Los Fantasmas del Roxy, de Juan Marsé y Joan Manuel Serrat

Letra de Juan Marsé y Joan Manuel Serrat
Música de Joan Manuel Serrat
En Bienaventurados
BMG Music Spain, 1987

En la reseña anterior hablé de la poética de Juan Marsé. Y es que cualquier narrador, aunque no escriba poesía, concita en su obra una cierta poética, un cierto discurso que, por el mero recurso artístico de la palabra, no puede ser otra cosa que poético.
En el caso de esta canción/poesía que les ofrezco hoy, desconozco el grado de colaboración que pudo existir entre Serrat y Marsé, si es que existió alguna. Y digo esto porque muchas de las imágenes y los versos que componen la canción figuran, como palabras en prosa, en el relato El Fantasma del Cine Roxy.
Poco más que extraerlos, ordenarlos, conformarlos métrica y rimadamente, añadir y precisar situaciones, darles narratividad continua y la canción estaría ya hecha.
Por descontado, las cosas no son tan sencillas, y cualquier mindundi sin talento que lo intentara haría una desgracia. Serrat no es un mindundi, y su talento poético ha sido probado ya tantas veces que es ocioso remarcar sus méritos, que se sostienen solos.
Pero valga esta colaboración Marsé/Serrat como homenaje que se dedicaron entre sí: el mérito de Marsé de encerrar poesía en una narración y el de Serrat en hallarla y (re)componerla.
Que ustedes la disfruten.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, Serrat, siempre Serrat.

Saludos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
En efecto, siempre él. Pero qué rara perspicacia tiene ese hombre en no sólo hacer poemas, sino encontrarlos hasta en la prosa. Un día habrá que dedicarle algo más extenso que lo que pueda representar estas pequeñas píldoras sobre sus canciones.
Un saludo!

Unknown dijo...


Descubrí a Serrat en 1971, en la "mili", cuando un compañero de Almería, mi amigo Guillermo, no hacía más machacar una cinta casette de Joan Manuel, era "Mediterràneo". A mí, en aquella época, me gustaba el rock, peró, el hombre me iba contando las delicias de las canciones del cantautor. Acabé profundamente enamorado de su poesía y su música. A partir de entonces nunca he dejado de escuchar sus posteriores trabajos. Fué, es y será mi interprete de cabecera. Cada día escucho alguna de sus canciones. No puedo evitar oir sus temas uno detrás de otro. Se me cae la baba (y alguna lágrima) cuando mis CD's irrumpen en mi casa. No lo puedo evitar. Y pensar que todo empezó hace 50 años. Que grande es.