar con ruedas de molino, y que presente a estos dos personajes como instrumentos que, como máxima bondad, pueden ser utilizados en su oficio para, no hacer el bien, sino corregir un mal. Mantener el interés del lector en estas circunstancias es un tour de force que se sustenta a pura fuerza narrativa. Y lo consigue. Con una trama bien organizada y enigmática, con flashbacks interesantes y con la narración fluida y en apariencia fácil que le caracteriza.
Nadie hace lo que John Connolly. E incluso en sus peores momentos, lo hace muy bien. Por eso Connolly, hasta el momento, no me ha defraudado jamás.

btemplates

9 comentarios:

Magda dijo...

Mira por donde ya se que regalarle a mi madre por Navidad, le encanta el terror.

:)

Un saludo!

Arturo López dijo...

Lluis, me acabas de abrir el apetito por leer a Connolly. Quiero pedirte un pequeño favor: ¿me podrías decir cuáles son tus autores de novela negra o policiaca preferidos?
Muchas gracias. Arturo. Gdl, Mx.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Magda:
Disculpas por el retraso.
No ES estrictamente terror, aunque frecuentemente lo bordea. Son novelas policíacas muy violentas, con pocas concesiones. Pero, eso sí, las otras de la serie, que tienen como personaje principal a Charlie Parker, tienen trazas de sobrenatural, y sus malvados son... más malvados de lo que suelen los humanos, con lo que abandonan los caminos ya vistos y se adentran casi en el mal absoluto (pero no sobrenatural). Y sin embargo, en algunas escenas, Connolly te pone los pelos de punta.
Un saludo!

Hola, Arturo:
Mis disculpas por el retraso en la respuesta.
Veamos... Empecemos con el más grande de todos, Raymond Chandler. Sí, sé que tendría que incluir a Dashiell Hammett aquí, pero prefiero a Chandler. ¿Por qué? Pues porque con la creación de Marlowe dio continuidad y matices a un género, creó un arquetipo y salió de la mera anécdota de una novela para crear un auténtico corpus. Siempre digo que Chandler mejora (o por lo menos, no cansa) leído seguido, cosa que no sucede con Hammett, que te lleva de un sitio a otro (con una calidad altísima, por otra parte).
Dentro de los continuadores "clásicos", sin duda me inclinaría por Ross MacDonald y su Lew Archer. No tienen tanta trascendencia ni tanta carga literaria como Chandler o Hammett, pero son novelas más que apreciables, de las mejores en su género.
En la novela de procedimiento policial, mis preferencias van por su fundador, Ed MacBain, creador de una serie, la de la Comisaría del Distrito 87, que se ha convertido en arquetípica. Cualquier cosa que leas o veas sobre el funcionamiento de una comisaría hunde sus raíces en MacBain. Sus personajes son muchos (el principal es Steve Carella, pero hay otros: Meyer Meyer, Cotton Hawes, etc.) y a veces una novela tiene como protagonista a uno, otras a otro, otras a varios, otras a toda la comisaría en general. Una advertencia, sin embargo: en los últimos tiempos, MacBain se ha ido haciendo cada vez más derechista y ultraconservador en su mensaje (mucho más allá de lo que era al principio, es decir, un defensor de la labor policial) y ha ido metiendo más sexo y truculencia, algunas veces muy gratuita. De modo que sus mejores novelas son las del principio y la mitad de la serie.
Después están los actuales: Henning Mankell y Andrea Camilleri sobre todo. Humano el primero, con auténtica evolución vital, y humano y con grandes dosis de sentido del humor el segundo, son de lo mejorcito que se puede encontrar hoy. De los norteamericanos, me convence mucho Michael Connelly (Connolly, Connelly, siempre los confundo!) del que es posible que hayas visto Deuda de Sangre (Blood Work), dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. También las historias de Ian Rankin, con su inspector John Rebus, aunque menos. Las desoladas y descarnadas aventuras de Yasmina Kadra (seudónimo de Mohammed Moulessehoul) y su trilogía de Argel. Y otros, pero tiempo habrá.
Y después están los raros: el mismo John Connolly, que ya hemos visto; Donald Westlake, que trabajó el humor dentro del género; Fredric Brown, inclasificable y único; Y John Franklin Bardin, alguien al que le debo una entrada cuando supere el temor a releer su obra (que es tan impactante que deja al lector aturdido). Y Marc Behm y su Doncella de Hielo, al que también le debo una mención. Otros nombres surgirían. Tal vez te interese ver lo que ya he escrito sobre el género: ahí a la derecha, en la lista de etiquetas, tienes una "policiaco". Hay algunos de los autores que he mencionado.
Espero haberte complacido.
Un saludo!

Arturo López dijo...

Lluis,
Más que complacido. Tenía yo la sospecha de ser un ignorante en lo que se refiere a novela policiaca que no fuera mexicana. Bueno, pues la sospecha se ha vuelto certeza. Fuera de Chandler, Hammett y Mankell, prácticamente todos los nombres que me has dado son nuevos para mí. Tengo mucho por leer, entonces.
Muchas gracias. Un abrazo.
Arturo López. Gdl., Mx.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Arturo:
A ver, a ver... Primero, sabe más el diablo por viejo que por diablo. Tengo una edad, o sea que acumulo más lecturas que otra gente. Segundo, el mercado europeo tiene otros condicionantes que el latinoamericano, con lo que la difusión es distinta y los autores que se pueden leer, diversos.
O sea que no te sientas tan ignorante, porque es seguro que en conversación surgirían nombres que yo no he leído y tú sí.
Por cierto, eso de la referencia a la novela policiaca mexicana me intriga (de forma estimulante). Por mucho que lo intento, además de Paco Ignacio Taibo II, no recuerdo a nadie más. Ilústrame un poco... Aunque sólo sea porque no se me pasen por alto cuando los vea.
Un saludo!

