The Uttermost Farthing, de A. C. Benson
En The Mammoth Book of Short Horror Novels
Robinson Publishing
Londres, 1988 [publicada 1926]
Arthur Christopher Benson (1862-1926) es el hermano desconocido de Hugh Benson, que era el hermano desconocido de Edward Frederick Benson, el gran autor de historias de fantasmas. La biografía de cada uno es interesantísima, pero no es nada comparada ante la biografía conjunta de los tres hermanos referida a las relaciones que tuvieron con su padre, Edward White Benson, que fue arzobispo de Canterbury y, al parecer, una figura dominante y represiva que marcó un desarrollo torturado en los tres hijos, que se reflejó en las historias que los tres escribieron, historias que son una sublimación de esa dominación y de la contestación ideológica y religiosa que desarrollaron en la edad adulta contra las imposiciones y el sometimiento, un tema freudiano arquetípico y casi excesivo si no fuera porque era real.
El caso es que A. C. Benson, uno de los dos hermanos geniales en el género del terror a la sombra del mucho más popular E. F., no sé si es tan bueno como para llegar al nivel de "La habitación de la Torre", pero sí que sus relatos son tan interesantes como para garantizarle un espacio propio en la historia del cuento de miedo.
The Uttermost Farthing [El Último Céntimo; es una referencia a Mateo 5, 26, que dice que no se hará justicia hasta que la última retribución haya sido pagada] nos lleva de nuevo al tema del residuo psíquico, al lugar maldito (un tema, como vemos, potente donde los haya), pero que tiene en manos de A. C. Benson un tratamiento muy poco convencional.
El fantasma del hombre que permanece en una mansión (por lo demás tan normal) es el de alguien que en la vida hizo cosas terribles, pero que (insinúa Benson), se vio abocado al mal absoluto por la hipocresía y el rechazo de sus vecinos. Tras cometer una tropelía en el ejército (tropelía que no es explicada hasta el final de la novela), ese hombre no se ocultó; pero sí se vio envuelto por el vacío y el desprecio, y esa humillación le llevó a tener tratos diabólicos para asegurarse que su rencor tuviera consecuencias trágicas para aquellos que tildaba de hipócritas. Pero estos tratos tienen un componente maldito. Ya muerto, tendrá que convertirse en fantasma para tentar a que alguien descubra los escritos en los que describe su poder y el modo de obtenerlo.
Es un curioso relato, muy ambiguo, en el que el tema de la redención y condenación tiene un tratamiento en extremo torturado. Si he empezado citando las biografías individuales de los hermanos Benson (que wikipedia y otras enciclopedias, que tienen que orquestarse sobre hechos documentales y documentados, no pueden abordar en sus aspectos más sutiles) no era por realizar un ejercicio ocioso. La rigidez de la crianza de los Benson es algo que se sabe... a medias, sin detalles. El análisis psicológico de las obras de los tres hermanos (incluso de las más oscuras de E. F. Benson, que fue definido como una "mariposa social", término británico para definir al hombre chispeante, sociable y despreocupado, alma de las reuniones) muestra unas tensiones terribles frente a ciertos conceptos como son, precisamente, los de redención, condenación, arrepentimiento y castigo, pero sobre todo represión, amenaza y falta de misericordia. El género de terror siempre ha estado asociado a la palabra "catarsis". En el caso de los Benson, sus relatos de terror se convierten en cuentos morales. Y catárticos. Morales porque se rebelan contra una rigidez extrema de la interpretación del plan divino. Catárticos porque, consciente o inconscientemente, mediante esta rebelión literaria sus autores se liberaban de una rigidez opresiva que fue dominante en sus vidas y de la que no pudieron sustraerse por completo jamás.
Como relato de fantasmas, The Uttermost Farthing es bello. Como variante del tema, es en extremo rico en matices y enormemente original. Como expresión casi biográfica del propio Arthur Christopher, es revelador de su autor; un texto que trasciende la literatura y entra en la psicología y la vida.
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