Operación Pacífico, de Blake Edwards
SESIÓN MATINAL
(Operation Petticoat); 1959
Director: Blake Edwards; Guión: Stanley Shapiro, Maurice Richlin, sobre un argumento de Paul King y Joseph Stone; Intérpretes: Cary Grant (Tte. Com. Matt T. Sherman), Tony Curtis (Tte. JG Nicholas Holden), Joan O'Brien (Tte. Dolores Crandall), Dina Merrill (Tte. Barbara Duran), Gene Evans (Jefe Molumphry), Arthur O'Connell (Maquinista jefe Sam Tostin), Richard Sargent (Alférez Stovall); Dir. de fotografía: Russell Harlan; Música: David Rose.
Podríamos decir que Blake Edwards, en esta época, estaba afinando los instrumentos para cosas mayores. Realizaba la serie de televisión Peter Gunn, y ya era responsable de algunas películas, que, francamente, no han perdurado en mi memoria. Con Operación Pacífico, sin embargo, es otra cosa. La he visto varias veces, y me ha parecido siempre una comedia efectiva, una variación interesante sobre el tema de los submarinos, una película que tiene hallazgos interesantes en cuestión de guión, que combina bien el gag visual con el mímico y el juego de palabras. En suma, una comedia más que digna, incluso con un final adecuado para los protagonistas.
Siempre que hablo de esta película, nadie parece recordarla hasta que digo: "es la del submarino rosa". Y entonces todos la recuerda, caso de haberla visto. Y en efecto, esta película no es otra cosa que las peripecias del submarino norteamericano Sea Tiger en su regreso desde extremo oriente a los Estados Unidos en los primeros estadios de la guerra del Pacífico; peripecias que llevarán a que acabe pintado de rosa y con unas enfermeras a bordo, por no contar todo el argumento. Cary Grant está como siempre, es decir, magnífico; y Tony Curtis, en su papel del oficial tarambana y cínico que, sin embargo, le resultará de extrema utilidad a Grant para obtener los suministros y materiales necesarios para que el Sea Tiger se haga a la mar, está, no sólo convincente, sino a sus anchas.
Habitualmente es una película que se menosprecia. No sé por qué. Tal vez los críticos echan en falta el adecuado mensaje que, según ellos, debe llevar toda película y que hallaron en comedias posteriores de Edwards, como El Guateque o La Pantera Rosa. Si es por eso, que se dediquen a ver el machismo intrínseco en toda organización militar y cómo está reflejado en la película. Mientras tanto, yo me dedicaré a reírme con esta película, porque me he reído siempre con ella. Me pregunto qué hay de malo en hacer comedias por el gusto de hacerlas, y me respondo que nada en absoluto. De modo que, si no la conocen y quieren pasar un buen rato, adelante y que la disfruten.
Tráiler:
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