Farewell My Lovely, de Raymond Chandler

En The Best of Raymond Chandler
Chancellor Press
Londres, 1985 [1940]
Serie Philip Marlowe nº 2

Si El Sueño Eterno era una novela que se sustentaba por completo en su personaje principal, Philip Marlowe, y en una forma narrativa que se convirtió en el epítome de la novela negra contemporánea, en esta Adiós, Muñeca vemos crecer a Chandler como novelista y a su universo personal.
Chandler compuso esta novela en base a canibalizar unos relatos publicados con anterioridad en la revista Black Mask. Si desean hacer la comparación, adelante, pero si no, ya la he hecho yo por ustedes. En los relatos se hallan presentes buena parte de los elementos argumentales, y algunas de las características ambientales que persistirán en esta y posteriores novelas, por ejemplo el paisaje y atmósfera moral de Bay City, una pequeña ciudad que "puede ser comprada al completo, con la caja el envoltorio incluido".
Lo que se perfila en Adiós, Muñeca es lo impreciso de la línea entre el bien y el mal, entre las intenciones y las realidades, y delimita un sentido moral de la vida y las gentes, una que va más allá y que, por descontado, nada tiene que ver con lo que denominamos "Justicia".
Sobre todo, se delinea el personaje de Marlowe, un trazado que va más allá de lo físico para adentrarse en su sistema de valores. Asistimos a la actuación de un Marlowe duro, pero que tiene una piedad fundamental. Un Philip Marlowe en lucha contra el mundo para defender su integridad y su sentido del deber. Un Marlowe que tiene miedo pero que sabe sobreponerse a él. Un Marlowe que tiene sus momentos de debilidad y ternura, que le alejan del cínico en el que podría haberse convertido. Esta integridad le hace un personaje mítico, mayor que la vida, pero estas debilidades lo humanizan y lo acercan, lo hacen creíble y lo convierten en una de las mayores figuras literarias de todos los tiempos.
El argumento sigue siendo lo de menos, pero en este caso está mucho más cuidado y es coherente; sin embargo, es la atmósfera, el ambiente y los personajes lo que marcan un estilo único, imitado con frecuencia y que marcó una época y un género. Y lo hizo mediante una escritura genial.
«Valía la pena mirarlo. Llevaba un abollado sombrero borsalino, una americana deportiva gris con pelotitas de golf por botones, una camisa marrón, una corbata amarilla, pantalones a cuadros de franela gris y zapatos de cocodrilo con explosiones blancas en la puntera. Del bolsillo superior de la chaqueta caía en cascada un decorativo pañuelo del mismo amarillo chillón que su corbata. Un par de plumas de color estaban insertas en la cinta de su sombrero, pero no le hacían falta. Incluso en Central Avenue, que no es la calle más exigente en el vestir del mundo, pasaba tan desapercibido como una tarántula en un plato de nata.»
Este es el retrato parcial del Iniciativas Malloy. Uno de los personajes motores de la novela. En un encuentro posterior entre Malloy y Marlowe se produce un diálogo que puede ser arquetípico de la novela negra hardboiled:
«─Míster Montgomery tampoco sabía dónde está Velma ─dijo [Malloy]─. Intentó explicármelo... con esto ─su dura mano dio unos golpecitos a la pistola. Me giré con lentitud y lo miré─. Sí ─dijo─. Mírame bien. No me vas a olvidar, compañero. Diles a los polis que no se descuiden ─agitó el revólver─. Bueno, hasta luego, cochambres. Tengo que coger un tranvía.
»Se dirigió hacia las escaleras.
»─No pagaste las bebidas ─dije─.
»Se detuvo y me observó con atención.
»─Quizá tengas razón en eso ─replicó─, pero yo de ti no insistiría.»
Esta clase de diálogos son omnipresentes. Marcan estilo, conforman una narrativa personal, han sido imitados, parodiados, copiados, plagiados y destrozados. Pero sólo funcionan si hay unos personajes detrás que los hacen creíbles. Inmersos en un ambiente real. Raymond Chandler crea todo eso.

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2 comentarios:

Mannelig dijo...

Sin haber frecuentado mucho el género negro, y a Chandler en particular sólo en El largo adiós, en esa obra me pareció un escritor muy estimable. Tengo que probar con más.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Mannelig:
Chandler es la piedra angular del género, dejando aparte quer posee virtudes que van más allá de lo que aquí en Cataluña denominamos novelas "de ladrones y serenos". Un estilo que inauguró el hardboiled, un personaje que se definía a sí mismo como un "Galahad apolillado", el primero que hizo del policíaco una literatura modal, un reflejo de un clima moral, social y que innovó en su día en las definiciones sobre bien y mal o sobre justicia, dotando a la novela negra de una bienvenida y saludable ambigüedad. En fin, como puedes ver, me gusta MUCHO Chandler. El Largo Adiós en concreto considero una lástima la traducción que desde los tiempos de Barral, pasando por Bruguera y llegando a Debate ha pervivido en España. Comentaré a la larga todas las novelas de Chandler, de modo que llegaré a esa, que muchos consideran la cumbre de su autor.
Un saludo!