La Peste, de Albert Camus

(La Peste)
RBA Editores, col. Narrativa Actual
Barcelona, 1994 [1947]
Trad. de Rosa Chacel

En cualquier obra de Camus los niveles de significación se superponen de forma acumulativa, de tal manera que puede ser leída como el lector guste, desde la mera exposición narrativa de la historia hasta pasar a las distintas perspectivas y psicologías de sus personajes y hasta llegar a los niveles simbólicos que puede alcanzar la obra en su conjunto refiriéndose a situaciones análogas que quedan asemejarse, de forma dispar pero también de manera similar al tema propuesto.
En el caso de La Peste, el primer nivel de lectura (totalmente lícito) es el de la historia de un brote de peste bubónica en la ciudad de Orán, Argelia, en los años 1940. Esto es algo que ya sabemos desde el título, de modo que no es sino elemental dar por supuesto que la obra no va a jugar con cartas tapadas al respecto de cuál es el azote que se abate sobre Orán e, incidentalmente, nos anticipará las futuras acciones. Actuando así, Camus ya nos transmite que no va a ser un diario médico, ni una crónica lo que nos encontraremos en el texto.
Pero, por el momento, sigámoslo en su nivel argumental primario. Desde el inicio de la plaga hasta su remisión total contemplaremos la vida de la ciudad a través de los ojos de varios de sus ciudadanos, que mostrarán diversas actitudes. Si fuese una obra apologética, sin duda Camus nos hubiera ahorrado las visiones antiheroicas. Y sin embargo, el autor describe toda clase de reacciones. De la actividad al cansancio del médico protagonista hasta los esfuerzos por salir de la ciudad cerrada, quebrantando la cuarentena, de uno de sus personajes; o actos de pequeño heroísmo, en apariencia inútil, o los de abyección de los especuladores en el mercado negro.
No es casual que se abra el libro con una cita de Daniel Defoe, autor del Diario del Año de la Peste, pero es más sutil la impresión que tiene el lector de que esta La Peste habla de algo más que del simple relato de una ciudad sometida a una epidemia.
Puesto que es posible trasladar la acción de esta novela a cualquier situación en la que una sociedad se ve atacada por una agresión externa; es en este caso cuando empieza a surgir la necesidad de una acción solidaria por parte de sus componentes. La primera metáfora que puede ocurrírsele al lector es la de la invasión alemana, pero esta es una obra demasiado abierta como para estar limitada a una única opción; y aunque es una obra esencialmente moral, no es una obra moralista en tanto la visión que nos presenta no es la de un juicio de valor sobre los protagonistas y sus actitudes. Antes bien, en una prosa muy contenida, de sentido expositivo, comprendemos todas las actitudes existenciales de los implicados. Y con todo, es una obra militante en el sentido de que, sin cargar culpas, sí presenta la importancia de la elección moral y la grandeza del pequeño heroísmo, realizado no de cara al exterior sino consecuente con uno mismo.
En cualquiera de sus niveles de significado, La Peste es un relato imprescindible sobre la naturaleza social y humana, en el que no hay artificio y sí una precisa comprensión de motivos y esencias de la persona como animal social.

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4 comentarios:

Vero dijo...

Lo tengo pendiente, pretendo leerlo este año y me he leído tu reseña y estoy segura de que me va a gustar. "El extranjero" es uno de mis favoritos, veremos cual gana de las dos,

Saludos.

Lluís Salvador dijo...

Hola, Vero:
Similares pero diferentes. Y compiten en ligas diferentes, eso te lo aseguro, El Extranjero es un epítome existencialista, mientras que La Peste es un alegato por la solidaridad bastante raro en la ficción de Camus. Ambas geniales, ambas absorbentes, ambas sorprendentes, ambas imprescindibles.
Espero que te represente una feliz lectura.
Un saludo!

Ismael Cruceta dijo...

Muy buena reseña, la he buscado porque estoy lo tengo entre mis manos para empezarlo ahora mismo.

Saludos!!

Lluís Salvador dijo...

Hola, Ismael:
En primer lugar, bienvenido. Con toda libertad para sugerir, criticar, comentar... lo que se te ocurra.
Y muchas gracias. Camus es un autor sorprendente, por lo fresco, por lo sencillo en su expresión con respecto a los temas que trata... y por lo inmortal que es. Generación de lectores tras generación se acercan a él con diversas actitudes, desde el hastío de la lectura obligatoria hasta la curiosidad filosófica, y quedan agradablemente sorprendidos por muchos motivos. Espero que a ti te suceda lo mismo.
Un saludo!