Arturo López dijo...

Hola, Lluis.

Aprecio el comentario y la oportunidad de platicarte de autores de novela policiaca en México: los dos más importantes referentes, anteriores a Paco Ignacio Taibo II, son Rodolfo Usigli ("Ensayo de un crimen") y Rafael Bernal ("El complot mongol" y "Tres novelas policiacas"). La primera obra citada de Bernal es considerada el cimiento desde donde ha surgido toda el neopoliciaco en México, teniendo como principal exponente a Paco Ignacio y su detective tuerto Héctor Belascoarán Shayne, protagonista de, hasta la fecha, 10 novelas. También, recuerdo obras como "Linda 67" de Fernando del Paso, "Dos crímenes" y "Las muertas" de Jorge Ibargüengoitia, "Los albañiles" de Vicente Leñero, "Balas de plata" y "Un asesino solitario" de Elmer Mendoza y "La cabeza de la hidra" de Carlos Fuentes.
Un muy apreciable autor, que escribio poco, pero bueno, del género negro/policiaco es Rafael Ramírez Heredia (fallecido en otoño de 2006). De él te puedo citar "Trampa de metal", "La Mara" y "La esquina de los ojos rojos". Tambíén, últimamente han surgido autores jóvenes, tales como Bernardo Fernández ("Tiempo de Alacranes"), Juan Hernández Luna ("Tijuana Dream"), Víctor Ronquillo ("El blues de la mataviejitas") y Enrique Serna ("El miedo a los animales"). Esos son los que he leído y que me parecen dignos de ser recomendados, pero sé de otros a quienes aún no he tenido la oportunidad de conocer su obra.
Un saludo y gracias por tomarte el tiempo para responder y charlar de libros.
Arturo, desde Guadalajara, México.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Arturo.
Agradecidísimo por esta que es casi una bibliografía completa del policiaco mexicano. Estimulante, como ya te dije.
He comprobado que algunos de los autores que citas tienen alguna obra en la biblioteca de La Bòbila, dedicada a la Novela Negra, de modo que hasta será posible echar una lectura (pero no a todas las novelas que citas, y no a todos los autores).
La Cabeza de la Hidra la tengo, en primera edición española, de Argos Vergara, del 1977. Y su mención me extrañó. Sí que es cierto que se adscribe al género negro, pero nunca la había leído bajo ese punto de vista. Pero Fuentes siempre ha sido original.
A Bernardo Fernández, Hernández Luna y Enrique Serna los han publicado en España.
Todo ello quiere decir que les prestaré atención, a la larga o la corta, y que es probable que alguno de ellos aparezca por este blog.
Reitero mi agradecimiento, y es un placer charlar contigo y hablar de esos libros y de otros.
Aquí estoy para lo que quieras comentar.
Un saludo muy cordial!

Itzel Lugo dijo...

Buenas
Bueno, he regresado después de leer este libro. Lo sentí corto, pero completo. Parker, Parker, Parker. Comenté hace tiempo (mas de un año, creo) la entrada de Todo lo que muere, y mencionaste algo acerca del declive de Parker. Ignoré las punzadas y pequeñas fisuras que aparecieron en El camino blanco y El ángél negro.
Hasta Los atormentados. Si, ya esta peligrosamente cerca del abismo. y en Los hombres de la guadaña, vemos a Parker desde los ojos de otra persona (el mecánico) tal y como lo ven los demas. Creo que al seguirlo desde primera persona (?) sabemos las razones de sus actos y hasta cierto punto las podemos justificar. Pero desde un observador externo ya no es tan facil. Entiendo que este libro es mas sobre Louis y Angel, pero es esa vision de Parker, lo que a mi gusto fue la guinda del pastel.
Y con respecto a El angel negro, que creo que no lo mencionas, senti la trama un poco exagerada, ya que lo sobrenatural que hasta ahi se ha manejado, lo habia pensado (sigo pensando) mas como un detalle que un genero. Detective psiquico, como tu dices. Y de ahi a insinuar que Parker es un ángel caído, pues hay un largo trecho. Pero tambien le perdono casi todo a Connolly. Y aunque tuve mis reservas a ese libro en particular, no pude menos que asombrarme de toda la investigacion que tuvo que haber hecho el autor.
Gracias, felicidades por tu blog y seguire comentando conforme vaya leyendo los demas.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Itzel:
Gracias por el comentario. Realmente hay poco que pueda agregar, ya que estoy completamente de acuerdo contigo. Connolly ha logrado algo milagroso. Realmente no daba un céntimo por el género de detectives psíquicos, agotado desde los años 30 (y parodiado hasta la muerte), y Connolly hizo algo tan evidente que sorprende por su simpleza. Pero había que pensar en ello, y es aplicar el esquema de la novela negra al género, y descartar el de la novela de detectives a la Agatha Christie. Había que pensar en ello, insisto, pero además había que hacerlo. Y lo ha hecho muy bien. De hecho, de forma maestra.
Y respecto al futuro de Parker... ¡Ay! tengo grandes temores por él. Me temo que el camino que le queda por recorrer es uno de un gran sufrimiento. Pero veremos. Connolly no me ha defraudado jamás hasta el momento, y estoy seguro de que lo que suceda en el futuro será coherente y perfectamente encajado en toda la serie.
Un placer tenerte de nuevo por aquí, y hasta cuando gustes.
Un saludo!