El Jeque de Harlem, de Chester Himes

(The Real Cool Killers)
Barral Editores, col. Eds. de Bolsillo, serie Negra Policial
Barcelona, 1975 [1959]
Serie Coffin Ed Johnson y Gravedigger Jones nº 3

Por casualidad, y rescatado del reciclaje, ha llegado a mis manos la novela de la serie de los detectives de Harlem "Ataúd" Johnson y "Enterrador" Jones que me faltaba por comentar.
Como es lógico, conserva todas las virtudes de Himes y, dentro de la serie, en ese descenso gradual hacia el pesimismo sobre la situación racial en los Estados Unidos, esta novela marca un punto de inflexión.
En Harlem se produce el asesinato de un hombre blanco, en apariencia un acto de violencia tan irracional e inmotivado como los que se reflejan en la serie, pero con una particularidad, y es que esta vez la hija de Coffin Ed Johnson está implicada circunstancialmente en él. Es importante, porque marca el clima de desconcierto social y de desorientación juvenil, que no encuentra un camino claro de integración y se adhiere a formas de rebeldía que pueden desembocar en acciones violentas.
Y esto, como toda la obra de Himes, no es una apología de la violencia, sino un lamento por las puertas cerradas y los muros invisibles del gueto que, en la época, parecían prefiguarar una catástrofe. Es en esta novela donde los más bestias y duros policías de Harlem hacen una declaración iluminadora:
«─Mire, señor comisario. En Harlem, la gente de color ve todos los días, dos o tres veces al día, a un negro armado de un cuchillo, un hacha o un palo, perseguir a otro. O perseguido por un policía blanco con pistola o un blanco con sus puños. Pero ver a un blanco perseguido por uno de los suyos sólo ocurre el treinta y uno de febrero. Y, encima, era un tipo enorme. Era un acontecimiento. ¿Se da usted cuenta?: por una vez, corre sangre de blanco, y derramada por un negro. Era un día más grande que el Día de la Emancipación de los esclavos. Como se dice en Harlem, el día más grande. Y contra eso luchamos Ed y yo cuando intentamos que Harlem también sea asequible a los blancos.»
Así estaban las cosas en Harlem en los cincuenta y sesenta, y este es el desesperado trabajo que tienen los dos detectives que han sido la mejor personificación de este Harlem: Coffin Ed Johnson y GRavedigger Jones.

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