Ragazzi di Vita, de Pier Paolo Pasolini

Garzanti, col. Garzanti Novecento
Milán, 20092 [1955]
Prefacio de Vincenzo Cerami

Edición castellana en Ediciones Cátedra con el título Chicos del Arroyo

Primera novela de Pasolini, esta Chicos de la Vida representó un acontecimiento cercano a una revolución en el momento de su publicación. Empezando por el proceso por "obscenidad" al que fue sometido su autor y en el que fue absuelto (iniciando la cuenta de las cerca de cien querellas e imputaciones a las que Pasolini se enfrentó en su vida). La supuesta obscenidad está fuera de criterio, a menos que se considere que la vida misma es obscena (algo que puede ser más que una posibilidad, pero no en el sentido de los bienpensantes), pero lo que sí es cierto es que Pasolini escogió trazar un fresco de la vida en los barrios periféricos romanos, desde el final de la segunda guerra mundial hasta principios de los años cincuenta. Y, como dice el propio autor en una carta, «yo, como narrador, no interfiero». Ciertamente no.
Pasolini presenta la vida, entre misérrima y desesperada, de estos chicos de suburbio, tal y como es; abocados a la delincuencia o, en algunos casos, a convertirse en reflejo de una sociedad conformista y conformadora (en la novela, los personajes que trabajan apenas ganan lo mismo que los que delinquen, pero llegan a su casa a seguir una vida que consiste únicamente en despertarse, trabajar, comer y dormir para volver a despertarse, etc.), esta voluntad de no interferir en la narración no es una ausencia de carga ideológica. La realidad tiene su propia ideología, como no puede ser de otra manera, y Pasolini la expresa con precisión. Al representar la vida de estos muchachos desde la infancia hasta el inicio de la edad adulta, expresa el paso de la edad heroica y amoral a la edad prosaica e inmoral [Cerami, en su prefacio]. Esto se intuye en toda la obra, pero queda bien patente en su final, simbólico, y que no desvelaré. Mientras no llega este final, asistimos a una serie de escenas sin narración continuada pero que encajan entre sí para formar un todo.
Poeta sobre todo lo demás, Pasolini da cuenta de un mundo y unas vidas miserables, pero tremendamente vitales y estéticas. Una estética de la fealdad, cierto, pero tan amante de la vida que no puede ser otra cosa que poética.
En la revolución estilística que fue la publicación de esta novela, Pasolini eligió escribirla empleando el dialecto romano de sus protagonistas, no sólo en los diálogos, sino en gran parte de las descripciones. Esta decisión puede debatirse (pero no rechazarse), pero marca un acercamiento a la vida de los protagonistas, así como una elección moral por parte del autor: privar de su propia voz a los chicos de la vida hubiera sido criminal. Limitarse a reflejar sus palabras basales contraponiéndolas a una expresión "culta" hubiera sido casi insultarlos, degradarlos más todavía. Y sin embargo, estética como hemos dicho, esta forma de expresión contiene su propia belleza.
Cuando leí esta novela en castellano quedé fascinado; leída en italiano-romano (no puedo decir "releída") todavía me ha fascinado más. En el elemento formal es en extremo poética, aunque no en el sentido de cántico a la belleza (que muchas veces resulta artificioso). En su elemento temático es tan vitalista que no puede ser sino admirable. En el mensaje que transmite, es coherente con lo que Pasolini expresó durante toda su vida, que el (sub)proletariado y el campesinado habían alcanzado la burguesía renunciando a su modo de vida y su cultura sólo para permanecer sentados frente al televisor, lo que constituye un progreso y una pérdida. ¿De qué? De la inocencia, tal vez; de la identidad, más que probable. Pero también de una parte de la vida.

Portada y sinopsis de la edición italiana

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6 comentarios:

Vero dijo...

Yo también la tengo en italiano pero todavía no me he atrevido, es muy difícil? Es que que sea en italiano-romano me tira para atrás, hace tiempo que no leo en italiano y no creo que sea fácil...

Besitos!

Veronika dijo...

Conozco al Pasolini poeta, ignoro su obra en narrativa... Y, sin embargo, hasta hoy no había sentido interés por la misma. Pasolini agradecido con una reseña como la tuya... No porque no la merezca, sino por la sinceridad e inteligencia de tus palabras.
Me gustó mucho esta entrada, Lluís... ¡Qué formidable lector! Hacés que me sienta pequeña jajaja.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

grande Pasolini.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Vero:
A ver, fácil no es, principalmente por la cuesíón del romanesco (o romanaccio). Mi consejo es que te metas y te dejes llevar, sin impacientarte, pero sin interrumpir la lectura para buscar la traducción exacta del término. Se capta el sentido general, el tono, y en pocas páginas estarás ya metida en tema. De lo contrario, no acabarás nunca de llerla.
Te lo digo porque este libro se ha leído en un club de lectura en italiano de bibliotecas de Barcelona (aunque yo ya lo había leído en castellano hace año y medio), y de las veinticinco personas que concurrieron sólo tres habían tenido cierta dificultad. De modo que no te desanimes y adelante. Estoy seguro de que lo disfrutarás.
Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Verónika:
Bueno, pues has leído la esencia de Pasolini. Porque Pasolini ante todo y por encima de todo era un poeta. Y por tanto, hay momentos en esta novela de una intensidad inusitada. En el debate que hicimos en el club de lectura que he citado anteriormente se planteó la cuestión: en efecto, el narrador no interfiere; entonces ¿dónde está la voz de Pasolini? Respuesta: en las descripciones, y ese es terreno únicamente de la palabra. La moral y la ética de la novela vienen por el adecuado reflejo de las situaciones de esos Chicos de la Vida, pero la descripción de los ambientes y las situaciones puede hacerse de una u otra manera. La de Pasolini no es poesía pura, pero sí esencia poética. Creo que me comprenderás... :)
Y, como siempre, agradezco los elogios, pero es una constante: mis reseñas son mejores cuanto mejores son las obras que reseño... No debería ser así, pero en cualquier caso ya he llegado a convencerme de que no depende tanto de mí como de los autores que comento; debe ser una especie de metempsícosis, ja, ja!
Un saludo!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Jordim:
En primer lugar, bienvenido al blog. Siéntete con toda libertad para comentar, sugerir o criticar lo que te plazaca.
Y, en efecto, muy grande. Como poeta, que era lo que primordialmente era, como cineasta, como novelista y como ensayista, con una altura moral e intelectual enorme.
Un placer, y hasta cuando quieras.
Un saludo!