La Dama de Shanghai, de Orson Welles

SESIÓN MATINAL

(The Lady from Shanghai); 1948

Director: Orson Welles; Guión: Orson Welles, basado en la novela If I Die Before I Wake de Sherwood King; Intérpretes: Orson Welles (Michael O'Hara), Rita Hayworth (Elsa Bannister), Everett Sloane (Arthur Bannister), Glenn Anders (George Grisby), Ted de Corsia (Sidney Broome), Erskine Sanford (Juez), Gus Schilling ("Goldie" Goldfish); Dir. de fotografía: Charles Lawton Jr.; Música: Heinz Roemheld.

Película maldita por excelencia de la filmografía de Orson Welles (que tantas películas malditas tiene en su haber, la mayoría malditas por la falta de dinero, o por la incomprensión de los productores, o...), esta La Dama de Shanghai tiene un argumento incomprensible: un abogado bastante turbio (Sloane) y su esposa (Hayworth) van de acá para allá en su yate y el abogado mete en el yate a un marino (Welles), provocando una situación de triángulo que acaba siendo criminal. Insisto, el argumento es tan enrevesado y tan poco consistente que se diluye como un terroncillo de azúcar. Claro que la culpa, en este caso, no es de Welles. Al parecer, el bueno de Orson tenía las ideas muy claras al respecto de esta película. Pero, una vez finalizada, la industria metió mano en el montaje, la remontó, la cortó, la volvió a ensamblar, la reordenó... en fin mil tropelías que la volvieron en algo que el espectador contempla con perplejidad, preguntándose si de verdad es una obra del mismo director de Ciudadano Kane. Y la verdad es que no lo es. Puesto todo en la balanza, la culpa es de quien destrozó, bastante injustamente, una película. No se puede darle a alguien libertad para rodar y después quitarle el montaje (y la película).
Y sin embargo...
Sin embargo hay una especie de fascinación en algunos momentos que supera todo lo demás. Welles cometió errores obvios que sólo le son atribuibles (hacer de una pelirroja estupenda como Rita Hayworth una chocante rubia, por ejemplo), pero hay secuencias realmente brillantes, y pocas veces se ha rodado tanto y tan bien como en la escena en la sala de los espejos.
Una lástima por lo que hubiera podido ser y no fue, pero una película que de todas maneras merece la pena ver y disfrutar en sus mejores momentos.

Tráiler:

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2 comentarios:

Gustavo Solórzano-Alfaro dijo...

Quizá no me pareció tan enrevesada, aunque tampoco un dechado de claridad y efectividad. Pero como bien decís, es una película interesante. Se deja ver muy bien, se disfruta, y la mano de Welles resalta a pesar de todo.

Saludos

Lluís Salvador dijo...

Hola, Asterión:
Disculpa el retraso en la respuesta. Llevo una temporadita que ya, ya...
Es cierto que la mano de Welles es destacable. De hecho, lo malo de la película es que le dejaran libertad absoluta y después se la quitaran para montar y modificaran situaciones y personajes, con lo cual todo lo malo que tiene prácticamente hay que ponérselo en el debe de unos productores cobardicas. Pero eso sí, cuando es brillante, es muy brillante. La citada escena del salón de los espejos; pero también la tensión a bordo... cosas que Orson sabía como componer y lo hacía de forma maestra.
Un saludo!